El 10 de junio de 2025, la histórica Villa Carafa Belvedere, también conocida como Palazzo Belvedere y situada en el barrio Vomero deNápoles, abrirá extraordinariamente sus puertas al público para acoger la exposición In-Natura del artistaFrancoMazzucchelli (Milán, 1939). La iniciativa, comisariada por Sabino Maria Frassà, propone un diálogo inédito entre el arte hinchable del milanés Mazzucchelli, la arquitectura barroca del siglo XVII y el diseño del nuevo horno Expressive de Gaggenau.
“Franco Mazzucchelli es conocido como el maestro de los hinchables, pero In-Natura revela su esencia más auténtica: que siempre ha sido el sastre de lo invisible”, afirma Sabino Maria Frassà. “Mazzucchelli nos obliga a replantearnos radicalmente el concepto de forma. Su arte es puro movimiento, una acción que da cuerpo al aire, sin entregarse nunca a la decoración ni a la retórica del peso. Al igual que en los cuadros de Luca Giordano, a través del mito de Niobe, se reflexiona sobre la medida y el equilibrio entre la grandeza y la conciencia, también Mazzucchelli nos recuerda, con poética ligereza, que la vida -como el arte- no es más que un soplo continuo: frágil, impermanente, vital. El gesto artístico de Mazzucchelli, absoluto pero intrínsecamente ligero, se entrelaza poderosamente con el pensamiento de Aristóteles, según el cual la materia es potencia -la posibilidad de ser- y la forma es acto -la realización concreta de ese ser-. La materia informe no es ausencia, sino apertura a la transformación. Como escribe Aristóteles en la Metafísica (IX, 8, 1050a): ’ἡ μὲν ὕλη δύναμις, τὸ δὲ εἶδος ἐνέργεια’ - ’La materia es potencia, la forma es acto’. La materia existe como posibilidad, la forma como realización de esa posibilidad. Esta exposición nos recuerda que lo vivo no es estable, sino que está en devenir. El arte de Mazzucchelli es un acto de aliento colectivo”.
“Aparentemente, en la fase de Nápoles del proyecto FORMAE, la interacción entre el lenguaje artístico distintivo del maestro Mazzucchelli y la síntesis de tecnología e investigación estética propia de Gaggenau parece proponer la yuxtaposición de dimensiones disonantes”, afirma Mistral Accorsi, Product & Brand Communication Manager de Gaggenau. “Por el contrario, el encuentro entre los hornos Expressive y la evocadora ligereza de las instalaciones artísticas -que, citando a Shakespeare, están hechas de la misma sustancia que los sueños- compone una sinfonía de contrastes armónicos. Este diálogo entre materia y visión nos invita a reflexionar sobre la esencia de la creatividad y el ingenio humano, capaces de transformar la materia cotidiana en forma, belleza y significado”.
“¿Qué es el arte, sino el intento de dar forma a los propios pensamientos y compartirlos con los demás? Para mí, el arte siempre ha sido un intercambio, incluso antes que un objeto físico. El artefacto es sólo el principio de un viaje que se abre al infinito, que va más allá de mí mismo y más allá del tiempo presente”, añade Franco Mazzucchelli.
In-Natura representa la tercera etapa del ciclo de exposiciones FORMAE, promovido por la marca de diseño de lujo Gaggenau en colaboración con CRAMUM e Italy Sotheby’s International Realty. El proyecto, bajo la dirección artística de Sabino Maria Frassà, pretende valorizar algunos de los edificios históricos más importantes de Italia a través de un recorrido que explora la transformación de la materia en forma, pensamiento y belleza. Tras las etapas de Milán y Florencia, Nápoles es la nueva sede elegida para la continuación de este proyecto expositivo. La exposición tiene lugar en las salas de la villa, en parte pintadas al fresco por Luca Giordano, uno de los máximos exponentes de la pintura barroca napolitana. La intervención artística de Mazzucchelli adopta la forma de una instalación site-specific, concebida para establecer una interacción dinámica con el entorno arquitectónico circundante. Las obras expuestas, todas ellas realizadas con materiales transparentes, generan un cambio en la percepción espacial del visitante, al que se invita a reconsiderar el entorno como una entidad viva en continua transformación. A través de estructuras hinchables que se desarrollan entre muros decorados y mobiliario de época, el recorrido expositivo induce a una reflexión sobre la relación entre presencia y ausencia, forma y vacío, permanencia y cambio. La adopción exclusiva de la transparencia en los materiales acentúa la sensación de impermanencia y relatividad: nada es estable, toda visión está sujeta al cambio. El objetivo declarado es superar la distinción entre obra y espacio, entre objeto y entorno, en favor de una lectura fluida e interactiva de la forma.
En el corazón del recorrido expositivo, la sala principal acoge una de las obras centrales de la exposición: una estructura totémica que alberga el nuevo horno Expressive de Gaggenau. Las líneas mínimas del electrodoméstico, inspiradas en la sobriedad formal del pensamiento baussiano, contienen en su interior la Cubosfera, una de las esculturas simbólicas más conocidas de Mazzucchelli. Se trata de una forma geométrica que sintetiza visualmente la tensión entre orden e irregularidad, un intento de conciliar la redondez del círculo con la rigidez del cubo, evocando conceptos de perfección e imperfección. En este marco, el horno no es sólo un recipiente, sino una especie de alambique simbólico, en el que la interacción entre arte, tecnología y diseño produce una nueva idea de la materia. El título de la exposición, In-Natura, recuerda el carácter efímero y al mismo tiempo procesual de la obra de Mazzucchelli. Sus obras hinchables, ya conocidas por intervenciones urbanas como la serie Abbandoni, reflexionan sobre la inestabilidad de la forma y la necesidad de adaptación continua.
Franco Mazzucchelli, nacido en Milán el 24 de enero de 1939, se licenció en pintura en 1963 y en escultura en 1966 en la Academia de Bellas Artes de Brera. Su carrera se distingue por su participación en grandes eventos, como la Bienal de Venecia en 1976 y 2024 y la XI Quadriennale di Roma en 1986. En 2022 recibió el Premio Alfredo d’Andrade a la Trayectoria. A partir de la década de 1960, Mazzucchelli comenzó una investigación pionera en el uso de materiales plásticos, dando forma a grandes estructuras hinchables diseñadas para ser abandonadas en contextos públicos. Con estas intervenciones, concebidas como actos de relación entre arte, paisaje urbano y naturaleza, el artista redefine la relación entre obra y espectador, promoviendo un arte participativo y compartido. La documentación fotográfica y en vídeo de sus obras pone de relieve su integración dinámica con el espacio. Desde la segunda mitad de la década de 1970, sus esculturas hinchables de PVC han evolucionado hacia instalaciones de polietileno que pueden ser atravesadas por el público y lo transforman en parte activa de la obra.
En la década de 1990, su práctica se extendió hacia nuevas trayectorias estéticas y sociales con los ciclos REC y A.ON.A., culminando en el proyecto Bieca Decorazione (BD), que investiga el sutil límite entre la seducción visual y la provocación. Aún hoy, Mazzucchelli sigue experimentando, impulsado por el deseo de investigar nuevas formas de percepción a través de sus elementos distintivos: la plástica y el aire. Entre las recientes exposiciones individuales fruto de la colaboración con CRAMUM y el comisario Sabino Maria Frassà se encuentran Non abbandonarmi! en el Studio Museo Francesco Messina (Milán, 2015), Non ti abbandonerò mai en el Museo del Novecento (Milán, 2018) y BI-FACE en Gaggenau Milán (2019). También cabe mencionar instalaciones como Salvami Andata-Ritorno para la Semana del Diseño 2018 y Quadreria 2050 en el Museo Macro de Roma. Paralelamente a su actividad artística, Mazzucchelli ha impartido clases de Técnicas Escultóricas y ha coordinado el Departamento de Comunicación Visual Multimedia en la Academia de Brera, contribuyendo a la formación de numerosos jóvenes artistas.
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| Franco Mazzucchelli y Gaggenau en Nápoles: arte y diseño hinchables en la barroca Villa Carafa |
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