La colección de la Triennale Milano se haenriquecido con nuevas obras gracias al apoyo de Gucci. Cuatro, en concreto, son las nuevas adquisiciones: se trata de obras de Giorgio de Chirico, Franco Mazzucchelli, Marcello Maloberti y Luisa Lambri, fruto de una elección curatorial que rejuvenece el patrimonio de la institución, con la intención de renovar su vínculo con su historia, el contexto urbano y el arte italiano del presente.
Quizá el más emblemático sea el boceto pictoescultórico de Giorgio de Chirico de 1973, obra preparatoria del famoso grupo escultórico I Bagni Misteriosi, creado para la XV Exposición Internacional y hoy parte integrante del jardín de la Triennale. Con esta adquisición, expuesta en los nuevos espacios del nivel del parque, se renueva el diálogo entre el artista metafísico y la propia identidad de la Triennale, en señal de continuidad histórica.
A partir del 13 de mayo, junto al boceto de De Chirico, se podrá ver también la intervención de Marcello Maloberti: con la obra MILANO PORTAMI DOVE SONO, una instalación de neón site-specific colocada en la fachada del Palazzo dell’Arte, el artista compone una declaración de amor a Milán, a su complejidad, a su identidad plural. La frase luminosa, como suele ocurrir en las obras de Maloberti, es a la vez íntima y pública, enigmática y directa: establece un umbral entre el interior y el exterior, entre la ciudad real y la imaginada. La obra forma parte de un tríptico ideal que incluye también TRIENNALE VOCE y LUNA, instalaciones situadas en el jardín de la Triennale.
El tercer artista implicado es Franco Mazzucchelli, figura destacada de la experimentación italiana de la segunda mitad del siglo XX, conocido por sus instalaciones hinchables y acciones urbanas. La relación de Mazzucchelli con la Triennale es histórica: en 1973 fue el autor de la primera de sus Sostituzioni, expuesta en el Salone d’Onore, y entre 1979 y 1980 participó en la 16ª Exposición Internacional con la instalación Urbano reale - urbano virtuale. La adquisición de una de sus obras, que sucede a la exposición homenaje instalada en 2023 en el jardín de la institución, consolida este vínculo y devuelve a la ciudad una voz artística que siempre ha sabido dialogar con el espacio urbano y sus contradicciones.
Por último, la Trienal ha encargado un nuevo proyecto a Luisa Lambri, cuya investigación artística explora la relación entre arquitectura, percepción, fotografía abstracta, identidad y memoria. Lambri, conocida por su capacidad para revelar el espacio a través de fragmentos y detalles, presentará en 2026 una serie de nuevas obras inspiradas en la arquitectura del Palazzo dell’Arte diseñado por Giovanni Muzio. Será una lectura íntima y poética, que ofrecerá un punto de vista inédito sobre la estructura racionalista que alberga la Trienal: una reflexión visual sobre el modo en que el espacio nos habita, nos da forma, nos cuenta.
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La Trienal de Milán compra un cisne de De Chirico y otras obras con el apoyo de Gucci |
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