Mario Airò lleva la armonía de la materia al Palazzo Brancadoro de Fermo con la exposición "Nel mentre" (Mientras)


Del 24 de julio al 15 de septiembre de 2025, Karussell presenta Nel mentre, un proyecto expositivo de Mario Airò comisariado por Matilde Galletti. Un itinerario visual y sonoro por las salas históricas del Palazzo Brancadoro, sede del Circolo di Ave, en Fermo, Las Marcas.

Una exposición que relaciona sonido y forma, materia y frecuencia, luz y ritmo: Nel mentre (Mientras), exposición individual del artista Mario Airò (Pavía, 1961), estará abierta del 24 de julio al 15 de septiembre de 2025 en el Palazzo Brancadoro, en el centro histórico de Fermo, en la región de Las Marcas. El proyecto está comisariado por Matilde Galletti y promovido por Karussell, plataforma que potencia las prácticas artísticas contemporáneas en contextos de especial relevancia histórica y arquitectónica.

La sede de la exposición, el Palazzo Brancadoro, alberga el Circolo di Ave, una organización conocida por su actividad en el campo de la música clásica. La exposición se inscribe en este contexto, destacando inmediatamente una conexión temática con la vocación musical del lugar. En el proceso, construye un itinerario articulado a través de las salas del edificio y propone una reflexión sobre el concepto de armonía, concebido como principio generador de formas, imágenes y atmósferas.

En la entrada del edificio, a lo largo de la escalera monumental, el visitante se encuentra con el Diapasón nº 3, una instalación compuesta por cinco estructuras de latón de dos metros y medio de altura. La obra recuerda el contorno del diapasón, el instrumento utilizado para afinar los instrumentos musicales, pero modifica su escala, ampliando su percepción física y simbólica. Cada elemento contiene una lámina absorbente empapada en tinta coloreada, que alude a las líneas espectrales de la emisión luminosa del oro. El artista traduce una frecuencia electromagnética en términos visuales, sugiriendo una continuidad entre los mundos de la luz y el sonido, entre la fisicidad de los elementos y su energía invisible.

Mario Airò, Estrellita, (2003; rosa artificial, lámpara halógena, sistema de sonido, 90 x 45 x 32 cm)
Mario Airò, Estrellita (2003; rosa artificial, lámpara halógena, sistema de sonido, 90 x 45 x 32 cm)

La relación entre música e imagen se refuerza en la obra Estrellita (2003), situada a la entrada del piano nobile. Una rosa, colocada en la turba dentro de un jarrón de cristal, es atravesada por la luz natural procedente de arriba, mientras el aire homónimo compuesto por Manuel Ponce se propaga por el espacio. El resultado es una composición fuertemente evocadora que entrelaza verticalidad, luz y melodía en un diálogo sinestésico.

Continuando por el camino, el espectador entra en el studiolo, donde se enfrenta a un dispositivo mecánico esencial: una prensa rudimentaria aplasta una rosa invertida, empapada en alcohol, sobre una partitura. Los pigmentos de la flor se imprimen en el papel musical, generando signos de carácter frágil y espontáneo. La pieza elegida por el artista es Les collines d’Anacapri de Claude Debussy, cuyas sugerencias impresionistas parecen resonar en cada detalle de la instalación. La operación no se limita a una única acción: mientras dure la exposición, se imprimirán nuevas partituras que se distribuirán por los espacios, como huellas visuales de una armonía efímera e itinerante.

En el centro de la instalación, en la Sala de Música, se encuentra Pareidolia capillare, una instalación compuesta por seis paneles de madera de álamo. La veta natural del material se realza con un ligero velo de color, transformando la superficie en un mapa sonoro abstracto. El efecto final es el de un ritmo silencioso pero perceptible que se propaga por el espacio como un eco visual de la música que suele interpretarse en la sala. Los paneles evocan sonidos a través de pulsaciones visuales, como si la estructura de madera vibrara como una caja de resonancia.

Mario Airò. Foto: Gino Di Paolo
Mario Airò. Foto: Gino Di Paolo

Cierra la exposición la obra Anatoma tobeyoides, una de las más esquivas de la muestra. Se trata de un panel completamente blanco, atravesado por una trama de signos gráficos también blancos. El efecto es el de una superficie aparentemente monocroma, que revela lentamente sus detalles al visitante sólo en presencia de una mirada atenta y cercana. El dibujo simula el contorno de un micromolusco, sugiriendo un movimiento lento, subterráneo, mínimo. El lienzo se convierte así en una partitura muda, que registra la memoria de un gesto orgánico e imperceptible.

En elproceso, se desarrolla como un proyecto diseñado específicamente para las salas del Palazzo Brancadoro y la historia musical del Circolo di Ave. La atención al sonido, siempre presente en la investigación de Airò, se traduce en una exploración poética de la relación entre frecuencias y superficies, entre materiales y fenómenos impalpables. Sin adoptar un tono didáctico, el proyecto se presenta como una oportunidad para observar la materia desde otra perspectiva: no como un objeto estático, sino como un vehículo de vibraciones, tensiones y recuerdos. La instalación recorre con ligereza las salas históricas y establece discretas conexiones con la luz natural, los materiales presentes y las funciones originales de los espacios.

Notas sobre el artista

Mario Airò vive y trabaja en Milán, la ciudad que acogió sus estudios y marcó el inicio de su actividad artística entre finales de los años ochenta y principios de la década siguiente. Su trayectoria expositiva incluye numerosas muestras individuales y proyectos en instituciones italianas e internacionales. Entre los lugares que han acogido su obra se encuentran el Antico Mulino Spagnolo de Orbetello (2021), la Fondazione Malvina Menegaz de Castelbasso, en la provincia de Teramo (2020), la Galleria Nazionale di Parma - Palazzo della Pilotta (2015), el Museo d’Arte Contemporanea Villa Croce de Génova (2013), el Palazzo della Triennale de Milán (2004), el GAM de Turín (2001), el S.M.A.K. de Gante, Bélgica (2001), el Museo de Arte Contemporáneo de Tokio (2001) y la Kunsthalle de Lophem, también en Bélgica (2000).

Sus obras forman parte de prestigiosas colecciones públicas y privadas, como el parque de esculturas ArtLine de Milán, el MAXXI de Roma, el Castello di Rivoli Museo d’Arte Contemporanea, el GNAM de Roma, el MAMbo de Bolonia y el Museion de Bolzano. También ha participado en importantes exposiciones internacionales, como la Bienal de Venecia de 1997, la Bienal de Arte Contemporáneo de Moscú de 2005 y la Bienal de Gwangju (Corea del Sur) de 2004. Su instalación lumínica Cosmometrie forma parte del proyecto permanente Luci d’Artista de la ciudad de Turín. Algunas de sus intervenciones se han realizado en el marco del programa de encargos públicos Nuovi Committenti y el colectivo internacional Nouveaux Commanditaires.

Mario Airò lleva la armonía de la materia al Palazzo Brancadoro de Fermo con la exposición
Mario Airò lleva la armonía de la materia al Palazzo Brancadoro de Fermo con la exposición "Nel mentre" (Mientras)


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