Los sensores sísmicos podrían salvar el patrimonio cultural


En la zona de la capilla Scrovegni se realizó una prueba con sensores sísmicos para controlar todas las vibraciones del subsuelo.

En la zona del anfiteatro romano que alberga la Capilla de los Scrovegni, entre el 27 y el 29 de octubre, se llevó a cabo un experimento utilizando una nueva y sofisticada tecnología no invasiva.

Gracias a una reciente colaboración científica entre el Ayuntamiento de Pad ua - Departamento de Cultura y el Ciba (Centro Interdepartamental de Investigación “Estudio y Conservación del Patrimonio Arqueológico, Arquitectónico e Histórico-Artístico”) de la Universidad de Padua, con la contribución de Stryde limited, investigadores de geofísica aplicada del Departamento de Bienes Culturales y del Departamento de Geociencias llevaron a cabo una prueba única para adquirir datos sísmicos pasivos y activos.



Stryde limited puso a disposición de Ciba unos 1.500 sensores sísmicos independientes de última generación, que permitieron monitorizar durante unas veinticuatro horas todas las vibraciones que tensionan los dos monumentos y realizar laadquisición sísmica 3D de ondas superficiales en dos zonas a caballo entre el anfiteatro romano y las inmediaciones de la capilla Scrovegni.

Los sensores utilizados se diseñaron para adquirir datos para mediciones sísmicas en el mundo de la prospección petrolífera, funcionando según nodos independientes, con una autonomía de veintiocho días, sin necesidad de cables, midiendo frecuencias en un rango entre 1 Hz y 125 Hz, lo que permite registrar tanto señales pasivas (ruido) a frecuencias muy bajas, como señales inducidas por esfuerzos mecánicos controlados.

Los sensores se fijaron manualmente en el suelo unos centímetros en las zonas de interés, según una malla regular, georreferenciando los puntos individuales. Una vez activados y hasta que se apagaron, los nodos registraron de forma autónoma señales pasivas y generadas artificialmente en puntos predeterminados con una fuente controlada. Toda la operación se supervisó mediante un sensor sísmico pasivo independiente situado en el exterior de la Capilla Scrovegni.

Los datos recogidos en la zona del anfiteatro romano y la Capilla de los Scrovegni se procesarán en los próximos meses para obtener un modelo tridimensional del comportamiento mecánico del subsuelo y aportarán nueva información importante sobre la naturaleza y la complejidad de las zonas investigadas, que será útil tanto desde el punto de vista arqueológico e histórico como geotécnico, para el conocimiento y la protección de este yacimiento.

Los resultados de estas investigaciones no invasivas también serán fundamentales para la vigilancia de los riesgos del patrimonio cultural.

Los sensores sísmicos podrían salvar el patrimonio cultural
Los sensores sísmicos podrían salvar el patrimonio cultural


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