El gran Parque Romántico de la Fundación Magnani-Rocca ha recuperado su encanto original gracias a un importante proyecto de restauración, el más significativo en el sector paisajístico de Emilia-Romaña, que ha sido posible gracias a la financiación del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia. La restauración afectó a doce hectáreas de parque, devolviéndoles su belleza histórica mediante una cuidadosa operación de mejora botánica y paisajística. Se han restaurado más de novecientos árboles, pertenecientes a treinta y siete especies diferentes, incluidos tres ejemplares monumentales de la lista nacional: un majestuoso Cedro del Líbano, una rara Sequoia sempervirens y un imponente Platano. La intervención también introdujo más de ocho mil nuevas plantas y más de cien nuevas especies, enriqueciendo el patrimonio vegetal existente. Completan el proyecto nuevas colecciones botánicas de Osmanthus, Viburnum, Cornus, Hydrangea, Magnolia e Iris, junto con la creación de un bio-lago natural equipado con un avanzado sistema natural de biofiltración y fitodepuración.
Entre los elementos más innovadores del proyecto se encuentra el Jardín Contemporáneo, el primero de Emilia-Romaña inspirado en los principios del “Nuevo Movimiento Perenne”, concebido por el famoso arquitecto paisajista Piet Oudolf. Este espacio rompe con los esquemas geométricos tradicionales, adoptando un concepto más libre y orgánico, cercano al ritmo natural de las estaciones. Compuesto por plantas vivaces y gramíneas ligeras, el jardín ocupa ochocientos metros cuadrados con más de 6500 ejemplares dispuestos según una lógica “matricial”, que garantiza una floración continua de marzo a noviembre. Un proyecto que interpreta la estética y la sensibilidad de Luigi Magnani en clave vegetal.
El Parque Romántico, que rodea la Villa dei Capolavori, representa un unicum en Italia por la extraordinaria superposición de tres siglos de estilos paisajísticos: el estilo formal italiano, el siglo XIX inglés y el enfoque contemporáneo. Un caso raro incluso a nivel europeo. Ninguna otra institución de nuestro país puede presumir de una colección de arte de tal relevancia internacional enclavada en un contexto verde tan estratificado y coherente, capaz de ofrecer una experiencia estética completa y armoniosa, en la que las obras de arte albergadas en la villa dialogan con las “vivas” del jardín.
La restauración también ha permitido redescubrir en Paulucci el legado de Marianna Panciatichi Ximenes d’Aragona, destacada naturalista del siglo XIX y primera mujer italiana en obtener reconocimiento académico internacional en un entorno dominado por los hombres. Su figura ha vuelto a la luz gracias al trabajo de investigación histórica que precedió a la recuperación del parque. Sus colecciones -incluidas 534 especies de moluscos presentadas en la Exposición Universal de París de 1878, un herbario con más de 4.000 ejemplares y una colección ornitológica con 1.260 especímenes- dan fe de su extraordinaria aportación científica. Sus fotografías en papel salado, de las primeras en Italia en inmortalizar jardines, fueron también una valiosa referencia. Hoy, gracias al proyecto, algunas de las plantas que Marianna cultivaba en el siglo XIX han vuelto a vivir en el parque, restableciendo ese vínculo entre ciencia, estética y memoria histórica.
La historia del jardín de Mamiano abarca tres siglos, ofreciendo a los visitantes un raro ejemplo de continuidad y transformación paisajística. El trazado original data de 1819, cuando el general Filippo Paulucci delle Roncole diseñó un primer jardín formal. Su hijo Alessandro y su esposa Marianna lo transformaron en un espacio romántico en la segunda mitad del siglo XIX, y Luigi Magnani lo enriqueció en la década de 1960 con un elegante jardín de estilo italiano inspirado en el Renacimiento. La introducción del nuevo Jardín Contemporáneo completa ahora este relato histórico, proyectando hacia el futuro el legado paisajístico del parque.
A lo largo del tiempo, este encantador lugar ha acogido a figuras centrales de la cultura del siglo XX. Artistas, escritores e intelectuales como Giorgio Morandi, Eugenio Montale, Giuseppe Ungaretti, Alberto Moravia, Italo Calvino, Giacomo Manzù y la princesa Margarita de Inglaterra han paseado entre sus árboles monumentales. El majestuoso Cedro del Líbano, de 37 metros de altura, y la antigua Sequoia son ahora árboles protegidos.
El Parque Romántico no es sólo belleza artística y memoria cultural: es también un verdadero laboratorio viviente de biodiversidad. Alberga cientos de especies vegetales y representa un importante peldaño en la red ecológica del territorio parmesano. Fauna protegida como pavos reales, zorros, ardillas, faisanes, liebres, sapos, ranas y pájaros carpinteros encuentran aquí refugio. El biolago con fitodepuración es uno de los primeros ejemplos italianos de gestión sostenible de los recursos hídricos en un contexto histórico.
Todo el proyecto se llevó a cabo de acuerdo con los principios de la Carta de Florencia, que establece criterios estrictos para la protección de los jardines históricos. Sin embargo, la obra ha sabido integrar elementos de innovación contemporánea de forma respetuosa y coherente con el espíritu de la Fundación Magnani, demostrando que historia y modernidad pueden coexistir armoniosamente. Este es el mismo principio que guió a Luigi Magnani, que supo yuxtaponer a Goya y Burri en su colección de arte.
Con esta restauración, la Fundación Magnani-Rocca se establece como punto de referencia para el turismo cultural europeo, ofreciendo una experiencia que va más allá de la tradicional visita a un museo. El parque renovado es una inversión en la valorización del patrimonio, un modelo para el futuro en el que confluyen la identidad histórica y la visión contemporánea. Es un lugar que invita al descubrimiento, a la reflexión y también a la convivencia, ideal para familias, estudiosos, entusiastas de los jardines históricos y amantes del arte y la naturaleza. Entre árboles centenarios, obras de arte y silencios evocadores, el Parque Romántico se revela hoy más que nunca como un precioso rincón de Europa.
El Parque Romántico puede visitarse de mediados de marzo a mediados de diciembre, de 10.00 a 18.00 horas (cerrado los lunes; también cerrado los martes de julio y agosto). Los recorridos son accesibles y aptos para todas las edades. Se ofrecen visitas guiadas especializadas y talleres educativos. También es posible disfrutar del parque de forma independiente, con momentos de relax, lectura o picnic entre la vegetación.
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| Restauración del Parque Romántico de la Fundación Magnani-Rocca: conserva tres siglos de estilos paisajísticos |
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