Arte contemporáneo y arqueología se dan cita en Isola Bisentina, en el corazón del lago de Bolsena


Del 28 de junio al 3 de noviembre de 2025, tres artistas contemporáneos dialogan con el agua y el paisaje de la Isola Bisentina, entre antiguos rituales lacustres y nuevas reflexiones sobre la memoria del lugar. Las obras site-specific se crearon en respuesta a recientes descubrimientos arqueológicos submarinos.

Del 28 de junio al 3 de noviembre de 2025, laIsola Bisentina (Viterbo) acoge La memoria dell’acqua (La memoria del agua), una exposición que combina arte contemporáneo, paisaje e historia sumergida. En el proyecto participan tres artistas, Lisa Dalfino, Namsal Siedlecki y Alex Cecchetti, que proponen intervenciones site-specific inspiradas en el lago de Bolsena como lugar de culto y peregrinación, enraizado en el tiempo y en la espiritualidad del territorio. La exposición toma forma a partir de las recientes exploraciones arqueológicas subacuáticas realizadas por el Servicio de Arqueología Subacuática de la Superintendencia de Viterbo, que retoman las investigaciones iniciadas en los años cincuenta por Alessandro Fioravanti.

Las inmersiones sacaron a la luz restos de asentamientos protohistóricos sumergidos, revelando aspectos de la vida cotidiana y las prácticas rituales de las comunidades que antaño habitaron el lago. Ofrendas votivas, objetos de uso y artefactos conservados por el agua atestiguan una profunda relación con el paisaje lacustre, confirmando el vínculo milenario entre el hombre y el medio acuático.

Malta de los Papas, interior
Malta de los Papas, interior

En el nuevo recorrido expositivo, el agua se convierte en elemento central, fuerza natural capaz de destruir y preservar, símbolo de continuidad entre pasado y presente. Las obras se distribuyen en puntos importantes de la isla, cada uno con una fuerte carga histórica y simbólica. En el centro de la Malta dei Papi, un hipogeo excavado en el monte Tabor y probablemente destinado a funciones rituales ya en época etrusca, se encuentran los fragmentos de vidrio de Lisa Dalfino (1987). La artista trabaja sobre formas que evocan antiguos exvotos, reelaborando el lenguaje del ritual en clave contemporánea. Sus instalaciones se relacionan con el espacio subterráneo, sugiriendo un diálogo silencioso entre el gesto ritual y el material frágil.

Las esculturas de Namsal Siedlecki (1986), por su parte, se sitúan en el Oratorio del Monte Calvario y en el astillero Art Nouveau, este último recientemente restaurado y convertido en el punto de referencia de la isla. Las obras expuestas evocan formas alquímicas y gestos propiciatorios, reflexionando sobre las prácticas votivas como forma de conectar con lo invisible. El material elegido y la representación de las superficies ponen de relieve la relación entre transformación, tiempo y espiritualidad. En la iglesia de los Santos Santiago y Cristóbal, recientemente reabierta al público tras unas obras de conservación, se exponen obras sobre papel de Alex Cecchetti (1973). Sus obras remiten al imaginario de un fondo lacustre, en el que se mezclan elementos naturales y recuerdos sumergidos. Los dibujos proponen una narrativa que invita al público a convertirse en testigo de una historia preservada en el agua.

Alex Cecchetti, Visión submarina azul
Alex Cecchetti, Visión submarina azul
Lisa Dalfino, Omphalos
Lisa Dalfino, Omphalos
Lisa Dalfino, Omphalos
Lisa Dalfino, Omphalos
Namsal Siedlecki, escultura de paja y bronce
Namsal Siedlecki, Escultura de paja y bronce

La memoria del agua forma parte del proceso más amplio de puesta en valor de la Isola Bisentina, un microcosmos naturalista y cultural dentro del mayor lago volcánico de Europa. Tras años cerrada, la isla volvió a ser accesible al público en 2022 gracias a la intervención de la familia Rovati, actual propietaria, que inició un proceso de protección y restitución de todo el complejo. El lugar ofrece ahora un itinerario entre arquitectura histórica e instalaciones de arte contemporáneo integradas en el paisaje.

La isla, cubierta de una densa vegetación que alterna especies autóctonas y plantas importadas, está salpicada de capillas, caminos devocionales y restos de edificios que dan cuenta de la larga estratificación humana. Todo el trazado monumental es el resultado de un proyecto que se remonta al Renacimiento, cuando el Papa Pío II y la familia Farnesio concibieron un camino místico y artístico que culminó con la construcción de siete capillas y una iglesia central.

Fresco del Oratorio del Monte Calvario
Fresco del Oratorio del Monte Calvario
Fresco del Oratorio del Monte Calvario
Fresco del Oratorio del Monte Calvario

La Iglesia de los Santos Santiago y Cristóbal, accesible de nuevo desde 2024, es uno de los lugares centrales del proyecto expositivo. Su construcción se remonta a finales del siglo XVI, cuando el cardenal Alessandro Farnese Junior superpuso una nueva estructura monumental al edificio anterior dedicado a San Juan Bautista, basándose en un diseño de Giovanni Antonio Garzoni da Viggiù. Las obras comenzaron en 1588 y finalizaron entre 1602 y 1603, bajo la dirección de Odoardo Farnesio.

A lo largo de los caminos perimetrales se encuentran las siete capillas, construidas entre los siglos XV y XVI. Entre ellas destacan la capilla octogonal de Santa Catalina, atribuida a Antonio da Sangallo el Joven y situada en un espolón rocoso a 22 metros sobre el nivel del mar, y la capilla del Crucifijo o del Monte Calvario, que contiene frescos atribuibles a la mano de Benozzo Gozzoli. Estos edificios religiosos, que forman parte de una ruta de peregrinación idealmente vinculada a la Vía Francígena, atestiguan la centralidad espiritual de la isla en el contexto de la Tuscia renacentista. Durante los siglos siguientes, la Isola Bisentina siguió atrayendo la atención de viajeros, clérigos, intelectuales y miembros de la aristocracia. Obispos, poetas, industriales, duques y escritores la han habitado y frecuentado, dejando tras de sí huellas visibles de una historia articulada y rica en matices.

Arte contemporáneo y arqueología se dan cita en Isola Bisentina, en el corazón del lago de Bolsena
Arte contemporáneo y arqueología se dan cita en Isola Bisentina, en el corazón del lago de Bolsena


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