By Redazione | 01/09/2024 20:55
Vallagarina, uno de los valles más fascinantes del Trentino, es un destino que combina belleza natural, miles de años de historia, mucho arte y una animada cultura gastronómica y vinícola. Situado a orillas del río Adigio, Vallagarina (también Val Lagarina) es la última parte montañosa del valle del Adigio, antes de que el río llegue a las llanuras del Véneto. Esta región encanta a los visitantes por sus variados paisajes, que van desde los ordenados viñedos de las laderas hasta las majestuosas montañas que la rodean. Pero la Vallagarina no es sólo un lugar ideal para los amantes de la naturaleza: aquí, cada pueblo, cada museo, cada castillo, cada iglesia cuenta una historia.
Tradiciones campesinas que aún perviven en las pequeñas aldeas y en los campos de los alrededores, una ciudad dinámica como Rovereto, punto de apoyo de la Vallagarina, que destaca como importante centro cultural gracias a sus museos, teatros y eventos internacionales. Historias antiguas (en Lavini di Marco, cerca de Rovereto, pueden verse incluso huellas de dinosaurios : el yacimiento paleontológico de Lavini di Marco es uno de los más interesantes de Europa en su género). Explorar la Vallagarina significa sumergirse en una zona donde la historia es palpable, donde las leyendas se entremezclan con la realidad y donde cada rincón parece susurrar historias de tiempos pasados. Tierra de castillos aferrados a las montañas y de viñedos que cubren el valle, de pueblos y museos, cada lugar es una experiencia única y diferente. He aquí, pues, diez lugares que no debe perderse en un viaje a Villagarina, para inspirarse en su próximo viaje a esta espléndida parte del Trentino.
El Castillo de Rovereto, imponente fortaleza medieval, es uno de los símbolos de la ciudad y de Vallagarina. Construido entre los siglos XIII y XIV por la familia Castelbarco, fue ampliado por los venecianos en el siglo XV, convirtiéndose en una de las estructuras defensivas más avanzadas de la época. Sus fuertes murallas y torres almenadas dominan la ciudad, ofreciendo una vista espectacular del valle circundante. En la actualidad, el castillo alberga el Museo Storico Italiano della Guerra (Museo Histórico Italiano de la Guerra), que conserva una vasta colección de armas, uniformes, documentos y recuerdos de la Primera y la Segunda Guerras Mundiales. Este museo es una visita obligada para cualquiera que desee aprender más sobre la historia bélica europea e italiana. Además de su función museística, el propio castillo, con sus estrechos pasadizos y salas históricas, permite a los visitantes sumergirse por completo en una atmósfera que abarca siglos de historia.
El MART de Rovereto, uno de los principales museos de arte moderno y contemporáneo de Italia, es una institución cultural de renombre internacional. Inaugurado en 2002, el edificio es una obra maestra arquitectónica diseñada por el arquitecto Mario Botta en colaboración con el ingeniero Giulio Andreolli, con una cúpula transparente que representa un diálogo entre pasado y futuro. Las colecciones del MART abarcan un amplio espectro temporal, desde el futurismo de principios del siglo XX hasta el arte contemporáneo. Alberga obras de artistas como Francesco Hayez, Fortunato Depero, Giacomo Balla, Lucio Fontana y otros grandes nombres del arte del siglo XX. El museo no es sólo un lugar de exposición, sino también un animado centro cultural que organiza populares exposiciones temporales, eventos, conferencias y talleres, atrayendo a miles de visitantes cada año. Una visita al MART garantiza a todo el mundo una oportunidad única de sumergirse en el arte y reflexionar sobre las transformaciones sociales y culturales que han marcado el último siglo.
La Casa de Arte Futurista Depero, situada en el corazón de Rovereto, es el único museo futurista de Italia diseñado íntegramente por un artista. Fundado en 1957 por Fortunato Depero, uno de los protagonistas del movimiento futurista, el museo es un verdadero manifiesto vivo de esta vanguardia artística. Las salas de la Casa de Arte albergan una extraordinaria colección de obras del artista, que incluye tapices, pinturas, esculturas y muebles, todo ello caracterizado por su estilo inconfundible de geometrías atrevidas y colores vivos. El interior del museo es en sí mismo una obra de arte, con muebles y decoraciones originales diseñados por Depero. La Casa del Arte no es sólo un lugar de exposición, sino también un laboratorio de experimentación, donde el arte futurista se manifiesta en todas sus formas, desde las artes visuales hasta el diseño.
Castillo de Beseno, el mayor complejo fortificado del Trentino, es una de las estructuras más majestuosas de la región. Situado en una colina que domina la Vallagarina, el castillo ofrece una vista panorámica desde los Dolomitas del Brenta hasta el Monte Baldo. Sus orígenes se remontan al siglo XII, pero la fortaleza alcanzó su majestuosidad actual gracias a las ampliaciones del siglo XVI, necesarias para hacer frente a los conflictos entre las potencias de la época. El castillo tiene un pasado turbulento, marcado por numerosas batallas, entre ellas la famosa batalla de Calliano en 1487. Hoy en día, Castillo de Beseno es un fascinante museo que cuenta la historia de las fortificaciones y la vida militar en la Edad Media y el Renacimiento. Las salas de exposición, el armamento y las reconstrucciones históricas permiten sumergirse de lleno en la atmósfera del pasado. Durante el verano, el castillo también se convierte en escenario de recreaciones históricas y eventos culturales que dan vida al esplendor de esta imponente casa señorial.
La espectacular Ermita de San Colombano, enclavada en un acantilado que domina el valle de Leno, es uno de los lugares más increíbles y pintorescos de la Vallagarina. A la pequeña iglesia, dedicada a San Columbano, ermitaño irlandés del siglo VI, se accede por un tramo de 102 escalones excavados en la roca, que conducen a un pequeño santuario suspendido en el tiempo. Según la leyenda, el santo eligió este lugar para retirarse en oración y luchar contra un dragón que aterrorizaba a la población local. La iglesia, construida en 1319, está decorada con frescos medievales que narran la vida del santo e historias de milagros. Además de su valor espiritual, la ermita ofrece unas vistas espectaculares del valle, lo que la convierte en un lugar para la meditación y la reflexión. Su ubicación única y la fascinante historia que la rodea hacen de la Ermita de San Colombano un destino ineludible para quienes visitan la Vallagarina.
El castillo de Avio, situado en una elevación que domina el valle del Adigio (se ve incluso desde lejos, tan imponente es), es uno de los castillos más antiguos y evocadores del Trentino. Su historia se remonta a la época longobarda, pero fue durante la Edad Media cuando el castillo adquirió el imponente aspecto que aún conserva hoy. Perteneciente a la noble familia Castelbarco, el castillo es famoso por sus frescos, que decoran las paredes de las torres y los salones, representando escenas de la vida cortesana y batallas. La Mastio, la parte más alta del castillo, ofrece una vista del valle, mientras que las murallas almenadas y las torres hablan de siglos de defensa y poder. Hoy en día, el Castillo de Avio está gestionado por el FAI (Fondo Ambiente Italiano) y está abierto al público, con rutas de visita que permiten explorar sus salas, jardines y caminos de ronda. Visitar el castillo de Avio es sumergirse en la historia y el arte medievales, en un marco de gran belleza natural.
El Fuerte Belvedere Gschwent, situado cerca de Lavarone, es una de las fortificaciones más imponentes y mejor conservadas de la Primera Guerra Mundial en Trentino. Construido entre 1908 y 1912 por el Imperio Austrohúngaro (fue diseñado por el ingeniero Rudolf Schneider por encargo del Ministerio de Guerra austriaco), el fuerte formaba parte del sistema defensivo que protegía la frontera italiana. Situado a 1.177 metros de altitud y dotado de una potente artillería, el fuerte fue testigo de algunos de los momentos más sangrientos del conflicto. Hoy, el Forte Belvedere es un museo que se adentra en la historia de la Primera Guerra Mundial con un recorrido expositivo por sus galerías, casamatas y posiciones de artillería, con reconstrucciones históricas y documentos originales. La visita al fuerte permite revivir la dura vida de los soldados en el frente y comprender la importancia estratégica de esta fortificación. Enclavado en un paisaje natural de gran belleza, el Fuerte Belvedere Gschwent es también un lugar de reflexión sobre la tragedia de la guerra y la importancia de la memoria histórica.
Castel Pietra, situado en Calliano, es uno de los castillos más fascinantes de la Vallagarina, conocido por su rica historia. Construido en el siglo XIII, el castillo se alza en una posición estratégica, vigilando el valle y las vías de comunicación entre Trento y Verona. A lo largo de los siglos, Castel Pietra ha sido escenario de numerosas batallas, entre ellas la famosa batalla de Calliano en 1487, que enfrentó a tropas imperiales y venecianas. Hoy en día, el castillo está abierto al público y ofrece visitas guiadas para explorar sus salas históricas, paseos de ronda y jardines. Castel Pietra conserva intacto su ambiente medieval, con murallas almenadas, torres y patios que cuentan siglos de historia.
Villa Lagarina es un pueblo situado a pocos kilómetros de Rovereto, a orillas del río Adigio, y es uno de los centros más importantes de la Vallagarina. El corazón del pueblo está dominado por la majestuosa iglesia parroquial de Santa Maria Assunta, una obra maestra de la arquitectura barroca con interiores ricamente decorados y valiosos frescos. La iglesia, construida en el siglo XVII, es uno de los ejemplos más bellos del barroco en Trentino. Villa Lagarina alberga también el Palazzo Libera, sede de una de las secciones del Museo Diocesano Tridentino. Paseando por el centro histórico, se pueden admirar otros numerosos edificios históricos, testimonio de la riqueza e importancia de la villa en el pasado. Villa Lagarina es un lugar que combina el encanto de la historia con la belleza del paisaje circundante, ofreciendo a los visitantes una experiencia única de tranquilidad y cultura.
El monte Baldo, apodado el "Jardín de Europa" por su extraordinaria biodiversidad, es uno de los destinos naturalísticos más fascinantes del Trentino. Situado entre Vallagarina y el lago de Garda, el macizo del Baldo ofrece un paisaje espectacular, con vistas panorámicas que van desde los Alpes hasta los Apeninos y descienden hasta las cristalinas aguas del lago. La montaña está surcada por una red de senderos de varios niveles, ideales para los amantes del senderismo, la bicicleta de montaña y la marcha nórdica. Durante el verano, los prados alpinos se cubren de flores raras y coloridas, atrayendo a botánicos y amantes de la naturaleza de toda Europa. En invierno, en cambio, las pistas de esquí de la zona de Baldo atraen a esquiadores y practicantes de snowboard. Gracias a su altitud y variedad de entornos naturales, el Monte Baldo es un paraíso para los amantes de las actividades al aire libre, que ofrece actividades para todas las estaciones y un panorama que nunca deja de sorprender.