Espléndido descubrimiento en Villa Puccini de Torre del Lago: resurge un ciclo decorativo

En la Villa Museo Giacomo Puccini de Torre del Lago, residencia muy querida del gran compositor Giacomo Puccini (Lucca, 1858 - Bruselas, 1924), se ha realizado un maravilloso descubrimiento: durante las obras de restauración que desde hace años afectan a varias estancias de la casa, ha aparecido un ciclo de decoraciones al temple, hasta ahora ocultas por la seda que recubría las paredes de la habitación de la planta baja, llamada por el propio Puccini Omnibus, donde solía componer y recibir a sus amigos. Un descubrimiento totalmente inesperado que entusiasmó a todo el equipo in situ y al personal de la Fundación Simonetta Puccini.

Las decoraciones se encuentran en la franja entre el artesonado y las ventanas y se supone, al menos a partir de este descubrimiento inicial, que recorren todos los lados de la sala. En ellos se repiten temas marinos: sobre el fondo verde oliva destacan corales de color rojo ladrillo brillante y carpas con el cuerpo moteado de blanco y el hocico oscuro. Este cuadro refleja el gusto de Puccini por los temas relacionados con Japón y recuerda los temas tratados por su amigo Galileo Chini (Florencia, 1873 - 1956) y que podemos ver en algunos de sus jarrones y cerámicas.

Sabemos que Puccini participó personalmente en la realización de la Villa con la colaboración tanto de Galileo Chini como de Plinio Nomellini, junto con los arquitectos Luigi De Servi y Giuseppe Puccinelli. Nomellini había pintado figuras enteras en las paredes, pero los documentos de archivo nos dicen que desgraciadamente se estropearon por la humedad. La villa que vemos hoy se construyó, de hecho, sobre una atalaya preexistente que tenía sus cimientos a pocos metros del agua del lago. Puccini se enamoró de ella, se la compró al guardabosques que vivía allí entonces y la transformó por completo. Para alejarla del agua, compró un terreno a la familia Ginori y lo adaptó como jardín, pero la humedad siempre fue un problema.

Se sabía que las figuras de Nomellini, ennegrecidas y desfiguradas por la humedad, habían sido cubiertas con telas, por lo que se pensaba que no quedaba nada debajo. Por eso fue una gran sorpresa encontrar estos paneles decorados durante el desmontaje de las sedas para su restauración. Las decoraciones que habían surgido detrás de los paneles de tela eran presumiblemente de entre 1905 y 1910, posteriores a las de Nomellini: se encontraron pruebas de ello en algunas fotos de la época conservadas en el archivo Puccini. Durante el periodo de restauración de las telas, las decoraciones serán estudiadas y documentadas, pero mientras tanto serán extraordinariamente visibles para el público que visite la villa durante todo el verano.

Transformada en museo en 1925 a instancias de su hijo Antonio, tras una larga herencia, la casa pasó a manos de Simonetta Puccini, que siempre la ha mantenido abierta. Las salas de principios del siglo XX conservan el piano Förster, el biombo, precioso regalo de Japón, los cuadros de sus amigos Macchiaioli, compañeros de vida y de caza: todo introduce al visitante en la atmósfera tan querida por el compositor, que fue enterrado aquí en 1926, en la capilla excavada en un pequeño salón y decorada con alegorías de la música.

Las decoraciones al descubierto

Las decoraciones al descubierto

Las decoraciones al descubierto

Espléndido descubrimiento en Villa Puccini de Torre del Lago: resurge un ciclo decorativo

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