El 19 de noviembre de 2025, una operación coordinada por las autoridades búlgaras, con el apoyo de Europol y la participación de fuerzas policiales y judiciales de Albania, Francia, Alemania, Grecia, Italia y Reino Unido, condujo al desmantelamiento de una importante red delictiva dedicada al tráfico ilícito de bienes culturales. La operación tuvo lugar en el marco de un grupo operativo de Europol, activo desde junio de 2024 por iniciativa de las autoridades búlgaras para facilitar el intercambio de información y la coordinación de las investigaciones. La jornada operativa contó con dos centros de mando, en Sofía (Bulgaria) y en Eurojust, y las actividades de investigación siguen en curso. La jornada operativa del 19 de noviembre arrojó importantes resultados: treinta y cinco detenciones en Bulgaria y más de cien registros efectuados en domicilios, vehículos y cajas de seguridad de bancos repartidos por Albania, Bulgaria, Francia, Alemania y Grecia. Las autoridades se incautaron de más de tres mil objetos, entre ellos monedas de oro y plata y otras valiosas antigüedades, por un valor estimado de más de 100 millones de euros. Entre los bienes confiscados figuran también obras de arte, armas, documentos, equipos electrónicos, más de cincuenta mil euros en efectivo y lingotes de oro de inversión. Los investigadores creen que el principal objetivo de la investigación, denominado High-Value Target, financiaba excavaciones clandestinas en Bulgaria y otros países balcánicos. Las actividades las realizaban presuntamente grupos de excavadores locales, coordinados por intermediarios relacionados con el sospechoso.
La investigación tiene su origen en una incautación llevada a cabo en Bulgaria en 2020, cuando en un registro domiciliario se descubrieron unos siete mil objetos culturales de incalculable valor histórico y monetario. Se trataba en su mayoría de antigüedades grecorromanas y tracias, caracterizadas por un alto nivel de singularidad y relevancia arqueológica. La falta de documentación sobre la procedencia de la mayoría de los hallazgos, constatada en su momento por las autoridades búlgaras, hizo sospechar de adquisiciones ilícitas. Desde entonces, los objetos están depositados en el Museo Nacional de Historia de Sofía a la espera de que concluya la investigación. La colección incautada incluía artefactos de extraordinario interés, algunos de los cuales se remontaban al año 2000 a.C.: máscaras, piezas de equipo militar, joyas, vasijas, rhyton(un recipiente perforado) y copas de contextos tracio y grecorromano. La mayoría de los objetos carecían de cualquier prueba de origen, mientras que otros tenían documentos dudosos expedidos por casas de subastas y galerías de arte activas principalmente en Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos.
El grupo operativo de Europol, que ha servido de enlace entre distintas autoridades nacionales desde 2024, identificó relaciones entre personas repartidas por varios países y localizó otros objetos que se creía pertenecían a la misma red delictiva. El trabajo del equipo también contribuyó al inicio de nuevas investigaciones en algunos de los ocho Estados implicados. Durante la jornada operativa, Europol envió a dos expertos a Sofía para apoyar la coordinación entre las distintas jurisdicciones y prestar apoyo analítico. El contexto en el que operaba la red es el de los Balcanes e Italia, zonas ricas en vestigios de la antigüedad griega y romana que desde hace tiempo están expuestas al interés de los grupos delictivos. Estos actores operan a menudo a través de células locales, dedicadas al saqueo, robo y tráfico de objetos, que luego se introducen en el mercado a través de canales legales e ilegales. La gran demanda por parte de coleccionistas y de quienes están dispuestos a blanquear capitales ilícitos hace que el sector del arte sea especialmente vulnerable a las actividades delictivas. Las autoridades nacionales se enfrentan a grandes dificultades para combatir las excavaciones irregulares, en parte debido a la complejidad del mercado del arte y a los obstáculos para verificar la procedencia de los objetos. Por ello, las redes delictivas aprovechan estas lagunas para eludir los controles e introducir en el mercado objetos robados, incluidos los procedentes de zonas en conflicto como Siria e Irak. Con el tiempo, los traficantes han desarrollado sistemas para facilitar la venta y el blanqueo de objetos adquiridos ilegalmente, con importantes riesgos para la protección del patrimonio cultural.
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| Tráfico de objetos por valor de 100 millones: operación en Bulgaria |
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