El tribunal de Agrigento ha dictado dos sentencias por dañar la Scala dei Turchi, uno de los destinos turísticos más fotografiados de Sicilia. Los jueces reconocieron la responsabilidad de dos hombres, ambos de Favara, en el episodio ocurrido en enero de 2022, cuando el acantilado blanco fue embadurnado con polvo rojo. Se trata de Domenico Quaranta, de 51 años, y Francesco Geraci, de 47, considerados respectivamente el autor material del acto y su cómplice.
Según reconstruyeron los investigadores, Quaranta habría esparcido sobre la superficie del acantilado un polvo a base de óxido de hierro, un pigmento utilizado habitualmente para colorear revoques. Geraci, por su parte, habría actuado como vigía durante la acción. La decisión de utilizar óxido de hierro en lugar de pintura no impidió, sin embargo, que se produjeran daños visibles y generalizados en toda la cresta rocosa. Al principio se temió que se tratara de pintura real, más difícil de eliminar, pero los análisis realizados por la Superintendencia del Patrimonio Cultural confirmaron que se trataba de polvo pigmentado, más fácil de lavar.
Las penas impuestas a los dos acusados difieren. Quaranta, con condenas anteriores por un intento de atentado en el metro de Milán en 2002, recibió una pena de tres meses y cinco días. La pena se redujo tras el reconocimiento de un defecto mental parcial, que se desprendió de un informe psiquiátrico. Geraci, por su parte, que no tenía antecedentes penales, fue condenado a cuatro meses y quince días. Ambos fueron declarados culpables de daños a bienes de interés paisajístico.
Los daños causados a la Scala dei Turchi habían provocado una amplia reacción pública en el momento de los hechos. El acantilado, formado por marga blanca y caracterizado por una forma ondulada sin aristas, es uno de los símbolos paisajísticos de la costa de Agrigento, situada en el municipio de Realmonte, entre dos playas no lejos de Porto Empedocle. Además de su valor naturalista, el acantilado goza de gran notoriedad por haber sido mencionado varias veces en las novelas del comisario Montalbano, de Andrea Camilleri, y por haber servido de escenario cinematográfico en varias películas, entre ellas Malèna, de Giuseppe Tornatore, e In guerra per amore, de Pif .
Inmediatamente después de la desfiguración, la fiscalía de Agrigento abrió una investigación contra desconocidos por daños a bienes de valor paisajístico. Aunque la acción de Quaranta y Geraci se llevó a cabo con un material soluble, parte del acantilado había adquirido un color rojizo claramente visible, como muestra el vídeo publicado por Mareamico Agrigento. Las condiciones meteorológicas contribuyeron inicialmente a la eliminación del polvo: el viento y las olas del mar ya habían dispersado parte del pigmento. En cualquier caso, la limpieza completa sólo fue posible gracias a la intervención de los técnicos municipales de Realmonte, la Superintendencia de Bienes Culturales y numerosos voluntarios, que se habían movilizado espontáneamente en los días posteriores al acto.
El yacimiento afectado por el vandalismo es objeto desde hace tiempo de iniciativas de mejora y protección. En 2007, el municipio de Realmonte presentó una solicitud oficial ala UNESCO para que la Scala dei Turchi, junto con la cercana villa romana, se incluyera entre los sitios del Patrimonio Mundial. El acantilado, compuesto por una roca sedimentaria particular de naturaleza calcárea y arcillosa, se distingue por su forma escalonada y su intenso color blanco. El nombre de Scala dei Turchi recuerda tanto el aspecto escalonado de la pared rocosa como las pasadas incursiones sarracenas, que en el siglo XVI desembarcaron en la zona aprovechando la protección del litoral.
Sin embargo, el lugar no es ajeno a los problemas de conservación y presión antrópica. En la década de 1980, su integridad paisajística se vio comprometida por la presencia de una obra para la construcción de un complejo hotelero, bloqueada posteriormente gracias a las denuncias de Legambiente. En 2008, el FAI -Fondo per l’Ambiente Italiano- incluyó la Scala dei Turchi entre los bienes a salvar, apoyando la batalla por la demolición del llamado ecomoster, que fue entonces efectivamente eliminado.
Hoy en día, la Scala dei Turchi sigue siendo uno de los lugares más visitados de Sicilia y, a pesar de las periódicas órdenes de prohibición por motivos de seguridad y protección, sigue atrayendo a miles de visitantes cada año. Precisamente por el valor paisajístico y simbólico que representa el lugar, el episodio de 2022 suscitó una amplia indignación entre ciudadanos, instituciones y asociaciones ecologistas.
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| Dos hombres condenados por dañar la Scala dei Turchi con óxido de hierro |
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