Un submarino en Módena: el monumental mural de Flavio Favelli para festivalfilosofia 2021


Para la edición 2021 de festivalfilosofia, Flavio Favelli creó un mural titulado "Ciro Menotti 1928-1949", un gran submarino dedicado al tema de la libertad.

Para la 21ª edición de festivalfilosofia, que se celebrará del 17 al 19 de septiembre de 2021 entre las ciudades de Módena, Carpi y Sassuolo, el artista Flavio Favelli (Florencia, 1967) fue invitado por el Museo Cívico de Módena a diseñar una obra sobre el tema de festivalfilosofia 2021, la libertad, y sobre la figura de Ciro Menotti. Favelli trajo así a Módena un submarino, una obra mural que estará permanentemente visible en la pared exterior de la Palestra Panaro. Ciro Menotti 1928-1949, este es el título de la obra monumental, se presentará el viernes 17 de septiembre a las 11 de la mañana en presencia del artista. El proyecto está comisariado por Serena Goldoni y Cristina Stefani. Le hemos hecho algunas preguntas a Flavio Favelli para que nos cuente más cosas sobre su proyecto y su obra. La entrevista está comisariada por Ilaria Baratta.

Flavio Favelli
Flavio Favelli

IB. Con motivo de la festivalfilosofia, este año dedicada al tema de la libertad, se me invitó a crear una obra que vinculara este tema con la figura de Ciro Menotti, el patriota del levantamiento de 1831 que fue ejecutado justo cerca de la Cittadella, donde estará permanentemente visible su Ciro Menotti 1928-1949. En realidad, su obra no representa al patriota, sino un submarino que se remonta a la época fascista. ¿Por qué ha tomado esta decisión que podría resultar engañosa para el público?



FF. Creo que el artista nunca debe responder de forma literal y adecuada. No hago obras de encargo, la idea del artista renacentista es descalificadora. Hay que intentar cambiar las cartas sobre la mesa, responder de una manera diferente, no coherente, para crear una obra articulada. Propuse una pintura mural (sin “s”, por favor), una de las cosas más difíciles de hacer hoy en día, lejos de la imaginería generalmente creativa del arte callejero actual. Hace tiempo que me interesan los temas militares, así que pinté un submarino de 40 metros de largo en Módena, el Ciro Menotti. La idea del submarino no está relacionada con el tema del fascismo, sino con el mundo militar y la Regia Marina, un nombre obsoleto que recuerda una época y una historia de una gran catástrofe que ya no existe. Es el artista quien mete las manos en lo reprimido. El público, pues, cuanto más descarriado mejor; ya está la televisión, los medios de comunicación, las redes sociales, internet, la prensa, las grandes exposiciones y la política que les pone en el camino “correcto”, si una imagen les saca del camino recto, me parece algo interesante, a no ser que se quiera tratar al público como un mero puer aeternus. El arte contemporáneo es elitista por naturaleza, pero no en el sentido de tarjeta VIP o tarjeta de crédito, sino de capacidad para asumir retos, reflexionar sobre conceptos y plantearse preguntas en diálogo con la obra, y esto es quizá un problema para el público que ha crecido con setenta años de televisión. Si hay un coco para la política, el arte de calle y el público, es el término “conceptual”, percibido como si fuera una mala palabra, pero el concepto, el significado son importantes. En cualquier caso, es mejor sacar al público de la carretera que llevarlo a través del peaje.

Además del punto de vista conceptual, su obra que se erigirá en el muro exterior del Gimnasio Panaro también pretende ser engañosa desde el punto de vista técnico, ya que fue creada con la técnica razzle dazzle, que significa “trampa”, patentada para camuflar buques militares de la Primera Guerra Mundial mediante simples marcas en blanco y negro. ¿Por qué eligió esta técnica en particular?

Debo decir que esta técnica es una de las más interesantes por su uso militar. Las imágenes de grandes buques de guerra pintados a rayas son realmente “desarmantes”. Quizá sea la única vez que la imaginería experimental de un artista (el camuflaje utilizado por los militares fue inventado por los pintores cubistas) se utilizó para algo tan “serio” como la guerra. El propio Picasso trabajó en ello. Pero más allá de la experiencia de los artistas, es decisivo que en este caso el artista se encuentre con los militares. Creo que no hay ámbitos más alejados, en la sociedad actual, el artista plástico (a pesar de que el arte callejero, Banksy, las subastas sean noticia) sigue teniendo un papel secundario, hasta que se convierte en maestro después de los ochenta años, mientras que el militar es lo más normal que hay (siempre hemos tenido un compañero o compañera de clase con un papá militar) y entonces ¿hay algo más evidente y regular que la guerra? Desde la Biblia y la Ilíada hasta hoy, ¿no ha sido siempre un gran clásico? La guerra es el único acontecimiento siempre igual que acompaña a la humanidad. Me gusta esta técnica sencilla que deforma los volúmenes. Tengo que decir que el mejor efecto se consigue con obras tridimensionales. Digamos que hace un fantasma del submarino y los fantasmas siempre dicen algo.

Flavio Favelli trabajando en Ciro Menotti 1928-1949
Flavio Favelli trabajando en Ciro Menotti 1928-1949
Flavio Favelli, Ciro Menotti 1928-1949
Flavio Favelli, Ciro Menotti 1928-1949
Flavio Favelli, Ciro Menotti 1928-1949
Flavio Favelli, Ciro Menotti 1928-1949

Ciro Menotti1928-1949 lleva inevitablemente a reflexionar sobre la memoria y su apropiación distorsionada. ¿Es ésta la intención de la obra? ¿Qué temas quería abordar con su obra?

No se trata de eso, si acaso se entiende y viene después. La memoria es una necesidad de la institución y de la política y no creo que el arte deba intentar reflexionar sobre la memoria, sino simplemente, sin tener esto como fin, tirar de ella porque está en la propia naturaleza del arte tirar de las cosas y activar no sólo la memoria “correcta”, sino también la memoria “incorrecta”. El arte no plantea la cuestión entre lo “correcto” y lo “incorrecto”, entre el “bien” y el “mal”, porque el arte no se adhiere a la realidad, sino que se sitúa en otro plano. El punto es un submarino en Módena, que es entonces un submarino determinado, con su propia historia, nombre e imaginería. El artista no trabaja para la sociedad ni para el público ni para el territorio, sino para el arte, que debe permanecer en su caja de Pandora.

El tema militar es complejo de tratar: ¿cómo lo aborda generalmente un artista y cómo lo aborda usted?

Me he acercado al tema militar (hice un largo proyecto sobre los soldados italianos y hablaré de ello en el festival) por dos razones: porque mi abuelo había ido (y vuelto) a la campaña de Rusia con una foto suya de uniforme, lo que siempre me ha molestado, porque estaba aún más guapo de uniforme. Y porque el mundo de Marte es ambiguo, turba conciencias, tiene una fuerte estética y es, nos guste o no, nuestra mayor tradición: la guerra es eterna, forma parte de nuestra sociedad, aunque la sociedad civilizada se crea inmune a ella (¿pero acaso los famosos pañuelos Hermès con bridas y penachos ecuestres no celebran los adornos de la caballería, punta de lanza del arte de la guerra desde hace algunos milenios?). El mundo militar es lejano, arcaico y moderno-tecnológico al mismo tiempo. También creo que en el arte, el conflicto es uno de los temas más verdaderos y profundos; sin un conflicto con mi familia y la tierra donde crecí, probablemente no habría hecho obras de arte.

¿Qué papel deberían desempeñar el artista y el arte hoy en día, en su opinión?

No sé qué papel, pero sí sé que la distancia del significado del arte respecto a la sociedad, me parece, a pesar de la mucha información que tenemos, más marcada. No es casualidad que el arte callejero se haya popularizado y sea utilizado por las empresas y la política para celebrar; el arte que sale en los medios de comunicación es con demasiada frecuencia la creatividad dedicada a un proyecto útil para la sociedad o la que ensucia. Llevo muchos años pintando en paredes públicas (y muchos proyectos han sido rechazados y censurados por las administraciones), porque me parece que es el ejercicio más difícil y a la vez más atractivo que se puede hacer, porque las exposiciones en lugares dedicados al arte son ahora demasiado pocas veces momentos interesantes. ¿Qué papel? Bueno... me parece que en esta época de “populismo real”, el arte está confinado dentro de su sistema y quizá sea el propio arte el que lo pida porque está demasiado cómodo con él. Por supuesto que es rehén del mercado, hoy es el tiempo en que los museos piden ayuda a las galerías privadas para montar exposiciones, pero hay zonas libres, que desde luego no están en el arte callejero ni en el arte público, sino que están en los proyectos fuera del museo y también (qué sé yo) en las obras. ¿Quién se fija en las obras? ¿Quién habla de las obras? Alguien dijo hace poco que “el arte sólo tiene poder en el mundo de los coleccionistas”. Requiere mucha atención intentar equilibrar dos momentos: la obra en una pared blanca y la obra que se coloca fuera, fuera del lugar destinado al arte. Es una oscilación larga e interminable que puede llevar toda una existencia.


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