Ai Weiwei en Montalcino: porcelana para narrar el dolor y la esperanza de los emigrantes


Llega al Complesso dell'Oro de Montalcino la obra "Pilar de porcelana con motivo de refugiados" de Ai Weiwei, uno de los protagonistas de "Siena y las tierras del alma - Destinos contemporáneos", proyecto promovido por las diócesis toscanas para el Jubileo 2025. Una reflexión visual sobre el tema de la migración.

Un mensaje universal de sufrimiento y esperanza impregna ahora las salas del Museo de Arte Sacro del Complesso dell’Oro de Montalcino. Aquí, en el corazón de la Toscana, ha encontrado un hogar Pilar de porcelana con motivo de refugiado (2017), una de las obras más emblemáticas del artista chino Ai Weiwei (Pekín, 1957), que por primera vez entra en diálogo con el lenguaje de la espiritualidad católica en el contexto de un museo de arte sacro.

La iniciativa forma parte del proyecto Siena e le terre dell’Anima - Mete Contemporanee, promovido por laArchidiócesis de Siena - Colle di Val d’Elsa - Montalcino y por la Diócesis de Montepulciano - Chiusi - Pienza, con la realización de Opera Laboratori, en preparación del Jubileo de 2025. El Ayuntamiento de Montalcino y la Galleria Continua colaboraron en la realización del evento que sitúa a la ciudad toscana en el centro del debate artístico internacional.

Compuesta por seis jarrones de porcelana, la obra es una columna totémica que se eleva en el espacio expositivo como testimonio del drama humano de la migración. Cada jarrón está decorado con escenas que representan a hombres, mujeres y niños que huyen: cuerpos doblados bajo el peso de la esperanza, rostros marcados por la espera, gestos congelados en un movimiento sin rumbo. Las imágenes, inspiradas en el lenguaje estético de la porcelana Qinghua -una tradición china milenaria-, están realizadas en azul y blanco, los mismos colores de las famosas terracotas vidriadas de Andrea della Robbia que adornan el museo.

Ai Weiwei, Pilar de porcelana con motivo de refugiados (2017), vista de la instalación en el Museo de Arte Sacro del Complesso dell'Oro de Montalcino. Foto: Ela Bialkowska / OKNO Studio
Ai Weiwei, Pilar de porcelana con motivo de refugiados (2017), vista de la instalación en el Museo de Arte Sacro del Complesso dell’Oro de Montalcino. Foto: Ela Bialkowska / OKNO Studio
Ai Weiwei, Pilar de porcelana con motivo de refugiados (2017), vista de la instalación en el Museo de Arte Sacro del Complesso dell'Oro de Montalcino. Foto: Ela Bialkowska / OKNO Studio
Ai Weiwei, Pilar de porcelana con motivo de refugiados (2017), vista de la instalación en el Museo di arte sacra del Complesso dell’Oro de Montalcino. Foto: Ela Bialkowska / OKNO Studio

Este uso del color pretende crear un puente visual y simbólico entre el arte contemporáneo de Ai Weiwei y el clasicismo sacro de la escultura renacentista. De hecho, el contrapunto a la torre de porcelana es la presencia de la Virgen con el Niño coronada por dos ángeles y los santos Juan Bautista y Pedro (1507), obra de Della Robbia que domina la pared de detrás. El azul y blanco de la devoción popular toscana se entrelaza así con el azul y blanco del dolor mundial. La comparación entre ambas obras pretende generar una reflexión iconográfica y espiritual: la mirada protectora de la Madonna se posa idealmente en esos rostros perdidos pintados por Ai Weiwei, creando una nueva narrativa en la que la compasión religiosa se combina con la piedad secular. La Carta a los Romanos de San Pablo, citada en la instalación, ofrece la clave interpretativa: la esperanza como motor del viaje humano, incluso en los contextos más dramáticos. No es casualidad que el proyecto “Mete Contemporanee” quiera dirigirse a los peregrinos del Jubileo, ofreciéndoles lugares donde la belleza artística se convierte en vehículo de un mensaje de justicia, acogida y redención.

La obra de Ai Weiwei representa un paso fundamental en el camino “Siena y las Tierras del Alma - Destinos Contemporáneos”, creado para combinar el patrimonio artístico sagrado con expresiones de arte contemporáneo. El proyecto pretende devolver la centralidad a los territorios del interior de la Toscana a través de itinerarios espirituales y artísticos capaces de abordar las grandes cuestiones de nuestro tiempo. En este caso, el tema de la migración se relee a través de la mirada estética y política de Ai Weiwei, uno de los artistas más influyentes de la escena internacional.

Ai Weiwei, Pilar de porcelana con motivo de refugiados (2017), vista de la instalación en el Museo de Arte Sacro del Complesso dell'Oro de Montalcino. Foto: Ela Bialkowska / OKNO Studio
Ai Weiwei, Pilar de porcelana con motivo de refugiados (2017), vista de la instalación en el Museo de Arte Sacro del Complesso dell’Oro de Montalcino. Foto: Ela Bialkowska / OKNO Studio
Ai Weiwei, Pilar de porcelana con motivo de refugiados (2017), vista de la instalación en el Museo de Arte Sacro del Complesso dell'Oro de Montalcino. Foto: Ela Bialkowska / OKNO Studio
Ai Weiwei, Pilar de porcelana con motivo de refugiados (2017), vista de la instalación en el Museo di arte sacra del Complesso dell’Oro de Montalcino. Foto: Ela Bialkowska / OKNO Studio
Ai Weiwei, Pilar de porcelana con motivo de refugiados (2017), vista de la instalación en el Museo de Arte Sacro del Complesso dell'Oro de Montalcino. Foto: Ela Bialkowska / OKNO Studio
Ai Weiwei, Pilar de porcelana con motivo de refugiados (2017), vista de la instalación en el Museo di arte sacra del Complesso dell’Oro de Montalcino. Foto: Ela Bialkowska / OKNO Studio

La migración como tema de arte

Nacido en Pekín en 1957, Ai Weiwei vivió exiliado en Estados Unidos antes de regresar a China, donde se estableció como artista y activista. Desde 2015, cuando abandonó China para trasladarse a Europa, el tema de la migración en el Mediterráneo se ha convertido en el centro de su investigación artística. Pilar de porcelana con motivo de refugiados es una de las muchas obras que abordan esta tragedia humanitaria con una mirada crítica y poética.

“Si nos fijamos en la historia de los inmigrantes”, afirma el artista, “la gente siempre se ha movido, unido, elegido nuevos destinos y mezclado con diferentes culturas. Esto contribuye a nuestra literatura, poesía y arte”. Un pensamiento que da un vuelco a la narrativa emergente y devuelve la dignidad y el valor al movimiento humano, en todas sus formas.

El compromiso de Ai Weiwei con los derechos humanos nunca se ha limitado al ámbito visual. En 2017, presentó en el Festival de Cine de Venecia el documental Human Flow, un relato visual y emocional de la migración a través de 23 países. La película, al igual que sus instalaciones, es un grito de guerra contra la indiferencia mundial y un testimonio del poder transformador del arte. Su estilo combina la tradición china y la provocación contemporánea, empleando a menudo materiales simbólicos, técnicas artesanales y referencias a la historia del arte antiguo. Sus obras son instalaciones, vídeos, fotografías y esculturas. Ai Weiwei sabe moverse entre la política, el activismo y la investigación formal, convirtiéndose en portavoz de las injusticias y contradicciones del presente.

Ai Weiwei en Montalcino: porcelana para narrar el dolor y la esperanza de los emigrantes
Ai Weiwei en Montalcino: porcelana para narrar el dolor y la esperanza de los emigrantes


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