Casi cincuenta años después de la muerte de Carlo Scarpa (Venecia, 1906 - Sendai, 1978), el Museo Gypsotheca Antonio Canova de Possagno dedica al arquitecto veneciano una amplia exposición que reconstruye su largo y articulado diálogo con las artes a través del leitmotiv de la Bienal de Venecia, con la que colaboró durante casi cuarenta años, de 1934 a 1972. La exposición, que podrá visitarse del 22 de junio de 2025 al 11 de enero de 2026 y está comisariada por Mario Gemin y Orietta Lanzarini, se centra en uno de los aspectos más fértiles y menos convencionales de la producción de Scarpa: su capacidad para moverse en el sutil filo entre arquitectura e instalación, entre diseño y obra, entre creación y cuidado de la visión. El comité científico de la exposición está compuesto por Moira Mascotto (presidenta), Elisabetta Barisoni, Giovanni Bianchi, Francesca Castellani, Mauro Pierconti y Carla Sonego.
Organizada en tres secciones, Los artistas, Los vidrios, La Bienal, la exposición permite recorrer la geografía cultural y estética que nutrió el imaginario de Scarpa, poniendo de relieve el papel central que la Bienal tuvo en el desarrollo de su poética del diseño. La primera sección presenta una selección de obras de artistas que Scarpa conoció, estudió o contribuyó a dar a conocer al gran público precisamente a través de sus conjuntos museísticos: entre otros, Paul Klee, Gustav Klimt, Giorgio Morandi, Arturo Martini, Osvaldo Licini, Alberto Viani, Mario De Luigi. Las obras -dibujos, acuarelas, esculturas, óleos- proceden todas de la colección de Luciano Gemin, arquitecto de Treviso y estrecho colaborador de Scarpa, a quien la exposición rinde homenaje.
“Es un orgullo”, afirma el Alcalde de Possagno, Valerio Favero, “como Alcalde y para la comunidad que represento, poder acoger en nuestro museo esta gran exposición dedicada al profundo vínculo entre Carlo Scarpa y la Bienal de Venecia. Un vínculo que no sólo ha marcado casi cuarenta años de historia de la arquitectura expositiva veneciana, sino que también ha contribuido a modelar la mirada y el pensamiento de uno de los protagonistas más refinados y visionarios del siglo XX. Quiero dar las gracias a todos los que han hecho posible esta iniciativa, desde la familia Gemin a los estudiosos, pasando por los conservadores, los coleccionistas y las instituciones implicadas. Possagno y nuestro museo demuestran cada vez más ser un lugar de encuentro entre la creatividad y la memoria, y esta exposición es un ejemplo significativo de ello”.
“Estamos orgullosos de acoger en Possagno una exposición de gran valor cultural, que rinde homenaje a un protagonista absoluto de la arquitectura italiana como Carlo Scarpa, cuya conexión con la Bienal de Venecia fue un eje de su visión artística y de diseño”, afirma el Presidente de la Fondazione Canova ONLUS, Massimo Zanetti. “Esta exposición, que es también un homenaje a su alumno Luciano Gemin, una figura de gran importancia para la historia reciente de nuestro Museo, confirma el compromiso de la Fondazione Canova Onlus en la promoción de proyectos expositivos de alto perfil, capaces de mejorar el diálogo entre el arte, la arquitectura y el territorio”.
“Por primera vez”, afirma Directora del Museo Gipsoteco Antonio Canova, Moira Mascotto, “el Museo Possagno presenta un proyecto expositivo concebido para valorizar la figura de Carlo Scarpa no sólo como arquitecto, sino también como artista polifacético y protagonista de la escena cultural del siglo XX. La exposición, articulada en torno a una selección de obras de la Colección Gemin, ofrece la oportunidad de explorar los múltiples aspectos de su trayectoria creativa y de profundizar en la relevancia de su colaboración con la Bienal de Venecia”.
“Para mi padre”, afirma el co-comisario de la exposición, Mario Gemin, "la decisión, sugerida por el pintor Bruno Saetti, de abandonar la Academia de Bellas Artes para dedicarse al estudio de la arquitectura representó un punto de inflexión. Fue esa elección la que le impulsó a mantener una estrecha relación con el mundo artístico: en un primer momento, se dirigió a los maestros de la Academia, después se acercó al círculo de pintores vinculados a la Galleria d’Arte del Cavallino de Carlo Cardazzo y, por último, amplió su mirada al entorno milanés y parisino. Fue sobre todo gracias a Carlo Scarpa que los yesos y bronces de Alberto Viani, los grattages de Mario Deluigi y las obras de otros artistas expuestas en la Bienal de Venecia pasaron a formar parte de la colección. Tras la muerte del Maestro, fue Giuseppe Mazzariol quien tomó el relevo de su legado, orientando las elecciones de mi padre hacia artistas contemporáneos, así como hacia pintores de la Venecia del siglo XVI".
“El itinerario de la exposición”, afirma la cocomisaria de la muestra, Orietta Lanzarini , “define -a través de una selección de bellas pinturas, esculturas y obras gráficas, la mayoría inéditas, y un conjunto de espléndidas piezas de cristal de Murano- una especie de ’geografía cultural’ que entrelaza lageografía cultural’ que entrelaza la historia personal y profesional de Carlo Scarpa con la de los artistas, italianos e internacionales, que poblaron la Bienal en los cuarenta años durante los cuales el arquitecto trabajó para la institución veneciana”.
La segunda sección está dedicada a la temporada de Scarpa en Murano, que comenzó en los años veinte en M.V.M. Cappellin y continuó en la empresa Venini, con la que trabajó ininterrumpidamente hasta 1947. Las piezas de vidrio expuestas, una veintena en total, documentan la elegancia técnica y la tensión experimental con las que Scarpa supo reinventar un lenguaje formal milenario, poniéndolo en diálogo directo con la investigación vanguardista y los lenguajes plásticos contemporáneos.
La tercera sección se centra finalmente en la Bienal de 1968, un acontecimiento central no sólo para la historia de la institución veneciana, sino también para la parábola profesional y poética de Scarpa. En aquella ocasión, llamado a diseñar el montaje de la exposición Líneas de investigación: de lo informal a las nuevas estructuras, Scarpa decidió exponer en primera persona no dibujos ni proyectos arquitectónicos, sino tres esculturas, hoy conservadas en la Colección Gemin, afirmando con fuerza su condición de artista además de arquitecto. La exposición muestra también dibujos autógrafos inéditos, que documentan el esfuerzo creativo de Scarpa por ampliar y transformar los espacios expositivos del Padiglione Italia, así como materiales relacionados con el montaje de la exposición Capolavori della pittura del XX secolo 1900-1945, que en 1972 marcó el final de su colaboración con la Bienal.
Junto al homenaje a Carlo Scarpa, la exposición es también un tributo a la figura de Luciano Gemin (Treviso, 1928 - 2023), alumno, amigo y compañero de Scarpa, a quien se debe la colección de la que proceden todas las obras expuestas y la concepción del Ala Gemin del Museo Possagno, ampliación del edificio original proyectada por el propio Scarpa en los años cincuenta. Un rico calendario de iniciativas acompaña a la exposición, con visitas guiadas, actividades familiares, talleres para escuelas, conferencias y encuentros con estudiosos y arquitectos. Durante el periodo de la exposición, una parte del edificio también se someterá a una restauración conservadora destinada a proteger y realzar el “Cannocchiale”, una de las soluciones arquitectónicas más llamativas de Scarpa. El catálogo de la exposición, coeditado con la SAGEP, incluye ensayos críticos de las comisarias, Moira Mascotto, Carla Sonego y Elisabetta Barisoni.
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