Del 15 de noviembre de 2025 al 15 de febrero de 2026, la Pinacoteca Comunale di Città di Castello (Perugia) acogerá Año Dios, la nueva exposición personal de Paolo Canevari, comisariada por el historiador y crítico de arte Lorenzo Fiorucci. Promovida por el Ayuntamiento de Città di Castello, la exposición se inscribe en el desarrollo del museo como lugar de confrontación entre la memoria histórica y los lenguajes contemporáneos, un diálogo que cobra especial importancia dentro de los espacios renacentistas del Palazzo Vitelli alla Cannoniera. El recinto, uno de los símbolos de la ciudad de Todi, alberga obras maestras del Renacimiento italiano, de Luca Signorelli a Rafael Sanzio, de Lorenzo Ghiberti a Luca della Robbia. En este contexto, la intervención de Canevari genera un cortocircuito visual y conceptual, construyendo una relación directa entre el material del presente y la memoria estratificada del pasado. Sus esculturas, instalaciones y performances se enfrentan a las obras históricas del museo, creando un recorrido que invita al público a cuestionarse las tensiones y contradicciones de nuestro tiempo.
El título God Year ya es la clave de la exposición. La expresión recuerda una famosa marca industrial, la de una conocida empresa de neumáticos, y evoca al mismo tiempo el concepto de Jubileo, llamando a la reflexión sobre la relación entre fe, sacralidad y consumo. En Umbría, tierra que vio nacer a figuras como San Benito y San Francisco, el tema del Jubileo adquiere un valor simbólico amplificado, haciendo dialogar la espiritualidad arraigada en el territorio con la crítica social y material que recorre la poética de Canevari. De hecho, el artista romano siempre se ha movido en la frontera entre lo sagrado y lo profano, la materia y el espíritu, construyendo obras que desafían los significados establecidos y la propia función del objeto. En las obras presentadas en la Pinacoteca, los materiales pierden su connotación original para adquirir nuevos valores simbólicos, convirtiéndose en herramientas de reflexión sobre el modo en que la sociedad contemporánea elabora el concepto de espiritualidad y la relación con su patrimonio cultural.
“Canevari lleva años eligiendo neumáticos y cámaras de aire, materiales que en sus obras evocan simbologías y narrativas complejas, capaces de desafiar cualquier lectura superficial”, afirma el comisario Lorenzo Fiorucci. “El neumático es al mismo tiempo símbolo del progreso tecnológico y del desarrollo capitalista, pero también residuo, desecho contaminante, emblema del petróleo y de la explotación global. Su transformación en escultura e instalación se convierte así en un acto de reflexión sobre nuestra forma de vivir y producir sentido”.
Cada sala del Palazzo Vitelli se transforma en un lugar de meditación visual, donde obras renacentistas y contemporáneas se observan mutuamente, proporcionando al visitante una percepción renovada del museo. La intervención de Canevari atraviesa el espacio, construyendo una narrativa que entrelaza tiempo y materia, permanencia y transformación. La exposición adquiere también un valor educativo y experimental. Junto a Canevari y el comisario Lorenzo Fiorucci, un grupo de jóvenes historiadores del arte -Livia Castellani, Niccolò Falaschi, Chiara Maccarelli,Giulio Verna y Eleonora Reali- participaron activamente en el proyecto, elaborando lecturas críticas e interpretaciones de las obras en relación con el contexto expositivo. El museo se transforma así en un laboratorio de ideas, donde la formación académica se une a la práctica curatorial, en un diálogo directo con el artista.
Durante el periodo expositivo, están previstos encuentros públicos y momentos de confrontación entre Canevari y los jóvenes académicos, lo que confirma la voluntad de hacer de la exposición no sólo un acontecimiento expositivo, sino también una experiencia de investigación y profundización. El énfasis en la educación, la colaboración y el intercambio de conocimientos coincide plenamente con la visión del museo como un espacio abierto y dinámico, en el que el público puede participar en un proceso de conocimiento en constante evolución. La exposición comisariada por Fiorucci adopta la forma de un camino de concienciación, en el que la fuerza conceptual y la fisicidad de los materiales utilizados por Canevari se miden con la dimensión espiritual y simbólica que recorre la historia del museo. Año Dios se convierte así en una investigación sobre la esencia misma de la creación artística: una confrontación entre pasado y presente, entre la permanencia de la imagen y su continua reinterpretación. Con este proyecto, la Pinacoteca di Città di Castello se confirma como un lugar capaz de acoger y generar nuevas perspectivas sobre el arte, manteniendo viva la relación entre tradición y contemporaneidad.
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| Paolo Canevari lleva su "Año de Dios" a la Galería de Arte de Città di Castello |
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