Del 9 de junio al 31 de julio de 2025, FUERA DE LUGAR. Arte y narrativas de los campos de refugiados de todo el mundo, una exposición que cuenta con el patrocinio del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), llega a Padua: se podrá visitar hasta el 30 de junio en el Jardín Colgante del Palacio Moroni, y después, hasta el 31 de julio, en el Patio Antiguo del Palacio del Bo, sede de la Universidad de Padua. La exposición, que ya se exhibió del 7 de marzo al 14 de julio de 2024 en la Gallerie delle Prigioni de Treviso, está promovida por la Fondazione Imago Mundi y pretende acercar al público el arte y las historias de los campos de refugiados de todo el mundo.
Comisariada por Claudio Scorretti, Irina Ungureanu y Aman Mojadidi, la exposición es el resultado de un trabajo de investigación realizado en dieciocho de los mayores campos de refugiados existentes en la actualidad. Se exponen las obras y testimonios de 264 artistas que viven hoy, o han vivido en el pasado, en estos asentamientos. Son 284 obras en formato 10x12 cm, junto a fotografías, vídeos, instalaciones y material documental, con la intención de ampliar la visión de la crisis mundial de los refugiados.
Después de Kutupalong, en Bangladesh, la exposición explora el continente africano a través de las voces recogidas en los campos de Dadaab y Kakuma en Kenia, Nakivale y Bidibidi en Uganda, Dzaleka en Malawi, Nyabiheke en Ruanda y el asentamiento de Smara con los adyacentes El Aaiun, Awserd, Boujdour y Dakhla, en Argelia. El recorrido continúa por Oriente Próximo, pasando por el campo de Za’atari, en Jordania -el mayor campo para sirios-, y otros cinco campos para palestinos: Baq’a, Hittin, Irbid, Madaba y Souf. Además de estos lugares, la exposición también incluye artistas de otros contextos históricos y geográficos: desde los kurdos y yazidíes, que comparten las atormentadas vicisitudes de su pueblo, hasta 40 artistas afganos que abandonaron el país o permanecieron en él tras el regreso de los talibanes al poder en 2021. Se dedica una sección a las migraciones hacia Europa, en particular desde Ucrania y a través de las rutas mediterráneas, y a los flujos migratorios en América del Sur y Central, con una mirada a la frontera entre México y Estados Unidos.
“Los exiliados, los migrantes, los refugiados y los apátridas, desarraigados de sus propias tierras, se ven obligados a reconciliarse con un nuevo paisaje”, decía Edward Said, crítico y escritor, en su obra En el signo del exilio, “y la creatividad, como la profunda infelicidad que se atribuye a la manera de ser de esos sujetos desubicados, constituye en sí misma una de las experiencias que aún no han encontrado su propia narrativa”. Precisamente en esta definición se inspira el título Fuera de lugar: el objetivo de la exposición es dar voz a estos artistas, ofreciéndoles un espacio de expresión artística y narrativa, considerando su condición actual o pasada de refugiados como algo accesorio en su biografía de artistas.
Las narraciones recogidas revelan cómo los campos no son sólo espacios temporales y frágiles, sino cómo a menudo se convierten en comunidades estables, verdaderas ciudades nacidas de la necesidad. Un ejemplo emblemático: en 2023, Kenia anunció que los dos mayores asentamientos del país -los de Dadaab y Kakuma- se integrarían con las comunidades locales.
Llegar a estos lugares supuso superar barreras geográficas, lingüísticas y administrativas. La exposición es el resultado de la colaboración con artistas contactados directamente en los campos y con el apoyo de colaboradores externos, y documenta la funcionalidad y la comunicación abierta y dinámica que caracteriza a los campos de refugiados presentados en la exposición.
A pesar de las dificultades, el hecho de que el arte siga germinando en estos contextos sigue siendo una sorprendente revelación. Pintores, cineastas, escultores y fotógrafos nacidos o criados en los campos se reúnen en pequeñas comunidades y, apoyados por organizaciones humanitarias, transmiten con sus historias un mensaje de resiliencia y confianza en el poder de la expresión artística.
La exposición pretende dar cuenta de esta energía creativa que nace en las llamadas “ciudades de espinas”, haciéndose eco del título del libro de Ben Rawlence dedicado a Dadaab. El arte se convierte en una herramienta para transformar una realidad difícil en una oportunidad de redención. Como dice la directora Aminah Rwimo, originaria del campo de Kakuma: “Quería dar ejemplo y decir a mis compañeros supervivientes que, nos haya pasado lo que nos haya pasado, forma parte de nuestra vida. Pero no es el final”.
Junto a las obras de pequeño formato, se crearon tres instalaciones especialmente para esta exposición. La artista kurda Rushdi Anwar presenta Reframe “Home” con Patterns of Displacement, una obra hecha de fragmentos de alfombra yuxtapuestos que generan vacíos visuales e irregularidades, evocando la inestabilidad y precariedad de la vida de los refugiados. La artista callejera palestina Laila Ajjawi creó un lienzo inspirado en los murales que suele pintar en los campos de refugiados. Por último, Mohamed Keita, fotógrafo marfileño que llegó a Roma con 14 años en 2007, propone una serie de retratos acompañados de entrevistas del periodista Luca Attanasio, reunidos bajo el título Il Labirinto (El laberinto).
Estas últimas obras nos devuelven a una dimensión cercana, relatando la condición de los refugiados en Italia a través de imágenes y voces que hablan en primera persona.
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Treviso y Padua muestran las obras e historias de artistas de campos de refugiados de todo el mundo |
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