Massa, inminente tala de árboles en Villa Rinchiostra, estallan las protestas

En Massa, el debate se acalora en torno al parque de Villa Rinchiostra, antiguo pabellón de caza de la familia Cybo-Malaspina construido en 1675 por el arquitecto Alessandro Bergamini y que hoy alberga el Museo Gigi Guadagnucci. Un importante plan de remodelación, por valor de 3,43 millones de euros, prevé de hecho la transformación de la zona verde en un jardín a la italiana, con senderos y fuentes, estatuas y parterres. El problema es que el plan exige la eliminación de 80 árboles.

En el parque de Rinchiostra hay muchos árboles: principalmente pinos y encinas, que caracterizan el parque. Hay, por ejemplo, dos majestuosos cedros del Líbano justo delante de la villa, así como naranjos justo en la entrada, palmeras, setos de laurel, álamos, magnolias, tejos, plátanos, arces de campo, algarrobos, incluso un cedro del Himalaya. Algunos de estos árboles serán talados, según han denunciado las asociaciones ecologistas, aunque el concejal de Obras Públicas , Marco Guidi, ha dicho que solo se retirarán los árboles necesarios para restaurar los caminos del jardín, según las prescripciones enviadas por la Superintendencia para el proyecto presentado en 2017, y que los retirados serán replantados. “El objetivo”, ha declarado el concejal Guidi al diario La Nazione, “es poner en valor dos hectáreas del parque y seguimos el proyecto aprobado por la anterior administración en junio de 2018. Las intervenciones se limitarán a las prescripciones del paisajismo, para los senderos, y a replantar en su lugar árboles autóctonos coherentes con la historia de la villa. Según el diseño, restauraremos la fuente central, los paseos y las 4 fuentes del centro de cada uno. Todo será utilizable por la ciudadanía. Los árboles permanecerán, algunos se quitarán pero también se repondrán”. El concejal continuó diciendo que le sorprendía el hecho de que “el proyecto tuviera un proceso participativo con muchas asambleas con los ciudadanos, así que o la gente no lo vio o no quiso ver cómo estaba en su momento. En todo caso, estamos dispuestos a mejorarlo aún más si es posible”. La Superintendencia prescribió entonces la verificación de la estanqueidad de las plantas, el espesamiento de las esencias y la definición de un programa de mantenimiento para los próximos diez años.

Al frente de las críticas está la sección massese de Italia Nostra, que ha enviado una carta al alcalde Francesco Persiani: “Italia Nostra”, se lee, “no puede sino declararse en principio favorable al proyecto de recuperación del antiguo jardín con la restauración de las cuatro cuencas y de los senderos. Se trata, en efecto, de un proyecto muy ambicioso, y precisamente por ello nos parece oportuno plantear algunas dudas que deberían aclararse antes de asignar las obras a un contratista. En realidad, el proyecto se remonta a varios años atrás y fue presentado, como anteproyecto, ya por la anterior administración en 2018. No nos consta, sin embargo, pero quizá nos equivoquemos, que haya habido otras presentaciones públicas desde entonces, por lo que seguimos un poco desconcertados, aunque pensamos que el proyecto ejecutivo no puede ser muy diferente del preliminar, ya que deberá restituir un trazado bien definido tal y como aparece en la cartografía histórica. Sin embargo, dado que se trata de una intervención muy importante, en nuestra opinión debería presentarse públicamente. Si esto no es posible en estos tiempos de pandemia, al menos debería publicitarse adecuadamente en la página web municipal. Lo mismo cabe decir de las prescripciones de la Superintendencia, que deben hacerse públicas, y del estudio botánico que seguramente precedió a la redacción del proyecto. Además de ambicioso, el proyecto podría ser doloroso en algunos aspectos, ya que implica la tala de algunos árboles. Es de esperar que se haga todo lo posible para limitar al máximo dicha tala, salvaguardando en particular los árboles monumentales que dan sombra y belleza al parque-jardín. La cantidad de árboles que algunos piensan que habría que talar parece excesiva (80 árboles sería realmente mucho) y sería bueno ser más claros al respecto. Evidentemente, aunque estamos seguros de que se ha tenido debidamente en cuenta, habrá una zona de juegos infantiles. Huelga decir que el mantenimiento y la vigilancia del jardín absorberán muchos recursos del municipio y, más en general, de la ciudad, y no nos referimos sólo a los recursos económicos”.

Las críticas también llegaron desde la oposición (que administraba la ciudad en el momento de la aprobación del proyecto): “No estamos en contra de las obras del parque y la villa”, declaró a Tirreno el concejal del Pd Stefano Alberti, "pero se está desvirtuando un proyecto importante. La tala de 80 plantas nos preocupa, aunque reconocemos la importancia de la intervención prevista. Puedo decir que el anuncio es una conquista del círculo del PD y de los residentes de la zona, y estamos de acuerdo con la obra, al igual que estamos a favor de la recuperación de la villa y el jardín, pero creemos que no se debe distorsionar la vegetación de la Rinchiostra’. Alberti también oppoine razones históricas: el parque “no nació como un jardín italiano, a lo largo de los siglos ha tenido varios pasajes. De hecho, todas las plantas exóticas presentes fueron insertadas por las distintas haciendas, que se inspiraron en el jardín de tipo romántico. Pedimos respeto, ambiental, botánico e histórico, para proceder con cautela y sin distorsionar el parque. Ochenta plantas son ochenta plantas, y cortarlas es un insulto a la ciudad”.

Mientras tanto, para el 6 de enero, a las 11 de la mañana, el círculo Pd de Quercioli-Villette (el barrio de Massa donde se encuentra Villa Rinchiostra) ha organizado un flash mob para protestar contra la tala de los árboles.

En la foto: Villa Rinchiostra (foto de Enrico Amici)

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