Del 28 de junio al 5 de octubre de 2025, el Museo dell’Accademia Etrusca e della Città di Cortona (MAEC) acoge la exposición Cantare il Medioevo. Lauda in Cortona tra devozione e identità civica, comisariada por Francesco Zimei, profesor de Musicología e Historia de la Música en la Universidad de Trento. La exposición, promovida por la Accademia Etrusca y el Ayuntamiento de Cortona en colaboración con el Centro Studi Frate Elia da Cortona y la Diócesis de Arezzo-Cortona-Sansepolcro, cuenta con el apoyo del proyecto europeo ERC Advanced “Laudae” y representa una oportunidad para observar por primera vez los cuatro laudarios cortoneses conservados en diferentes institutos.
El punto de apoyo de la exposición es el manuscrito 91 de la Biblioteca del Comune e dell’Accademia Etrusca, conocido como Laudario di Cortona, considerado la colección de himnos más antigua que existe en lengua italiana. La exposición propone una interpretación histórica y cultural articulada de la misma, situándola en un contexto más amplio de la producción laudatoria que se desarrolló en Cortona entre los siglos XIII y XV. El término “lauda” designa los cantos espirituales en lengua vernácula que se difundieron ampliamente en Italia a partir del siglo XIII. El impulso inicial de este género provino del Cántico del Hermano Sol, de San Francisco, compuesto en una lengua vernácula umbria de extraordinaria fuerza expresiva. Fue precisamente en Cortona, en torno a la figura de Fray Elías, donde el texto franciscano siguió siendo interpretado por algunos de los primeros seguidores del santo, antes incluso de que las cofradías religiosas adoptaran sistemáticamente la lauda como instrumento de oración y agregación.
“Con esta exposición”, afirma el alcalde de Cortona Luciano Meoni, “nuestra ciudad ofrece su contribución histórica y cultural a las celebraciones dedicadas a San Francisco que culminarán en 2026. En el marco de la iniciativa ’Cortona città francescana’, queremos ofrecer a nuestros conciudadanos una experiencia de conocimiento y redescubrimiento de las raíces de nuestra comunidad, y queremos compartir estos valores con los numerosos visitantes y peregrinos que tendrán la oportunidad de descubrir este perfil ulterior. Cortona fue una ciudad profundamente marcada por la vida de la patrona de Italia, y por ello quiero dar las gracias a todos los que han realizado el evento expositivo, partiendo de los testimonios históricos y valorizando los artefactos y monumentos a ella asociados”.
“La exposición ofrece una fascinante inmersión en el mundo de la devoción popular entre los siglos XIII y XV en nuestra ciudad”, afirma el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cortona , Francesco Attesti. “A través de manuscritos y textos poéticos de extraordinaria intensidad espiritual, la exposición revela el papel central del canto devocional en la vida religiosa y social de la Edad Media. Es una preciosa oportunidad para redescubrir las raíces de nuestra tradición musical y literaria que pone de relieve lo importante que fue ese periodo histórico para Cortona”.
“Gracias a la voluntad y al apoyo de la Accademia Etrusca y de toda la comunidad cortonesa”, afirma el comisario de la exposición Francesco Zimei, “desde hace algunos años es posible abrir un nuevo y apasionante frente de investigación sobre los orígenes y las características del repertorio laudatorio, en este caso con especial atención al cantado en el área umbro-toscana: una práctica decisiva no sólo para el estudio del género, sino de las propias relaciones entre música y poesía en los primeros siglos de nuestra lengua. La oportunidad de reunir gran parte de estas investigaciones en una exposición como Cantare il Medioevo (Cantar la Edad Media) constituye una ocasión ineludible no sólo en la perspectiva de los estudios interdisciplinarios, sino también para sensibilizar a la importancia del canto popular”.
La exposición documental instalada en el MAEC ofrece una muestra completa de los cuatro laudarios cortoneses conocidos en la actualidad: el códice 91, procedente del convento de San Francesco y conservado en la biblioteca de Cortona desde 1866; el manuscrito 462, expediente conservado también en la Biblioteca dell’Accademia Etrusca; el manuscrito 180 de la Biblioteca Città di Arezzo, que perteneció a la cofradía de Sant’Agostino de Cortona; y, por último, el manuscrito 535, conservado actualmente en la Biblioteca Trivulziana de Milán. La relevancia filológica, lingüística e histórica de estos materiales es notable: no sólo atestiguan el uso litúrgico-musical de los textos vernáculos, sino que constituyen una fuente fundamental para el estudio de los orígenes de la poesía italiana y de la lengua vernácula como lengua literaria. Descubierto por casualidad en 1874 en un sótano de la Biblioteca de Cortona, el Laudario di Cortona documenta la actividad cofrade ya en la segunda mitad del siglo XIII, cuando se cantaban laudes durante las festividades religiosas, las procesiones y los momentos de oración pública. Si por un lado representaban una expresión de devoción popular accesible incluso a las clases menos cultas, por otro eran instrumentos de cohesión social en una fase histórica marcada por fuertes tensiones entre facciones de la ciudad, como las que enfrentaban a güelfos y gibelinos. El canto devocional, además de una práctica religiosa, se configuraba así como un rito de pertenencia cívica. Junto a los manuscritos originales, la exposición pone a disposición del público tótems digitales interactivos, que permiten explorar virtualmente las páginas de los códices y escuchar laudes seleccionados, interpretados por grupos musicales especializados en repertorios medievales.
Otros materiales importantes completan la exposición. Entre ellos, una colección de cantari religiosos hoy conservados en la Biblioteca Nacional Central de Florencia, pero de origen cortonés, que incluye el Cantare en octavas sobre Santa Margarita de Cortona y la Pasión de Cicerchia de Siena. También está el original del estatuto de la ciudad de 1325, conservado en los Archivos Estatales de Florencia, que permite enmarcar las reglas de la vida pública en el contexto cultural y político coetáneo a la difusión de la lauda. Otro documento relevante es un códice inédito que contiene la Legenda del Beato Guido, conservado en el monasterio de Santa Chiara, flanqueado por documentos cofrades y bulas episcopales que atestiguan el reconocimiento eclesiástico de prácticas laudatorias, como la indulgencia para quienes participaban en cantos devocionales.
La exposición también incluye la autentificación de la bula Vigilis speculatoris del Papa Juan XXII, que forma parte de las colecciones de la Accademia Etrusca. La exposición ofrece así una visión estratificada de la Cortona medieval, entre los fermentos religiosos y la construcción de la identidad cívica. Recorre acontecimientos fundamentales de la historia de la ciudad, como los enfrentamientos entre facciones políticas, el auge de la Signoria dei Casali, la creación de la diócesis y las relaciones de alianza y conflicto con los centros vecinos. Surge así la imagen de una ciudad fronteriza, proyectada más hacia Perusa que hacia Arezzo o Florencia, en la que la producción cultural y religiosa se entrelazaba con la definición misma del sentimiento de pertenencia a la comunidad. Además de documentos y códices, el MAEC expone obras de arte estrechamente vinculadas al contexto religioso y cofrade. Entre ellas, la Cruz pintada de finales del siglo XIII, procedente de la iglesia de San Francisco, y un panel que representa episodios de la vida de Santa Margarita de Cortona, procedente del monasterio de Santa Clara y actualmente en el Museo Diocesano.
La exposición termina idealmente con la reconstrucción de la capilla Laudesi de la iglesia de San Francesco, restaurada a su aspecto del siglo XIV gracias al trabajo conjunto de historiadores del arte y estudiosos de la arquitectura religiosa. El itinerario de la exposición se extiende también fuera del MAEC, tocando algunos de los lugares de la ciudad vinculados a la historia de laudesi: la propia iglesia de San Francisco, fundada por Fray Elías y segunda en antigüedad sólo por detrás de la basílica de Asís, la iglesia de San Nicolás, que alberga túnicas cofrades y un gonfalon pintado por Luca Signorelli en 1510, y, por último, el Eremo delle Celle, donde San Francisco se alojó varias veces y, según algunas fuentes, escribió su Testamento Espiritual.
La Accademia Etrusca, en voz del Lucumone Luigi Donati y del vice Lucumone Paolo Bruschetti, subraya que la iniciativa nace con la intención de valorizar un documento clave de la historia bibliográfica de Cortona, como es el Laudario di Cortona y su redescubridor Girolamo Mancini, pero también para colmar una laguna en el conocimiento de la Edad Media de la ciudad, periodo que desempeñó un papel central en la definición de la identidad histórica de Cortona. La exposición forma parte de un proyecto de continuidad con otras exposiciones recientes destinadas a sacar a la luz aspectos específicos de la historia, el arte y la cultura locales a través de las colecciones del MAEC y la Biblioteca. Paralelamente a la exposición, el Ayuntamiento de Cortona acogerá una serie de actos colaterales, como conciertos, encuentros y conferencias. Destaca la conferencia internacional Le origini della lauda / Los orígenes de la lauda. En las raíces del canto espiritual en lengua vernácula en el octavo centenario del Cántico del Hermano Sol, previsto del 4 al 6 de septiembre de 2025. Organizada en el marco del proyecto del ERC Advanced The Italian Lauda: Disseminating Poetry and Concepts Through Melody, 12th-16th centuries, dirigido por el propio Francesco Zimei, la conferencia pretende explorar las conexiones entre música, poesía y espiritualidad en los orígenes de la lauda, destacando la decisiva contribución de los franciscanos, los llamados “bufones de Dios”, en la difusión de este repertorio.
Horario: todos los días de 10.00 a 19.00 h.
Entradas: Completa: 10,00 euros | Reducida: 7,00 euros
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Los cantos medievales se redescubren en Cortona: se exponen los cuatro laudarios antiguos de la ciudad |
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