La Bienal de Alejandría (Egipto) regresará en septiembre de 2026 tras un paréntesis de 12 años. La noticia, según informa la revista Artnews, marca el regreso de uno de los acontecimientos artísticos más importantes del panorama egipcio y mediterráneo, cuya ausencia se ha dejado sentir durante mucho tiempo en la programación internacional. El evento alcanzará su 27ª edición, y se presentará con un proyecto curatorial encomendado a Moataz Nasr, artista y figura destacada del arte contemporáneo egipcio(puedes leer más sobre Nasr aquí), que ya representó a Egipto en la Bienal de Venecia de 2017.
El título elegido para la nueva edición es This Too Shall Pass, expresión que recuerda una idea de transitoriedad y transformación, quizás en diálogo con la propia historia del evento, marcada por interrupciones y reinicios. El programa principal contará con la participación de 55 artistas procedentes de países ribereños del Mediterráneo, en continuidad con el espíritu original de un evento concebido desde sus primeras ediciones como un espacio de confrontación entre culturas, identidades y lenguajes artísticos vinculados a un espacio geográfico común. La Bienal de Alejandría nació en 1955, en un contexto histórico y político particular: Egipto estaba dirigido por el entonces Presidente Gamal Abdel Nasser, y el nuevo evento se concibió como un escenario para potenciar los talentos regionales. En aquella época, muchos artistas buscaban un lenguaje que pudiera combinar la experimentación contemporánea y la tradición cultural nacional. Por esta razón, la participación se limitó inicialmente a artistas de países ribereños del Mediterráneo, con el fin de construir una red artística coherente y arraigada en las identidades locales.
El evento se prolongó durante décadas, convirtiéndose en uno de los acontecimientos más longevos de la zona. Sin embargo, la trayectoria de la Bienal no ha sido lineal. Como añade Artnews, en 2011, coincidiendo con la agitación de la revolución egipcia, se suspendió la exposición. Las dificultades políticas y sociales de aquellos años, ligadas al colapso del régimen de Hosni Mubarak, hicieron imposible garantizar la continuidad de la organización. En 2014 se intentó una breve reapertura, de nuevo en Alejandría, pero los problemas financieros y la inestabilidad política llevaron a un nuevo cierre.
Después de más de una década, el reinicio se produce por tanto en un contexto diferente, pero con la intención declarada de mantener la fe en el espíritu original. Nasr, entrevistado porArt Newspaper, subrayó que la Bienal 2026 no renunciará a su vocación mediterránea y seguirá actuando como plataforma de solidaridad regional. Al mismo tiempo, indicó la posibilidad de abrir parcialmente la participación a artistas de otros contextos geográficos, ampliando así el horizonte de un proyecto que sigue estando fuertemente vinculado al Mediterráneo pero que no pretende excluir aportaciones externas. Junto al programa principal, el calendario incluirá exposiciones colaterales distribuidas en los museos de Alejandría, con especial atención a los artistas egipcios emergentes. El objetivo es combinar el alcance internacional de la exposición con una dimensión local, capaz de apoyar a las nuevas generaciones de artistas creadores y situarlas en un circuito de visibilidad más amplio.
La elección de las sedes de las exposiciones desempeñará un papel fundamental. Alejandría, que en la antigüedad fue la capital cultural y comercial del Mediterráneo, volverá a ser el escenario de un diálogo entre pasado y presente. Las sedes previstas incluyen espacios con un fuerte valor simbólico, como elanfiteatro romano, la Biblioteca de Alejandría y la Ciudadela de Qaitbay. De este modo, la Bienal será una oportunidad para volver a conectar la actividad artística contemporánea con una ciudad cuya historia ha sido durante siglos una encrucijada de intercambios culturales. Tras años de suspensión, el regreso del evento representa una señal de reactivación para un país que ha visto cómo algunas iniciativas culturales se reducían en los últimos años debido a factores internos y externos. La atención internacional, ya suscitada por la noticia de la reapertura, podría contribuir a que Alejandría vuelva a ocupar un lugar destacado en la escena artística mundial.
Al mismo tiempo, el regreso del certamen reabre la reflexión sobre el papel de las bienales como instrumentos de diplomacia cultural y creación de redes transnacionales. En el caso concreto de la Bienal de Alejandría, el deseo de devolver la centralidad al Mediterráneo pretende subrayar una identidad común, hecha de legados históricos compartidos y retos contemporáneos. El proyecto comisariado por Nasr se sitúa, por tanto, entre la tradición y la innovación. Por un lado, recupera el legado de 1955, cuando nació la iniciativa con la intención de consolidar la producción artística de una región en busca de una voz autónoma. Por otro, introduce elementos de apertura y experimentación, incluyendo artistas de diferentes áreas y proponiendo un diálogo con los espacios simbólicos de la ciudad.
|
Egipto, la Bienal de Alejandría regresa en 2026 después de 12 años. Habrá 55 artistas de todo el Mediterráneo |
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.