El Cristo con la cruz de Michangelo Buonarroti conservado en el monasterio de San Vincenzo in Bassano Romano, también conocido como el Cristo Giustiniani o el Primer Cristo de la Minerva, se expondrá en Palermo en los Aposentos Reales del Palacio Real por iniciativa de la Fundación Federico II. La obra se presentará a la prensa el martes 11 de noviembre a las 10.30 horas, mientras que la apertura al público está prevista para el jueves 13 de noviembre de 2025. Participarán Gaetano Galvagno, Presidente de la Fondazione Federico II, Antonella Razete, Directora General en funciones, Duverly Berckus Goma, Prior Conventual del Monasterio de San Vicente, Gabriele Accornero, Gestor Cultural, y Pierluigi Carofano, Historiador del Arte. La exposición se realiza en colaboración con la Asamblea Regional de Sicilia, el Monasterio de San Vicente Mártir - Monjes Benedictinos Silvestrini, el Ministerio para la Protección del Patrimonio Cultural (DIT - Dirección General de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje), la Superintendencia para la Provincia de Viterbo y Etruria Meridional, y con la participación técnica de Erco Lighting para el proyecto de iluminación.
El Cristo Portacroce Giustiniani es una de las obras más enigmáticas y fascinantes de la producción de Miguel Ángel. La estatua, considerada la primera versión del famoso Cristo de Minerva, fue iniciada por Miguel Ángel en Roma en 1514 por encargo de Bernando Cencio, canónigo de San Pedro, junto con Mario Scappucci, Pietro Paolo Castellano y Metello Vari, para la basílica de Santa Maria sopra Minerva. Durante la obra, sin embargo, una veta negra que apareció en el rostro de Cristo convenció al artista de abandonar el mármol y empezar de nuevo. La segunda versión, terminada en 1518 y ahora en la Minerva, se convirtió en la referencia canónica. Pero la primera, inacabada, desapareció durante siglos, alimentando leyendas e investigaciones.
Según lo que sabemos, la escultura permaneció en posesión de Metello Vari, que la colocó en su jardín romano, donde fue vista por Ulisse Aldrovandi en 1556. Después se perdió su rastro hasta 2001, cuando una restauración en el monasterio de San Vincenzo en Bassano Romano sacó a la luz una estatua con una vena idéntica en el rostro: ésta sería la prueba decisiva para identificarla con el misterioso Cristo crucificado de Giustiniani.
Según la documentación de archivo, la estatua fue comprada en 1607 por el marqués Vincenzo Giustiniani, mecenas y refinado conocedor de arte, que la obtuvo por un módico precio. Durante la Contrarreforma, el marqués hizo modificar la desnudez de Cristo para adaptarla a los nuevos cánones religiosos; según algunas fuentes, fue Gian Lorenzo Bernini quien intervino. En 1644, el príncipe Andrea Giustiniani trasladó la escultura a la iglesia mausoleo de la familia en Bassano Romano, donde permaneció durante siglos.
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| Miguel Ángel llega a Palermo: el Cristo crucificado de Giustiniani en el Palacio Real |
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