Vuelve a producirse un enfrentamiento en torno al Museo Ginori de Sesto Fiorentino. El alcalde de Rio nell’Elba , Marco Corsini, nombrado recientemente por el ministro de Cultura, Alessandro Giuli, nuevo presidente de la Fundación del Museo Ginori de Sesto Fiorentino, ha calificado públicamente el nombramiento de “estafa”. Sus palabras, pronunciadas de forma bastante directa e irónica durante una reunión del consejo municipal, levantaron una tormenta.
En el transcurso de su intervención, Corsini, defendiéndose de las acusaciones de falta de presencia en su municipio, contó que había aceptado el nombramiento casi por casualidad, durante una reunión en Roma con el ministro, al que había acudido con el fin de obtener financiación para su municipio, concretamente para la restauración del Palacio del Gobernador de Río. En cambio, Giuli se puso en contacto con él para ofrecerle asumir la presidencia del museo Ginori. El cargo es todo menos magnífico“, dijo Corsini durante la reunión municipal. ”El museo lleva años cerrado, objeto de un contrato de restauración que no empieza, y quizá por eso me llamaron. Pero cuando abra, si tiene 700-800 visitantes al año, será un éxito. Es más, ni siquiera en Florencia, en Sesto Fiorentino. Pero se ve que al ministro le vendría bien un currículum como el mío, así que me rogó con la frase “el país me llama”". A continuación, Corsini abordó la cuestión de la competencia, recordando que el estatuto de la Fundación Ginori establece que el presidente tiene la tarea de “representación y relaciones institucionales”.
También atacó al anterior presidente del museo, Tomaso Montanari, afirmando que Corsini podría rechazar el puesto, pero que Montanari ciertamente no ocuparía su lugar "porque el presidente de un organismo público que se expresa de esa manera al Gobierno, de una manera tan histérica, grosera y antiinstitucional, no es ciertamente digno de ocupar ese cargo. Un cargo, además, para el que no le sustituí, porque el mandato del presidente expiraba en octubre de 2024. Para quien conoce las cosas de la administración pública, si te escapas, pides que te renueven, que te lo pida el alcalde, que te lo pida el presidente, y no te renuevan, es seguro que no te renuevan, por lo que Montanari había puesto fin a su experiencia’. En conclusión, Corsini dijo: ’Yo no conocía al ministro, él me honró con su estima y me eligió por currículum vitae. No creo que la misión sea tan absorbente que me impida cumplir con mis obligaciones’.
Las declaraciones indignaron a muchos, sobre todo en Sesto Fiorentino, ciudad históricamente vinculada a la Manifattura Ginori y activamente implicada en el proyecto de relanzamiento del museo, cerrado desde hace años. El alcalde de Sesto, Lorenzo Falchi, reaccionó con firmeza, definiendo las palabras de Corsini como graves no sólo para la ciudad, sino también para el trabajo de reconstrucción cultural y museística en curso. Subrayó que el Ginori no era una realidad menor, sino un símbolo cultural e identitario para la comunidad. “Si para Corsini, como admite sin pelos en la lengua, el museo Ginori es una ’estafa’, puede remitir inmediatamente su mandato al ministro Giuli”, ha declarado Falchi, que ha afirmado en una nota que “estamos indignados por el relato que ha hecho del modo en que se le encomendó el trabajo, que demuestra improvisación e ineptitud por parte del Ministerio”.
Tomaso Montanari, ex presidente de la Fundación, que no fue renovada pese al apoyo de la Región de Toscana y del municipio de Sesto Fiorentino, también criticó duramente la marcha de Corsini. “El ministro Giuli lo eligió para presidir la Fundación del Museo Ginori: escuchen cómo cuenta la historia y observen el desprecio del que hace alarde por lo que debería estar llamado a dar vida. Entre las varias falsedades que cuenta, y neto de los insultos que me reserva, debería saber que yo no le pedí nada a nadie: fue Giuli quien primero me dijo, luego en público y luego con un acto formal dirigido a la Región y al Municipio (acto hecho público por mí y que el abogado Corsini finge no conocer), que había decidido volver a nombrarme. Antes de que su partido le llamara de nuevo a creer, obedecer y luchar. Estamos en manos de bárbaros, que no ocultan ni su utilización política del patrimonio cultural ni su profunda ignorancia sobre el tema. Entre ministro y (quizás) presidente, no sé quién es más vergonzoso...”.
La CGIL, por su parte, pide la dimisión de Corsini. “El Museo Ginori no merece encontrarse en esta farsa. Si Marco Corsini, indicado por el ministro Giuli como presidente de la Fundación Ginori de Sesto Fiorentino, piensa realmente que dirigir el Museo Ginori puede representar una ’trampa’, debería renunciar inmediatamente a su mandato’, escriben en una nota Cgil Toscana y Cgil Firenze. ”Evidentemente, y según su propia confesión, no se dan las condiciones para que él ponga en valor el increíble patrimonio histórico y cultural presente en el museo y el inestimable valor que tiene para la comunidad de nuestro territorio“. Son palabras muy graves, es una situación que suscita indignación y gran amargura, fruto de las decisiones improvisadas de un Gobierno inadecuado”.
El clima en torno al Museo Ginori, ya marcado por los años de espera de las obras de renovación y la lenta reanudación del proyecto museístico, se ha caldeado así aún más. El asunto adquiere cada vez más las características de un caso político nacional, con el riesgo real de que la polémica ralentice aún más el camino hacia la reapertura de la institución cultural.
En la foto: Tomaso Montanari
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Museo Ginori, otro enfrentamiento. El presidente: 'el nombramiento es una estafa'. Montanari: 'bárbaros'. |
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