Desde las alturas de Cortona, ciudad que domina la Valdichiana, el MAEC - Museo dell’Accademia Etrusca e della Città di Cortona - sigue contando, con una voz siempre nueva, una de las historias más fascinantes de la Antigüedad: la de los etruscos. Aquí, donde la civilización etrusca dejó huellas profundas y duraderas, el museo no es sólo un lugar de conservación, sino un laboratorio de ideas, un puente entre el pasado y el futuro. De las faunas fósiles de hace un millón de años al bronce de la famosa araña etrusca, de las colecciones del siglo XVIII de la Accademia a las obras de Gino Severini, pintor futurista de Cortona, cada sala del MAEC transmite la complejidad de un patrimonio vivo, en constante renovación.
Fundado sobre las raíces de la antigua Academia Etrusca en 1727 -una de las primeras instituciones culturales europeas en abrir sus colecciones al público-, el museo representa hoy un punto de referencia para la arqueología toscana y la investigación etrusca internacional. Pero lo que lo distingue no es sólo la riqueza de los objetos expuestos: es su doble alma, histórica y contemporánea. De hecho, la disposición combina elegancia y comunicación, dialogando con un público heterogéneo que abarca desde estudiosos a familias, desde turistas a estudiantes. En la actualidad, el MAEC mira hacia el futuro, asumiendo los retos de la digitalización y la inclusión cultural. Al mismo tiempo, el museo sigue profundamente vinculado al territorio, promoviendo eventos, talleres y proyectos compartidos con la comunidad de Cortona, en un diálogo continuo entre la historia local y el alcance internacional.
En esta entrevista con Ilaria Baratta, el Comité Técnico del MAEC habla de la misión, los proyectos y las visiones de un museo que sigue renovándose, sin perder nunca el hilo de la memoria. Un lugar donde la voz de los etruscos aún resuena, clara y actual, entre las luces del presente.
IB. La Toscana es una tierra rica en testimonios etruscos y arqueológicos. ¿Cuál es el papel del MAEC en la actualidad dentro de este panorama?
MAEC. El MAEC representa un punto de referencia estratégico para la Toscana, en virtud de que nos cuenta no sólo la historia de una de las lucumonias etruscas, sino también de la primera institución cultural que, en 1727, inició su estudio.
¿Qué distingue al MAEC de otros museos arqueológicos italianos? ¿Cuál es, en su opinión, el rasgo distintivo del museo?
El alma dual es la característica más destacada del museo y este aspecto también se percibe en el diseño: contemporáneo y comunicativo cuando cuenta la historia de los etruscos de Curtun; elegante y noble cuando pone de relieve las grandes personalidades y las colecciones heterogéneas de quienes, como los hermanos Venuti, siguiendo las corrientes de la Ilustración, apostaron por colecciones abiertas a todos, un hecho que marcó una época para la época.
¿Cómo se organiza la exposición del MAEC?
Comienza en las dos plantas del sótano que nos llevan a la Valdichiana de hace un millón de años, con las faunas fósiles de Farneta; sigue por la Prehistoria hasta el Neolítico; y finalmente a los etruscos y la fase romana. Subiendo a las plantas superiores, uno se encuentra con las colecciones académicas, formadas principalmente entre los siglos XVIII y XIX: objetos etruscos, griegos, romanos y la extraordinaria araña etrusca; y no sólo: la pinacoteca, con obras de Luca Signorelli y Pietro Berrettini, una extraordinaria colección egipcia y, por último, la sección dedicada a Gino Severini, el pintor futurista nacido en Cortona. En resumen, un auténtico “caleidoscopio de la cultura”.
¿Cuáles son las exposiciones más significativas y que mejor representan la historia y el alma del museo?
Proponemos cuatro: la musa Polymnia, una extraordinaria falsificación del siglo XVIII, que durante mucho tiempo se creyó original, imitando los frescos del Herculano que Marcello Venuti descubrió cuando estaba al servicio del rey Carlos de Bornone; la araña etrusca, una extraordinaria obra de bronce, de 54 kg de peso, completamente decorada, que debía iluminar un gran templo etrusco; la Materinità de Gino Severini, que conmovió incluso a Giuseppe Ungaretti; la tabula cortonensis, el tercer texto etrusco más largo del mundo.
¿Hay obras o secciones que le gustaría potenciar más o renovar?
Estamos trabajando en la renovación de la araña etrusca y de la sección sobre el nacimiento de la Academia: en la primera añadiremos también aparatos multimedia para ayudar a comprender su funcionamiento; en la segunda nos gustaría destacar mejor los lazos históricos que unieron a nuestra institución con los más grandes intelectuales de Europa.
El museo está fuertemente vinculado a la ciudad de Cortona y a su territorio. ¿Cómo dialoga el MAEC con la comunidad local y las realidades culturales de la zona?
Desde la inauguración del MAEC en 2005, que unió la sección histórica de la Accademia con la nueva parte dedicada a la ciudad etrusca, hemos trabajado para crear una comunidad en torno al museo: Prueba de ello son las numerosas ofertas didácticas, la entrada gratuita para los residentes, la creación de una red de Amigos del MAEC (establecimientos de alojamiento, restaurantes) y, por ejemplo, eventos como el teatro en el yacimiento arqueológico del Sodo en verano, el Desayuno en el Museo el primero de año, ofrecido a ciudadanos y turistas por todos los operadores enogastronómicos de Cortona.
¿Cuántos visitantes recibe el MAEC de media al año? ¿Y qué tipo de público predomina: jóvenes, familias, estudiosos, turistas internacionales? ¿Qué grupos de edad o tipos de público muestran mayor interés por el museo y por la cultura etrusca? ¿Tienen proyectos o iniciativas específicas para acercar a los jóvenes y a las escuelas al patrimonio etrusco?
El museo suele recibir una media de 30.000 visitantes al año. Son mitad italianos y mitad extranjeros (americanos, holandeses, alemanes, ingleses, franceses); hay muchos escolares y niños, para los que Ati Aion/Itinera/Coopculture prepara interesantes talleres que van desde la didáctica clásica a la arqueología experimental. Pero el museo también acoge conferencias, presentaciones de libros y jornadas dedicadas a la historia del aceite y el vino, por ejemplo, encontrando las lógicas premisas históricas en las piezas expuestas (en la tabula se menciona un viñedo y el lamapadario se alimentaba de aceite de oliva). Por otra parte, que los etruscos están entre nosotros también lo atestiguan las numerosas calles que llevan el nombre de Dardano, Tarconte, por ejemplo, así como las excelentes trattorias que derivan su nombre de este mundo antiguo.
La tecnología y la digitalización están transformando la experiencia museística. ¿Ha emprendido el MAEC algún proyecto en este sentido?
Desde luego. Con la Escuela de Patrimonio del MiC, hemos iniciado un programa para revisar la oferta digital del museo, empezando por la nueva sede, donde será posible explorar muchos objetos escaneados en 3D. También con el Departamento de Arquitectura de la Universidad de Florencia estamos en proceso de digitalización de las murallas etruscas; y desde hace tres años, con la Universidad de Duke y la Superintendencia, llevamos a cabo investigaciones geofísicas sobre el terreno y con drones equipados con cámaras para adquirir datos sobre los monumentos y el territorio, orientados a la conservación y restitución más comprensible e inclusiva de los monumentos funerarios de la ladera y la llanura.
El MAEC es también el centro de documentación del parque arqueológico y el punto de referencia para la recepción, la orientación y los servicios a los visitantes. ¿Cómo funciona este vínculo entre museo y parque arqueológico y qué tipo de servicios ofrece a los visitantes?
El MAEC es el punto de partida lógico para informarse antes de visitar el circuito urbano de las murallas, la puerta bífora y las tumbas de la zona: la tanella Angori, de Piagora, el túmulo de Camucia y los túmulos de Sodo. Estas dos últimas, tumbas principescas de época arcaica, una de ellas con una monumental terraza-altar, pueden visitarse previo pago. Existe una entrada acumulativa para el MAEC y la zona arqueológica de Sodo. Dentro del área, además de los servicios, es posible conectar, si se dispone de bicicleta de montaña, con el Sentiero dei Principes, que une la zona de Sodo con el Sentiero della Bonifica, que tiene en sus dos extremos Chiusi y Arezzo; en definitiva, una síntesis de historia y bienestar.
¿Qué proyectos tiene previstos para el MAEC en un futuro próximo?
Tenemos previstas unas exposiciones maravillosas: del 6 de diciembre de 2025 al 6 de abril de 2026 Los etruscos y los Países Bajos, con el regreso de una espléndida colección de bronces etruscos de Cortona adquiridos por el museo de Leiden en la primera mitad del siglo XX. Será la ocasión de brindar no sólo por esta quinta exposición internacional (Cortona ha celebrado otras con el Hermitage, el Louvre, el Británico y el Museo Lattes-Montpellier), sino también por el cuadragésimo aniversario del Año de los Etruscos, aquel proyecto de 1985 llamado entonces Buongiorno Etruschi, deseado por la Región de Toscana, que supuso un impulso decisivo para el crecimiento de todos los museos de las colectividades locales, cuyos progresos pueden verse todavía hoy. Y fue también, si se nos permite, un ejemplo de método virtuoso de cooperación interinstitucional entre los entes locales y el Estado.
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