La Alegoría de la Paciencia de Giorgio Vasari se expone en Florencia

La Galería Palatina del Palacio Pitti de Florencia organiza una exposición centrada en uno de los cuadros más significativos de las colecciones de los Médicis, laAlegoría de la Paciencia, hoy conservada en la Sala de Prometeo, y perteneciente al cardenal Leopoldo de Médicis.

La obra, asignada a Parmigianino en los inventarios del palacio Pitti, catalogada en las primeras guías del museo con el nombre de Francesco Salviati, atribuida más tarde a Girolamo Siciolante por Federico Zeri y reconocida hoy como fruto de una colaboración entre Giorgio Vasari y el español Gaspar Becerra, tiene una compleja historia coleccionista, en la que intervienen numerosas personalidades vinculadas a la corte de Cosme I y al propio Giorgio Vasari.

En efecto, fue Bernardetto Minerbetti, obispo de Arezzo y embajador de Cosme I, además de fino hombre de letras y mecenas de la Accademia degli Umidi, quien pidió al artista de Arezzo, poco después de 1550, un cuadro que representara de forma nueva y emblemática la principal virtud de su carácter, a saber, el arte de la Paciencia. Vasari aceptó, proponiendo a su mecenas una invención inspirada en la estatuaria antigua, enriquecida con un refinado repertorio simbólico alusivo al tiempo y a la vida humana. Y así toma forma la invención de una joven encadenada a una roca, que espera pacientemente a que broten del vaso de agua las gotas necesarias para corroer la piedra, devolviéndole la libertad. Esta imagen erudita y muy culta cosecharía un gran éxito más allá de las fronteras de Florencia, llegando pronto a la corte de Ferrara de Ercole II d’Este, que no dudó en convertirla en su “empresa”. Pocos años después de la pintura para Minerbetti, el duque Ercole II d’Este encargó a Camillo Filippi una nueva versión de la Paciencia, que se destinaría a la llamada “Sala de la Paciencia” de la torre de Santa Caterina del castillo ferrarés. El duque también hizo introducir la misma personificación en el reverso de una famosa medalla acuñada por Pompeo Leoni en 1554, en la base de un busto suyo esculpido por Próspero Sogari Spani y en una serie de monedas acuñadas por la ceca de Ferrara.

Pero, ¿por qué tuvo tanto éxito la invención de Vasari? ¿Y por qué se consideraba tan importante la virtud de la Paciencia en el arte y la literatura del Alto Renacimiento?

La exposición, comisariada por Anna Bisceglia, así como el catálogo publicado por Sillabe, investigan estas cuestiones siguiendo el hilo del mecenazgo, las fuentes literarias y la trayectoria de los artistas, con el complejo y fascinante telón de fondo de la Italia de las cortes. Junto a laAlegoría de la Paciencia se encuentra la versión del mismo tema ejecutada por Camillo Filippi y conservada en la Galleria Estense de Módena (c. 1554), de la que también procede el busto de Hércules II esculpido por Prospero Sugari (c. 1556), en cuya base se representa la misma virtud, y las medallas de Pompeo Leoni también para el duque (Florencia, Bargello, c. 1558). Junto a ellos, ilustrando el motivo iconográfico en su compleja génesis, se encuentra un gran panel de la Accademia de Venecia. Forma parte de un techo compartimentado de madera ejecutado para la familia Corner en 1542; también el pequeño panel de los Uffizi, erróneamente conocido como Artemisia llorando a Mausolo, pero que debe reconocerse en cambio como una Pazienza, algunos dibujos y grabados del Gabinetto Disegni e stampe de Florencia y del Cabinet del Dessins du Louvre.

La exposición estará abierta del 26 de noviembre de 2013 al 5 de enero de 2014. Más información en el sitio web del Polo Museale Fiorentino.

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