By Redazione | 14/05/2025 11:55
En Roma, las Gallerie Nazionali di Arte Antica presentan la remodelación del Salone Pietro da Cortona del Palazzo Barberini: este majestuoso espacio, uno de los símbolos más representativos del barroco romano, reabre al público con un aspecto totalmente renovado que devuelve a la ciudad uno de sus entornos más emblemáticos en plena coherencia histórica y artística.
El punto de apoyo de la intervención es la reubicación de los cartones preparatorios del ciclo de La Vida de Urbano VIII, una serie de obras de extraordinario valor que se presentan en el contexto original para el que fueron concebidos los tapices, derivados precisamente de esos cartones. Tras décadas de ausencia de la escena expositiva, y gracias a un minucioso trabajo de restauración llevado a cabo por el Laboratorio de las Galerías Nacionales, los cartones vuelven a verse en la gran sala pintada al fresco por Pietro da Cortona entre 1632 y 1639, con el famoso Triunfo de la Divina Providencia, en un diálogo visual y conceptual que exalta la magnificencia del arte barroco.
Esta operación, fruto de un riguroso estudio filológico, no se limita a una exposición museística, sino que pretende ser una especie de restitución histórica. Por primera vez, en efecto, los cartones se vuelven a proponer en un marco que evoca la función original del salón: un entorno destinado a celebrar el poder y la gloria de la familia Barberini, una de las más influyentes de la Roma del siglo XVII. El salón vuelve así a ser un lugar de representación en todo su significado del siglo XVII, recuperando el sentido de narración figurativa deseado por sus mecenas.
El proyecto hunde sus raíces en uno de los acontecimientos artísticos más fascinantes de la Roma del siglo XVII. Fue el cardenal Francesco Barberini, sobrino del Papa Urbano VIII, quien en 1627 creó la Manifattura Barberini, uno de los primeros tapices de Roma. El punto de partida fue un gesto de gran significado político y simbólico: un regalo de siete tapices realizados según diseños de Rubens, ofrecido por el rey de Francia, Luis XIII. Este regalo, de inestimable valor, sugirió al cardenal la creación de un nuevo ciclo de tapices de celebración, dedicados a la vida de su tío el pontífice. La intención era doble: afirmar el prestigio de la familia Barberini y contribuir a la construcción de una imagen pública del papado marcada por la magnificencia.
El ciclo de La vida de Urbano VIII es el resultado de esta visión. Se trata de una obra monumental en la que la biografía del pontífice se entrelaza con alegorías religiosas y políticas, en una narración visual que glorifica no sólo el papado sino también la dinastía que lo expresó. Los cartones preparatorios fueron confiados a los artistas del círculo de Pietro da Cortona (Antonio Gherardi, Fabio Cristofani, Giuseppe Belloni, Pietro Locatelli, Giacinto Camassei), que realizaron dibujos a tamaño natural, destinados a ser plasmados en tela mediante la compleja técnica del "basso liccio", utilizada en la manufactura. Contrariamente a la práctica habitual, la familia Barberini decidió conservar estos dibujos, reconociendo inmediatamente su valor artístico, y los expuso con orgullo en las salas de su palacio.
Durante más de tres siglos, estas obras han habitado los espacios del Palazzo Barberini, convirtiéndose en parte integrante de su identidad visual y cultural. Con el tiempo, sin embargo, las exigencias de conservación y las transformaciones museográficas provocaron su retirada, relegándolas a un papel marginal. Hoy, gracias a este trabajo de recuperación, restauración y estudio, los cartones vuelven al centro de la escena, permitiendo al público sumergirse en una de las más altas expresiones del arte barroco.
La reordenación del salón pretende proponer una interpretación nueva y coherente de todo el programa decorativo para dar al visitante la oportunidad de captar el complejo entramado de pintura, tejido, arquitectura y propaganda política. La presencia simultánea de los frescos del techo y de los cartones de las paredes permite una visión de conjunto que pretende hacer justicia a la unidad del proyecto original.