Si alquilar una habitación en los Uffizi cuesta lo mismo que una mesa en Billionaire. Reflexiones sobre los precios


Tomaso Montanari difundió la lista de precios con las tarifas de alquiler de los museos estatales florentinos. Proponemos una reflexión sobre el tema.

En las últimas horas, en Il Fatto Quotidiano, el historiador del arte Tomaso Montanari ha divulgado algunas de las cifras de la lista de precios para la concesión de espacios en el Polo Museale Fiorentino para eventos, lista de precios que será presentada por Cristina Acidini el martes 23 de julio1.

Mientras tanto, cabe señalar que el alquiler per se no es una novedad: es al menos desde 1993 que los bienes culturales públicos pueden “alquilarse” a particulares gracias a la Ley Ronchey (nº 4 de 14 de enero de 1993) y sus posteriores ampliaciones en el Decreto Legislativo 42 de 22 de enero de 2004, más conocido como Código de Bienes Culturales. En concreto, el Código establece, en su artículo 106, que “el Ministerio, las regiones y otros entes públicos territoriales podrán conceder el uso de los bienes culturales que tengan en consignación, para fines compatibles con su finalidad cultural, a solicitantes particulares”, en su apartado 1, y que “para los bienes en consignación al Ministerio, el superintendente determina la tasa debida y adopta la medida pertinente”, en su apartado 2. El Decreto Legislativo nº 156, de 24 de marzo de 2006, integró lo escrito en el Código introduciendo, en el artículo 106, el apartado 2-bis, según el cual “Para los bienes distintos de los indicados en el apartado 2, la concesión en uso está sujeta a la autorización del Ministerio, expedida a condición de que la concesión garantice la conservación y el disfrute público del bien y de que se asegure la compatibilidad del destino de uso con el carácter histórico-artístico del bien. Con la autorización podrán dictarse prescripciones para la mejor conservación del bien”.

Así que, en resumen, hasta ahora era posible (y lo será también en el futuro) conceder a particulares, a cambio de un canon, el uso de bienes públicos, previa autorización del Ministerio, que, caso por caso, deberá comprobar que la concesión no impide la conservación y el uso público del bien y que el destino de uso es compatible con el carácter histórico-artístico del bien cultural. Era necesario hacer esta aclaración porque hay mucho desconocimiento sobre el tema. Y, como ocurre casi siempre en Italia, cuando hay un debate en curso, sobre cualquier tema, mucha gente tiende a tomárselo como si fuera un partido de fútbol: o blanco o negro. Son pocos los que tratan de conciliar y ven grises: creemos estar entre ellos, entre los que tratan de mediar posiciones y rechazan las posiciones radicales. Veamos, pues, por qué el artículo de Tomaso Montanari causó revuelo en el mundo del patrimonio cultural y por qué despertó, al menos en nosotros, indignación. Y veamos también, al final, cuál podría ser una forma inteligente de dar un buen uso al artículo 106 del Código.

Montanari, en su artículo, adelanta algunas de las tarifas que debería contener el documento que presentará Cristina Acidini, tarifas que, según Montanari, deberían asignarse “en función de lo que el particular quiera hacer con él: si visitarlo solo el día que está cerrado (8 mil euros más 100 luz a pagar por los Uffizi), o tenerlo disponible para un cóctel (5 mil por la Galería de los Uffizi, 7 mil por el Piazzale della Meridiana en Boboli, 10 mil para el Cortile dell’Ammannati en Palazzo Pitti), para una cena (10 mil para la Galería de los Uffizi y Palatina, 15 mil para el Cortile dell’Ammannati), o un desfile de moda (20 mil euros para la Galería del Traje, 150 mil para la Galería de los Uffizi)”.

En el sitio del Polo Museale Fiorentino, aún no hay tarifas, pero sí fotos de los lugares, en este enlace. Para los Uffizi, tenemos fotos de la terraza y del pasillo oriental, además de una foto de la vista del Ponte Vecchio desde los pasillos del museo. Para la Galleria dell’Accademia tenemos nada menos que la Galleria dei Prigioni. Del Museo Nazionale di San Marco tenemos fotos del claustro, la sala del hospicio, el refectorio grande y el refectorio pequeño. Luego tenemos el patio del Bargello, la habitación de Perugino en el convento de Santa Maria Maddalena de’ Pazzi, el cenáculo de Fuligno y muchos otros lugares. Queremos dejar claro que no estamos en contra de la concesión de bienes culturales públicos a particulares, pero hay que poner de relieve algunos problemas fundamentales, y podríamos empezar precisamente por los lugares.

Organizar un evento conlleva problemas logísticos: si un particular quisiera alquilar la Galería de la Cárcel (por poner un ejemplo) para un evento, sea del tipo que sea, ¿garantizaría el Polo Museale Fiorentino el uso normal del espacio durante el horario de apertura de la Galería de la Accademia? Entre octubre y noviembre de 2012, la Galería de la Accademia acogió tresconciertos2, todos los cuales se celebraron los lunes, día de cierre del museo: señal de que para organizar un concierto en la Galería de la Cárcel había que hacer preparativos que podían interferir en el uso normal del museo. ¿Qué ocurriría si un particular quisiera organizar un acto en la Galería de la Cárcel un sábado? ¿No miraría el Polo Museale Fiorentino a la cara a los visitantes y antepondría razones de liquidez? ¿O se invitaría al particular a alquilar la Galería en un día más favorable? O, como sería más razonable, para los “alquileres”, ¿se indica también en la lista de precios los momentos en que el particular puede utilizar el espacio y los momentos en que no puede?

Entonces se plantea un grave problema en cuanto al uso previsto. Siempre hemos estado a favor de las iniciativas encaminadas a hacer los museos aún más vivos: somos jóvenes y pensamos en los jóvenes en particular, y también hemos hablado de ello en un artículo aquí en Finestre sull’ Arte(Jóvenes y museos: posibles vías para hacer viable la unión), en el que nos congratulábamos de algunas iniciativas puestas en marcha por algunos museos (por ejemplo, el Museo MADRE de Nápoles, que ha organizado veladas con DJ sets en sus espacios, por no hablar de los muchos museos que ofrecen aperitivos de arte: entre ellos, los museos del Polo Museale Fiorentino). Iniciativas destinadas a hacer más atractivo el museo e invitar al público a admirar las obras maestras del arte mientras se toma un spritz. Lo que no nos gusta, y nos parece vergonzoso, no es en absoluto el hecho de que se pueda beber un spritz delante de un cuadro o una escultura (al contrario, es una idea muy bonita): lo que no nos gusta es el parterre en potencia.

Una cosa, en efecto, es el parterre potencial formado por los amigos del llamado “VIP” de turno que alquila la sala del museo para su "exclusiva " (pero en el sentido de que excluye al público del disfrute del museo), estrictamente cutre y estrictamente por invitación. Lo hemos dicho muchas veces: se lanzaría el muy vergonzoso mensaje de que cualquier Trimalcione adinerado puede hacer lo que quiera con un bien público simplemente usando su propio dinero. También porque cualquiera que pueda permitirse una mesa en el Billionaire puede alquilar fácilmente un local en la Galería de los Uffizi: según las tarifas difundidas por Montanari, los precios serían los mismos que los de las mesas del Billionaire (de hecho: la mesa de cinco mil euros es la de los abandonados)3.

Otra cosa es ceder el uso de los espacios a, por ejemplo, una empresa de organización de eventos que quiera organizar un aperitivo abierto a cualquiera: no sólo sería una bonita iniciativa, sino que además sería útil para todos. En primer lugar para el público, que participando en el aperitivo podría descubrir las obras de arte, quizás con visitas ad hoc tras el aperitivo o, por qué no, beneficiándose de un convenio que le permitiría obtener, para el día siguiente, una reducción en el precio de la entrada al museo donde se celebre el evento. Luego, para el museo anfitrión, ya que se beneficiaría del canon de concesión pagado por la empresa organizadora del evento (seamos claros: el dinero para nosotros no es el diablo, es un medio que debería ser -utilizamos el condicional porque probablemente en la realidad no sea así- utilizado en beneficio de todos, no sólo del mayor número de personas posible). Entonces, la empresa organizadora del evento, además de beneficiarse en términos económicos y publicitarios, podría contratar para el evento a guías turísticos especializados que informaran a los participantes sobre las obras de arte. Se desencadenaría así un círculo virtuoso que

  • crea trabajo
  • difunde el conocimiento del patrimonio histórico-artístico
  • hace del museo un lugar aún más vivo
  • garantiza ingresos para el museo

Todo ello sin que el objetivo principal sea llevar a casa el canon, que para muchos parece ser la principal preocupación. Al contrario: ya que éste es el problema para muchos, digamos que para tener más dinero bastaría con recuperar una parte de laevasión fiscal que nos causa una pérdida de 180.000 millones de euros cada año4 (frente al presupuesto anual de MiBAC de unos 1.500 millones de euros)5. A riesgo de ser reiterativo: la organización de eventos en los museos no debe verse como un simple medio para ganar dinero, sino como un medio para llevar al público al museo, para dar vida al museo, para crear obra, para ofrecer al público la oportunidad de descubrir el arte en diferentes contextos.

Y esto también podría ser una propuesta para hacer que el sistema de tasas sea realmente rentable, pero en todos los sentidos. La “sacralidad” del museo no se vería mermada. Pero siempre teniendo en cuenta que el fin último del museo es educar. Quienes, por el contrario, anteponen la función educativa del museo a la de transformarlo en lugar de cenas o fiestas cuestionables con el único fin de ganar dinero, probablemente sea mejor que cambien de profesión o se dediquen a otra cosa. Y qué vergüenza.


Notas

1. Tomaso Montanari, Firenze, ecco il tariffario per noleggiare Uffizi o Ponte Vecchio e bere un cocktail, de Il Fatto Quotidiano, 20 de julio de 2013.

2. Véase “Musica torna musica - tre concerti intorno a una mostra”, ficha del evento en firenzeturismo.it .

3. Linda Irico, Briatore abre el Billionaire en Marbella, mesas desde 5000 euros y sin sitio de pie..., de Affari italiani, 6 de julio de 2012.

4. Cuánto se evade? 180.000 millones al año, de L’Espresso, 2 de julio de 2013.

5. Patrimonio Cultural: Bray, todo el gobierno debe tomar decisiones claras, de ADN Kronos informó en Yahoo! Noticias, 1 de julio de 2013 .


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