Restauración del baldaquino monumental de la basílica de Santa Ana en Santa Flavia, Palermo


Han concluido las obras de restauración del baldaquino de madera del siglo XVIII de la iglesia matriz de Santa Flavia, promovidas por la Región de Sicilia con fondos públicos y proyectadas por la Superintendencia del Patrimonio Cultural de Palermo. El artefacto ha recuperado su aspecto decorativo original.

Han concluido las obras de restauración del baldaquino monumental de la basílica soluntina de Sant’Anna in Santa Flavia, en la provincia de Palermo. El artefacto, una imponente estructura de madera construida a finales del siglo XVIII, fue objeto de una intervención dividida en dos lotes, financiada por la Dirección Regional de Bienes Culturales e Identidad Siciliana por un importe total de más de 132.000 euros. Las obras fueron realizadas por la empresa Comes de Catania, especializada en trabajos de restauración, sobre la base de un proyecto elaborado por la Superintendencia de Bienes Culturales de Palermo. La primera fase consistió en la consolidación estructural de la marquesina, necesaria debido al grave estado de deterioro de la estructura. En particular, el ataque de termitas e insectos xilófagos había comprometido la estabilidad de la obra, lo que exigía una cuidadosa operación de seguridad y refuerzo estático.

“Cada vez que devolvemos un bien a la comunidad”, afirma el concejal de Patrimonio Cultural e Identidad Siciliana, Francesco Paolo Scarpinato, “hacemos un gesto que preserva la memoria y la identidad de un lugar. Intervenciones como ésta no sólo salvaguardan obras valiosas del desgaste del tiempo, sino que también preservan nuestras raíces y transmiten la cultura y la identidad de nuestros territorios a las generaciones futuras”.

Marquesina antes de la restauración
Baldaquino antes de la restauración
Tejadillo tras la restauración
Baldaquino después de la restauración

Además de conservar la estructura, se procedió a la reintegración plástica de las partes desaparecidas. Los elementos decorativos originales, desprendidos con el paso del tiempo, se reinsertaron siguiendo criterios de coherencia estilística y respeto filológico. El principal objetivo de la intervención era restaurar la legibilidad formal y el valor estético del bien. Para ello, se elaboró un segundo proyecto, también por parte de la Superintendencia, destinado a completar la restauración decorativa de la marquesina. Esta fase incluía la eliminación de las capas de yeso que, con el paso del tiempo, habían cubierto las superficies pintadas y doradas, ocultando el aspecto original del artefacto. Gracias a la limpieza y a la reintegración cromática, el lacado, el falso mármol y el dorado volvieron a ser visibles, devolviendo a la obra su valor ornamental original. El dosel monumental es único en el contexto local y representa un importante ejemplo de artesanía artística en Palermo a finales del siglo XVIII.

Marquesina (detalle) antes de la restauración
Baldaquino (detalle) antes de la restauración

Su creación es fruto de la colaboración entre el maestro carpintero Domenico Di Stefano y el decorador Antonio Pellegrino. Los dos artesanos trabajaron en una obra de madera que, mediante el uso de técnicas de lacado y dorado, emula con sorprendente verosimilitud materiales más nobles como el mármol y el bronce dorado. El diseño arquitectónico se atribuye tradicionalmente a Antonio Interguglielmi, arquitecto neoclásico activo en Palermo a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Interguglielmi elaboró motivos decorativos del Barroco tardío, mezclando influencias clasicistas con soluciones ornamentales escenográficas. En su articulación estructural y decorativa, el baldaquino de la basílica de Santa Ana recuerda, aunque a distancia, el imponente baldaquino de Gian Lorenzo Bernini realizado para la basílica de San Pedro del Vaticano.

Tejadillo (detalle) tras la restauración
Baldaquino (detalle) después de la restauración

Durante el primer cuarto del siglo XX, una intervención posterior alteró profundamente la percepción estética del artefacto. En efecto, el lacado y el dorado originales fueron cubiertos por una gruesa capa de cementita industrial. Las razones de este cambio no están del todo claras: tal vez se adoptó para disimular lagunas decorativas o para ajustar el mobiliario litúrgico a una nueva sensibilidad estética marcada por una mayor sobriedad. De hecho, el resultado fue un aplanamiento de la obra, que perdió gran parte de su capacidad evocadora y ornamental. Con la intervención recientemente finalizada, el baldaquino recupera ahora su configuración original y devuelve a la comunidad de Santa Flavia y a los visitantes un bien cultural de importante valor artístico e histórico.

Restauración del baldaquino monumental de la basílica de Santa Ana en Santa Flavia, Palermo
Restauración del baldaquino monumental de la basílica de Santa Ana en Santa Flavia, Palermo


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