En Florencia, es bien sabido, el arte no sólo se alberga en los museos: forma parte integrante de las plazas, las calles y los panoramas de la ciudad. Algunas de las obras más conocidas, reconocidas en todo el mundo, se encuentran al aire libre, expuestas a la intemperie y al tiempo. Y precisamente para preservar este patrimonio, en enero de 2025 la ciudad completóla restauración de los grupos escultóricos de la Piazza della Signoria y del Piazzale Michelangelo, posible gracias alBono Arte y al apoyo de la maison Salvatore Ferragamo S.p.A., de acuerdo con el Ayuntamiento de Florencia, con una financiación total de 1.093.750 euros. Las donaciones se dividieron en tres tramos: 500.000, 300.000 y 293.750 euros, por un total de 1.093.750 euros. El proyecto de restauración, elaborado por el Servicio de Bellas Artes del Departamento de Servicios Técnicos del Palazzo Vecchio, permitió continuar una relación consolidada entre la administración municipal y uno de los principales mecenas locales.
El proyecto comenzó con la restauración delMonumento a Miguel Ángel, compuesto por la copia en bronce del David, las cuatro Alegorías de las Capillas de los Médicis en San Lorenzo, también en bronce, y la base de mármol. La obra, situada en la terraza panorámica diseñada por Giuseppe Poggi en la segunda mitad del siglo XIX, nunca antes había sido objeto de una intervención estructural de esta envergadura. De hecho, por primera vez, además de las operaciones de limpieza y consolidación, se llevó a cabo una investigación endoscópica para verificar el estado interno de la escultura con el objetivo de preservar su integridad a largo plazo. Al mismo tiempo, el programa afectó también a las esculturas situadas en la Piazza della Signoria. Aquí se restauraron la estatua ecuestre de Cosimo I de’ Medici , obra de Giambologna, el grupo de Hércules y Caco esculpido por Baccio Bandinelli, la copia del David de Miguel Ángel situada a la entrada del Palazzo Vecchio y la copia de Judith y Holofernes situada en el Arengario del mismo palacio.
Las fuentes, antaño funcionales para el abastecimiento de agua, son ahora parte integrante de la identidad visual de la ciudad, mientras que las estatuas, distribuidas en plazas y calles, cuentan más de siete siglos de historia artística, de Miguel Ángel a Ammannati. Para garantizar la protección del patrimonio, la administración ha iniciado a lo largo de los años varios ciclos extraordinarios de mantenimiento:
Fuentes de la ciudad, obras extraordinarias de mantenimiento de los sistemas eléctrico y de suministro de agua, a cargo dela Associazione Silvana , con un coste de 19.346 euros, sufragados íntegramente mediante subvenciones por el mismo importe.
Grupo escultórico Nicola Demidoff, obras por valor de 6.684,79 euros, con gastos realizados por valor de 5.611,80 euros.
Fuente de San Niccolò, restauración de la cuenca superior, realizada en 2018 con un coste de 2.000 euros, financiado en su totalidad por una entidad no comercial.
Fuentes deSan Niccolò, obras con colecta abierta iniciadas en 2019, por un valor total de 110.000 euros. Las donaciones liberales registradas hasta la fecha ascienden a 400 euros y 100 euros, ambas de donantes privados.
Un aspecto distintivo de la restauración de los grupos escultóricos fue el modelo de sitio como evento propuesto por la empresa, que ya se había probado en restauraciones anteriores como la de la Fuente Ammannati y la Sala degli Elementi del Palazzo Vecchio. El objetivo del sistema era, por tanto, garantizar el máximo disfrute de las obras incluso durante los trabajos, transformando la obra en una oportunidad para el encuentro y el conocimiento. En el caso del Monumento a Miguel Ángel, el proyecto permitió a ciudadanos y turistas admirar a los restauradores trabajando en la terraza panorámica, sin interrumpir la visibilidad del monumento. Por otro lado, las obras de los grupos escultóricos de la Piazza della Signoria, que comenzaron en enero de 2022, siguieron un planteamiento interactivo: las obras eran accesibles al público a través de senderos internos y rampas que permitían una visión cercana y elevada de las obras. La solución también tenía un valor integrador, ya que permitía superar las barreras arquitectónicas y ofrecía a todos los visitantes un punto de vista privilegiado. Las esculturas estaban rodeadas de estructuras de servicio diseñadas para no obstaculizar la visión de las obras en curso, pero la iluminación también desempeñaba un papel importante en la valorización del lugar: las estructuras portantes albergaban luminarias de tecnología RGB, capaces de variar el color en función de los acontecimientos, creando escenas luminosas en las horas nocturnas.
Con el regreso de las obras restauradas, Florencia confirma su estrategia de protección de su patrimonio histórico-artístico, apoyándose en intervenciones técnicas de alto nivel y en la implicación de mecenas privados. Un modelo que también refuerza el vínculo entre la ciudad y sus monumentos, manteniendo viva la imagen de Florencia como museo al aire libre de importancia mundial.
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| Florencia, cómo el Bono de Arte apoyó la restauración de los grupos escultóricos de la Piazza della Signoria |
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