Una exposición en Carrara sobre el juego en el arte a lo largo de 100 años


Del 28 de junio al 26 de octubre de 2025 la Fundación Giorgio Conti presenta en Carrara 'In gioco. Illusione e divertimento nell'arte italiana 1850-1950', una exposición con más de 100 obras de pintura y escultura dedicadas al tema del juego.

Del sábado 28 de junio al domingo 26 de octubre de 2025, el Palazzo Cucchiari de Carrara abre sus puertas a una exposición dedicada al juego en el arte entre 1850 y 1950: se titula In gioco. Illusione e divertimento nell’arte italiana 1850-1950 y está promovida por la Fundación Giorgio Conti, comisariada por Massimo Bertozzi. La exposición pretende explorar el tema del juego en sus múltiples formas, tal y como fue representado por más de ochenta artistas italianos entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Se expondrán más de 110 obras, entre pinturas, bronces y esculturas de madera, muchas de ellas raramente expuestas al público. De los artistas presentes, hasta 56 no han aparecido nunca antes en exposiciones del Palazzo Cucchiari.

La intención curatorial es transformar las salas del Palazzo en un “parque de atracciones visual”, donde la pintura y la escultura narran la infancia, el ocio, el juego como experiencia de aprendizaje y como expresión de la modernidad. La selección incluye obras como Le bambine che fanno le signore (1872) de Silvestro Lega, procedente del Instituto Matteucci de Viareggio; La carrozzella (1916) de Carlo Carrà, cedida por el MART de Rovereto; el retrato Cesare Lionello (1911) de Felice Casorati e Il Baraccone da fiera de Alberto Capogrossi, procedente de la Presidencia de la República. Entre las esculturas, merecen especial atención Cantante a spasso de Medardo Rosso, Ballerina (1938) de Giacomo Manzù, Nuotatore de Marino Marini, Lottatore de Emilio Greco y Marciatore de Francesco Messina: obras que traducen a la materia plástica el movimiento, el desafío físico y la elegancia dinámica típicos del juego.

Gioacchino Toma, Piccoli patrioti (1862; óleo sobre lienzo, 28 × 40 cm). Por concesión de la Galleria Bentivegna, Montecatini Terme.
Gioacchino Toma, Piccoli patrioti (1862; óleo sobre lienzo, 28 × 40 cm). Por concesión de la Galleria Bentivegna, Montecatini Terme
Silvestro Lega, Le bambine che fanno le signore (1872; óleo sobre lienzo, 60 × 110 cm; colección particular)
Silvestro Lega, Le bambine che fanno le signore (1872; óleo sobre lienzo, 60 × 110 cm; colección particular)

Cuatro secciones para contar la historia del juego

La exposición se desarrolla a lo largo de un recorrido dividido en cuatro secciones temáticas, no cronológicas, que acompañan al visitante en una amplia y sugerente reflexión sobre la función del juego en el arte. Comienza con Diversiones y recreaciones de la vida cotidiana, luego explora Crecer y aprender: el juego de un niño, pasa a Entretenimiento y espectáculo: la invención del ocio y concluye con Desafíos, competición y destino.

En cada sección, las obras ofrecen una visión amplia y estratificada de la experiencia lúdica, entre ficción y realismo, entre alegoría y documento social. Desde la infancia que juega a ser adulta en los cuadros de Lega o Toma, hasta los niños decepcionados por sus juguetes en los melancólicos cuadros de Pirandello o Francalancia, el juego adquiere los tonos del sueño y el arrepentimiento, pero también de la crítica social y la ironía.

De la tradición a los malabaristas del siglo XX

Un hilo conductor recorre toda la exposición: la capacidad de los artistas de utilizar el juego para narrar la realidad, pero también para evadirse de ella. En los cuadros de Campigli, por ejemplo, resiste el recuerdo de juegos antiguos como el aro; mientras que el “mundo en miniatura” de los juguetes aparece en las obras de Casorati y Cagli. Y de nuevo, el universo circense y carnavalesco cobra vida en los cuadros de Mosè Bianchi, Gino Severini, Alberto Donghi, Primo Conti y Antonio Ligabue, que dan forma y color a un imaginario onírico, poblado de máscaras, malabaristas, payasos y acróbatas.

Pero el juego es también competición, azar, espectáculo. Las últimas secciones de la exposición indagan precisamente en esta transformación del juego en deporte y espectáculo, con los dinamismos futuristas de Sironi, Dottori e Iras Baldessari, el vigor plástico de Marini y Messina, las figuraciones modernas de Carrà y las provocaciones simbólicas de Capogrossi. En estas obras, el juego pierde la inocencia de la infancia para convertirse en tensión muscular, riesgo calculado, sueño de victoria o condena a la derrota.

La exposición encuentra su fundamento teórico en las reflexiones del sociólogo Roger Caillois, que define el juego como una “isla incierta”. Una definición que el comisario Bertozzi hace suya, definiendo a su vez el juego como “un término medio, entre una realidad obligada a modelarse sobre la organización y las reglas de la vida cotidiana y un país en otra parte, ficticio pero imitado por lo real, donde las reglas han sido reorganizadas y reescritas. Una ”realidad mágica“ en la que la curiosidad del descubrimiento, el placer de la invención y el talento de la creación se enfrentan a la convención que mantiene unidas la norma y el capricho, la misma disputa dialéctica que une el juego y el arte”. Según Bertozzi, pintar y esculpir es una forma alternativa de jugar: ambas actividades se basan en la ficción, en la abstracción, en la capacidad de representar el mundo según los propios códigos. Los artistas, como los niños, construyen reglas para el uso y consumo de su propia imaginación: así es como las obras expuestas hablan no sólo del juego, sino de la esencia misma de hacer arte.

Angelo Dall'Oca Bianca, Las máscaras (Política) (1905; óleo sobre lienzo, 200 × 127,5 cm; Verona, Musei Civici di Verona, Galleria d'Arte Moderna Achille Forti)
Angelo Dall’Oca Bianca, Las máscaras (Política) (1905; óleo sobre lienzo, 200 × 127,5 cm; Verona, Musei Civici di Verona, Galleria d’Arte Moderna Achille Forti)
Giovanni Sottocornola, La lectura (1910; óleo sobre lienzo, 188 × 105 cm; Novara, Galleria Giannoni)
Giovanni Sottocornola, La lectura (1910; óleo sobre lienzo, 188 × 105 cm; Novara, Galleria Giannoni)
Plinio Nomellini, Escena familiar (c. 1912; óleo sobre lienzo, 94 × 123 cm). Por concesión de la Pinacoteca Goldoni, Livorno.
Plinio Nomellini, Escena familiar (c. 1912; óleo sobre lienzo, 94 × 123 cm). Por concesión de la Galleria d’Arte Goldoni, Livorno

A través del tema del juego, la exposición recorre cien años de historia de Italia, comenzando justo antes de la Unificación de Italia y llegando a los primeros años de la posguerra, ofreciendo al público una compleja muestra social y cultural. En el siglo XIX, el juego deja de ser sólo un símbolo para convertirse en un tema autónomo: la representación de un ocio compartido por campesinos, aristócratas, sacerdotes, mujeres y niños. Con la transición al nuevo siglo, el juego se convierte en una nostalgia de la infancia, un paraíso perdido que se evoca a través de la pintura y la escultura. Por último, en el siglo XX, la modernidad transforma el juego en una forma institucionalizada de entretenimiento: los espectáculos en vivo se multiplican, la música se mundaniza, el carnaval se convierte en una metáfora de la inversión social. Nace el concepto de “tiempo libre”, que ya no es tiempo perdido, sino un recurso que hay que organizar y hacer productivo. Los artistas responden narrando, ironizando, a veces criticando esta transformación.

En los “años difíciles” del siglo XX, el juego se convierte cada vez más en espectáculo: se afirman las competiciones deportivas, se legalizan las loterías y los casinos, se extiende el culto a la velocidad. La afición al deporte se convierte en un fenómeno de masas, y los artistas lo registran con distintas sensibilidades: unos a través de las deformaciones de las vanguardias, otros con la severidad formal del nuevo clasicismo italiano.

El deporte, el esfuerzo físico, el riesgo, la tensión del cuerpo en movimiento: éstos son los nuevos temas del juego moderno. Las obras de Sironi, Dottori, Messina y Marini recuperan esta energía en una poderosa síntesis de estética y contenido. El juego se convierte así en una lente para observar la calidad de la vida contemporánea, con sus entusiasmos y contradicciones.

Horarios: del 28.06.2025 al 14.09.2025: martes, miércoles, jueves y domingos de 9.30 a 12.30 y de 16 a 20; viernes y sábados de 9.30 a 12.30 y de 16 a 23. Del 16.09.2025 al 26.10.2025: martes, miércoles, jueves y domingos 9.30-12.30 y 15-20 h; viernes y sábados 9.30-12.30 y 15-21 h. Cerrado los lunes. Entrada: 12 euros; con descuento, 10 euros; gratuita para jóvenes hasta 18 años, minusválidos y periodistas con carné nacional.

Una exposición en Carrara sobre el juego en el arte a lo largo de 100 años
Una exposición en Carrara sobre el juego en el arte a lo largo de 100 años


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