Del 19 de julio al 9 de noviembre de 2025, el Centro Saint-Bénin de Aosta acoge Brassaï. El ojo de París, una amplia retrospectiva dedicada a uno de los protagonistas de la fotografía del siglo XX. La exposición, promovida por el Assessorato Beni e Attività Culturali, Sistema Educativo e Politiche per le relazioni intergenerazionali de la Región Autónoma del Valle de Aosta y producida por Silvana Editoriale, está comisariada por Philippe Ribeyrolles, estudioso y sobrino del artista, que conserva un patrimonio documental y fotográfico de gran valor vinculado a la obra de su tío. La exposición presenta más de 150 grabados de época junto con esculturas, objetos personales y documentos, proponiendo un itinerario expositivo que recorre los múltiples aspectos de la actividad de Brassaï, con especial atención a su relación con París, ciudad con la que forjó un vínculo profundo y duradero. Sus imágenes dedicadas a la capital francesa, desde vistas de barrios populares a monumentos simbólicos, desde la moda al retrato, pasando por el graffiti urbano y la vida nocturna, han entrado ya en la iconografía colectiva como representaciones emblemáticas de la Ville Lumière.
“Exponer hoy a Brassaï”, afirma Philippe Ribeyrolles, comisario de la exposición, “significa revisitar esta maravillosa obra en todos los sentidos, hacer balance de la diversidad de temas abordados, mezclar enfoques artísticos y documentales; significa sumergirse en el ambiente de Montparnasse, donde se reunieron numerosos artistas y escritores en el periodo de entreguerras, muchos de ellos procedentes de Europa del Este, como su compatriota André Kertész. Este último ejerció una influencia considerable en los fotógrafos de su entorno, entre ellos el propio Brassaï y Robert Doisneau”.
Brassaï, seudónimo de Gyula Halász, nació en Brassó, ciudad de la que tomó su nombre artístico. Tras trasladarse a París a principios de los años veinte, pronto se convirtió en uno de los observadores más sensibles y precisos de la realidad urbana, en particular de sus dimensiones más íntimas y marginales. Fue Henry Miller quien le llamó “el ojo vivo” de la fotografía, reconociendo su capacidad para captar la esencia de una época y una ciudad en constante transformación. Ya en 1924, Brassaï participó en el clima cultural parisino de intensa efervescencia intelectual. Frecuentó a Picasso, Dalí y Matisse, y se implicó en los círculos surrealistas. Su atención al detalle y a las atmósferas nocturnas le convirtieron en uno de los primeros fotógrafos capaces de retratar la fisonomía nocturna de la capital francesa, captando calles, bares, burdeles, bistrós y las figuras que los animaban: prostitutas, obreros, clochards, vagabundos y artistas. Lejos de la fotografía puramente documental, Brassaï buscaba una interacción directa con los ambientes que retrataba, penetrando incluso en los espacios interiores más recónditos, donde tenían lugar los rituales sociales, los encuentros y las huidas de la realidad.
Una de sus obras más importantes sigue siendo el volumen Paris de Nuit, publicado en 1933. Esta obra se ha convertido en un hito en la historia de la fotografía francesa, al mezclar realismo y poesía visual. Paralelamente, Brassaï colaboró con la revista surrealista Minotaure, a través de la cual entró en contacto con figuras como André Breton, Paul Éluard, Robert Desnos, Benjamin Péret y Man Ray. A menudo se asocia al fotógrafo con la corriente humanista francesa por la atención que presta a la presencia humana en sus instantáneas, pero su obra elude una categorización inequívoca. Su investigación incluye también formas de arte popular y marginal, como los graffiti de los muros parisinos, que documentó con una mirada sistemática y original. Esta vertiente le acerca al art brut de Jean Dubuffet y atestigua un interés permanente por la expresividad no codificada.
La obra de Brassaï atrajo el interés de Edward Steichen, que le invitó a exponer en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York en 1956. La exposición Language of the Wall. Parisian Graffiti Photographed by Brassaï obtuvo una gran acogida y contribuyó a aumentar la notoriedad internacional del fotógrafo. Sus relaciones con Estados Unidos también se intensificaron gracias a una duradera colaboración con Harper’s Bazaar, dirigida por Aleksej Brodovič, el influyente director artístico de la revista entre 1934 y 1958. Para la revista, Brassaï retrató a numerosos artistas y escritores del medio francés, muchos de los cuales formaban parte de su círculo personal. Los retratos allí realizados se recogieron posteriormente en el volumen Les artistes de ma vie, publicado en 1982, dos años antes de su muerte. Brassaï murió el 7 de julio de 1984, poco después de terminar un volumen dedicado a Marcel Proust, proyecto al que había dedicado muchos años. Está enterrado en el cementerio parisino de Montparnasse, no lejos de los lugares que tantas veces inmortalizó con su cámara. La exposición irá acompañada de un catálogo bilingüe italiano-francés, publicado por Silvana Editoriale y editado por Philippe Ribeyrolles, con contribuciones de Daria Jorioz, Silvia Paoli y Annick Lionel-Marie. El volumen estará disponible a un precio de 36 euros. Las entradas para la exposición costarán 8 euros en su totalidad y 6 euros a precio reducido. La entrada será gratuita para los menores de 18 años. El evento también está incluido en el circuito Abbonamento Musei.
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Brassaï se expone en Aosta: 150 fotografías para contar la historia del París del siglo XX |
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