En un acto cargado de valor simbólico y jurídico, el Ministerio de Culturaespañol devolvió a los herederos de Pedro Rico (1888 - 1957), primer alcalde republicano de Madrid, una serie de obras de arte incautadas en 1938 por la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico y nunca devueltas durante las décadas de la dictadura franquista. La ceremonia oficial se celebró en el Museo del Prado, con la presencia del ministro de Cultura , Ernest Urtasun, quien encabezó el acto público de entrega, destacando la importancia del evento en términos de memoria, justicia y transparencia institucional. “Es admirable y conmovedor que aquel periodo de muerte y represión, de adoctrinamiento y falta de libertad, no pudiera borrar la huella de lo que celebramos en este acto: la cultura como emblema y sustento esencial de la democracia”, dijo el ministro durante su intervención.
Los siete cuadros, guardados durante décadas en los almacenes de varios museos estatales, fueron finalmente devueltos a la familia Rico. Se trata de La romería (Museo Nacional del Romanticismo), El viático y El bautizo (Museo del Traje), Romería (Museo de Bellas Artes de Valencia), Salida de toreros (Museo de Málaga), Escena de majos y celestina y Asalto a la diligencia (Museo del Prado). A ellos se unirán próximamente El merendero y Vendedor de periódicos, actualmente custodiados en el Museo de Bellas Artes de Asturias, cuya devolución está prevista para los próximos meses en un acto organizado por la comunidad autónoma. La historia de los cuadros refleja la complejidad del destino del patrimonio privado durante la Guerra Civil española. Las obras de Pedro Rico fueron puestas bajo la protección del Estado republicano para evitar su destrucción o saqueo, pero con la caída de la República y el ascenso del régimen franquista, el ex alcalde fue condenado al exilio, privado de sus derechos civiles e impedido de reclamar sus bienes. Tras su condena por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, las obras acabaron dispersas en diversos museos estatales, a menudo sin etiquetas identificativas, lo que dificultó enormemente rastrear su procedencia original.
Fundamental para la restitución fue la investigación histórica y administrativa llevada a cabo por la Subdirección General de Museos Estatales y la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes. Gracias al cruce de datos procedentes de archivos públicos, documentación museística e inventarios de guerra, se pudo establecer con certeza que las obras nunca habían sido adquiridas legalmente por el Estado, sino que se encontraban en situación de depósito temporal, formalmente no transferidas a la titularidad pública. En el acto en el Prado estuvieron presentes, además del ministro Urtasun, la directora general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, Ángeles Albert, el presidente del Patronato del Museo Nacional del Prado, Javier Solana, y representantes de los museos implicados, entre ellos Carolina Miguel (Museo Nacional del Romanticismo), Helena López de Hierro (Museo del Traje) y Pablo González Tornel (Museo de Bellas Artes de Valencia). Recogiendo las obras, visiblemente emocionada, se encontraba una de las nietas de Pedro Rico, Francisca Rico, acompañada de otros familiares.
La colección de Pedro Rico estaba compuesta en gran parte por pinturas costumbristas del siglo XIX de artistas como Eugenio Lucas y Lucas Villaamil. Se centraba en temas populares, escenas de la vida cotidiana y ceremonias religiosas, en consonancia con el gusto coleccionista de la época. Algunas de las obras fueron robadas de los almacenes del Prado en los años de posguerra: los ladrones retiraron las etiquetas identificativas para dificultar su reconocimiento. Algunos de estos cuadros fueron recuperados por la policía, pero la pérdida de la documentación comprometió cualquier posibilidad de devolverlos. Sólo investigaciones recientes, fruto de un minucioso trabajo de archivo, han permitido reconstruir su itinerario.
El caso de Pedro Rico no es un caso aislado. Según datos difundidos por el Ministerio de Cultura, hay más de 6.000 bienes, entre pinturas, esculturas, objetos litúrgicos, mobiliario y material textil, que fueron custodiados por la Junta del Tesoro Artístico durante la guerra, pero nunca devueltos a sus legítimos propietarios. Con el inventario público y la política cultural activada con la iniciativa Cultura con Memoria, el Estado español ha iniciado un proceso de restitución y reconocimiento que marca una nueva etapa en la relación entre patrimonio cultural y memoria democrática.
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| España devuelve al alcalde de Madrid los cuadros incautados por la dictadura franquista |
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