En 1963, Luchino Visconti firmó Il Gattopardo, una de las producciones italianas más ambiciosas de la posguerra, basada en la novela homónima de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. La película, protagonizada por Burt Lancaster, Claudia Cardinale y Alain Delon, abordaba un reto literario y visual: llevar a la pantalla la compleja estratificación histórica, social y cultural de Sicilia entre el final del Reino de los Borbones y el surgimiento del nuevo orden unitario. Para ello, Visconti eligió con extrema precisión cada escenario en el que situar las secuencias narrativas. La elección de los lugares nunca fue aleatoria. Al contrario, respondió a criterios filológicos, escenográficos y simbólicos. El rodaje tuvo lugar entre Roma, Palermo y diversos centros del interior de Sicilia, en localizaciones que iban desde palacios nobles a iglesias provinciales, desde plazas urbanas a campos yermos.
Algunos decorados se reconstruyeron o adaptaron a las necesidades cinematográficas, otros se seleccionaron tras prospecciones capilares, sin modificaciones sustanciales. El resultado fue un mapa detallado y fragmentado que, aunque no se corresponde geográficamente con el itinerario narrativo de la película, da una idea precisa del imaginario de Visconti. Del salón de baile del palacio Valguarnera-Gangi a la finca Filangeri-Cutò, de Ariccia a Ciminna, cada lugar fue elegido por su función y su representación escénica, más que por su ubicación real. El de Visconti es un viaje a través de la geografía del decorado, pero también del método de su trabajo y de su equipo, entre fidelidad histórica, exigencias de producción y construcción estética.
En el renacentista Palazzo Chigi de Ariccia, en la provincia de Roma, se rodaron algunas de las escenas más íntimas de la película, como el dormitorio, el comedor y el estudio con chimenea del príncipe de Salina. El edificio, que data del siglo XVI, presenta una discreta arquitectura barroca, en la que Visconti montó decorados ricos en objetos de época para crear una atmósfera histórica verosímil.
En la capital siciliana, la producción fue acogida por Villa Boscogrande, una casa de campo transformada para la ocasión en residencia urbana del Príncipe. Se trata de una residencia del siglo XVIII rodeada de jardines, cuyas estancias ofrecían una base aristocrática que evocaba la nobleza del Risorgimento. El Palazzo Valguarnera-Gangi, situado en la Piazza Croce dei Vespri, acogió el baile final: el edificio de estilo barroco tardío, con salas decoradas con frescos y techos esculpidos, se limpió de elementos anacrónicos y se decoró con decenas de miles de velas para recuperar fielmente la atmósfera del siglo XIX.
Las secuencias exteriores relacionadas con el desembarco de los Mil se ambientaron en las plazas centrales de Palermo, probablemente en los alrededores de Via Maqueda y Piazza Magione, recreadas para simbolizar la llegada de las tropas de Garibaldi. Otra plaza, identificada como la de San Giovanni Decollato, sirvió de escenario para la dramática ejecución de civiles por las tropas borbónicas, ambientada en el contexto del 27 de mayo de 1860.
El pueblo de Ciminna, en la provincia de Palermo, se convirtió en la “residencia de verano” de la familia Salina. Algunos edificios fueron adaptados o construidos desde cero para albergar las correspondientes escenas de Donnafugata. La iglesia de Santa Maria Maddalena o Iglesia Madre, del siglo XIII, acogió la primera misa, mientras que un edificio civil sirvió de sede al alcalde Sedara, que recibió al Príncipe, a Don Onofrio y al padre Pirrone.
Cerca de Piana degli Albanesi (Palermo), la producción rodó la escena en la que un bloqueo de Garibaldi intenta detener la caravana de Salina y Tancredi. En Contrada Ducco, a lo largo de la carretera provincial SP 103, tiene lugar la breve parada del personaje de Tancredi (Alain Delon) durante su viaje a Donnafugata.
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Lugares de rodaje de la película Il Gattopardo: todos los destinos de rodaje de la película de Visconti |
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