Con ocasión del quinto centenario de la muerte de Boccaccio Boccaccino (Ferrara?, 1462 / 22 de agosto de 1466 - Cremona, 1525), el Museo Diocesano de Cremona presenta la primera exposición monográfica dedicada al artista, programada del 10 de octubre de 2025 al 11 de enero de 2026. La dirección científica de la exposición está confiada a Francesco Ceretti y Filippo Piazza, asistidos por un comité científico del que forman parte Gabriele Barucca, Francesco Frangi, Maria Cristina Passoni, Cristina Quattrini y Marco Tanzi. La exposición, organizada con la colaboración de la Superintendencia ABAP para las provincias de Cremona, Lodi y Mantua y con el patrocinio del Departamento de Musicología y Patrimonio Cultural de Cremona de la Universidad de Pavía, es una oportunidad para profundizar en el estudio y el conocimiento de un artista poco conocido por el gran público, pero de significativa importancia en el panorama artístico del Renacimiento en el norte de Italia. Boccaccino, descrito por Giorgio Vasari en sus famosas Vidas como un “raro” y “excelente pintor”, entró en escena como un notable intérprete de la lección impartida por Leonardo da Vinci en Milán y Giorgione en Venecia.
La idea de esta exposición monográfica surgió de la adquisición por el Museo Diocesano de Cremona de una tabla del pintor, fragmento de un retablo que se encontraba en la iglesia de San Pietro al Po de Cremona. Se trata de laúltima obra realizada por Boccaccino poco antes de su muerte. Con esta adquisición, el museo cuenta ahora con la colección más rica de obras del artista, entre las que se encuentran el fragmento de retablo restaurado, laAnunciación Ludovisi (en préstamo permanente de la Fondazione Arvedi Buschini), la Crucifixión y la Sagrada Familia con María Magdalena.
A través de préstamos de importantes museos, como las Galerías Uffizi, la Galería Estense, el Museo de Capodimonte, el Museo Cívico de Padua y el Museo Correr, la exposición recorre toda la trayectoria artística de Boccaccino, documentando su actividad atestiguada en Ferrara, Génova, Milán, Venecia, Roma y Cremona, en cuya catedral se conserva el extraordinario ciclo de frescos de la nave. De este modo será posible comprender la importancia del artista en el contexto más amplio del Renacimiento italiano entre finales del siglo XV y las tres primeras décadas del siglo XVI.
La exposición parte de los inicios del pintor, con laAdoración de los pastores del Museo de Capodimonte y la Virgen con el Niño de los Museos Cívicos de Padua, que ilustran sus características estilísticas, influidas por la cultura de Emilia-Ferrara y las sugerencias de Leonardo da Vinci.
Testigo del cambio de Boccaccino, tras su audaz traslado de Ferrara a Venecia en 1500, es laAdoración de los pastores de la Galleria Estense de Módena, en la que surgen referencias al lenguaje de Giorgione. Entre sus primeras obras venecianas destaca el retablo para la iglesia de San Giuliano -el llamado retablo de San Zuliano, hoy inamovible-, evocado por la Virgen con el Niño entronizado y un donante, procedente de una colección privada y nunca antes expuesto.
Durante su estancia en Venecia, Boccaccino desarrolló un lenguaje refinado, evidente en la pareja de Evangelistas y en la famosa Zingarella de las Galerías Uffizi. Esta fase le permitió afrontar el tema de la “conversación sagrada con medias figuras”, patentado por Giovanni Bellini y ampliamente difundido. Un ejemplo es la Virgen con el Niño entre los santos Juan Bautista y Catalina de Alejandría, en el Museo Correr de Venecia.
En el verano de 1506, el artista llegó a Cremona, donde recibió el encargo de pintar al fresco la pila absidal de la Catedral y laAnunciación en el Arco Santo, obra reproducida en el espléndido panel de la colección Ludovisi, hoy en el Museo Diocesano de Cremona. De la misma época son el Retablo de Santa Águeda de 1508, recientemente restaurado, y la Crucifixión sobre lienzo, ambos en el museo. Sin embargo, la mayor hazaña de Boccaccino fue la ejecución de las Historias de la vida de la Virgen y de la infancia de Cristo en la pared izquierda de la nave de la catedral de Cremona (1514-1519). La proximidad de la exposición a la Catedral ofrece la oportunidad de admirar en persona este ciclo de frescos.
La exposición concluye con dos obras de la madurez tardía de Boccaccino: el Retrato de caballero, procedente de una colección privada, que nunca antes se había expuesto y que constituye ahora el único testimonio de su producción de retratos, y el fragmento restaurado del llamado Retablo del Fodri. En estas obras, creadas a pesar de su avanzada edad, el artista demuestra que asimiló las innovaciones de artistas del Renacimiento del valle del Po como Girolamo Romanino y Altobello Melone, y que se incluyó en los circuitos culturales más influyentes de su época, manteniendo siempre la estima de sus contemporáneos.
La exposición irá acompañada de un catálogo, publicado por Officina Libraria, con ensayos de los comisarios y otros estudiosos, enriquecido con descripciones de las obras expuestas.
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En el Museo Diocesano de Cremona, primera exposición monográfica dedicada a Boccaccio Boccaccino, 500 años después de su muerte |
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