El corazón de uno de los edificios más bellos de Pavía, el Palazzo Olevano, residencia histórica del siglo XVIII situada en el centro de la ciudad, corre el riesgo de ver su fisonomía fuertemente alterada por la construcción de un nuevo gimnasio de vidrio y hormigón al servicio del Liceo Cairoli: de hecho, la escuela tiene su sede en el edificio histórico, donde ya se han iniciado las obras de la estructura. El proyecto se ha convertido así en un punto emblemático de fricción entre las necesidades de la escuela y la necesidad de preservar un patrimonio histórico-artístico de inestimable valor. Y no sólo histórico-artístico: también medioambiental, puesto que ya se ha talado un árbol, un almez de 14 metros, para la construcción del gimnasio.
El Palazzo Olevano, residencia del siglo XVIII que desde el siglo XIX alberga el Liceo Cairoli, es un elemento destacado del panorama arquitectónico y cultural de Pavía. Su construcción, iniciada en 1724 por el caballero hierosolomitano Baldassarre Olevano según un diseño de Lorenzo Cassani y terminada aproximadamente en 1786, es testimonio de un periodo de gran efervescencia urbana y artística en Pavía, sólo comparable a Milán por la riqueza y calidad de sus intervenciones arquitectónicas. El palacio se alza en un emplazamiento de considerable valor histórico, el de la antigua residencia del célebre jurista Giasone del Maino. El jardín trasero, sobre el que se levanta la controvertida nueva construcción, es de hecho un roof garden, construido justo en el emplazamiento delantiguo viridarium de la casa de Giasone del Maino, y cargado por tanto de una estratificación histórica y arqueológica que hace que el lugar sea especialmente delicado. En el interior del palacio, el piso del caballero Baldassarre Olevano domina este jardín, que toma la forma de una pequeña y preciosa antología de la pintura lombarda del siglo XVIII, con obras de artistas del calibre de Ferdinando Porta y Giovanni Angelo Borroni. En el piano nobile, el salón principal, rico en estucos del siglo XVIII, y la galería con frescos bibbienescos, que algunas fuentes atribuyen a Antonio Galli da Bibbiena, son desgraciadamente inutilizables, según informa el estudioso Gianpaolo Angelini, profesor de Museología de la Universidad de Pavía que sigue de cerca el caso del palacio Olevano, debido a importantes filtraciones de agua de lluvia desde el tejado. Las grandes puertas del Corso Mazzini, conocidas por los pavíaenses como “los tres rastrillos”, con sus soluciones arquitectónicas escenográficas, añaden más valor a esta residencia histórica, considerada por muchos uno de los grandes palacios nobiliarios del siglo XVIII de Pavía. El Palacio Olevano, propiedad del Ayuntamiento de Pavía, es también un edificio histórico protegido.
El gimnasio, diseñado en forma de cubo de hormigón y cristal, se construirá en el jardín trasero del Palacio Olevano. Las obras están siendo dirigidas por la Diputación Provincial, responsable del centro. El proyecto prevé una estructura de 670 metros cuadrados, con paredes de ladrillo visto y un tejado escalonado cubierto por una azotea ajardinada, en el lugar de lo que ahora es la cancha de baloncesto del instituto. El nuevo edificio no debe suponer una carga estructural para la mampostería existente, y las excavaciones se reducirán al mínimo. El tipo de construcción, predominantemente prefabricada, se eligió, según la presentación del proyecto, para permitir su desmantelamiento en el futuro, en caso de que fuera necesario restaurar el estado del solar. La estructura también está diseñada para erigirse sobre columnas de hierro que soportarán los arcos de madera sobre los que se asentará la cubierta escalonada, con una segunda estructura de hierro visto de color azucarado que formará un entramado y soportará el revestimiento exterior de ladrillo.
El técnico de la administración provincial ha garantizado que el gimnasio no será visible desde Via Cavallotti, la calle a la que da el muro del jardín. La obra, por valor de 1,340 millones de euros, se financia a través de una licitación europea en el marco de la UE de nueva generación y del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNR) para la seguridad y mejora de los edificios escolares. Está previsto que las obras den servicio a 1.700 alumnos del instituto Cairoli, y en un principio estaba previsto que concluyeran en 2025, aunque la primera colada de hormigón se realizó en la primavera de este año. El gimnasio también será accesible para los ciudadanos y las asociaciones locales en horario extraescolar.
La construcción del gimnasio ha sido objeto de agrias polémicas desde el principio y ha suscitado un amplio debate en el que han participado instituciones, expertos y ciudadanos. Ya en 2023, la Comisión del Paisaje del Ayuntamiento de Pavía emitió un doble dictamen negativo, en el que destacaba críticamente “la voluminosidad y el volumen” de la estructura propuesta, dictamen que, sin embargo, fue ignorado ante el dictamen favorable condicionado de la Superintendencia. Varias asociaciones de protección del patrimonio, entre ellas la FAI, Italia Nostra y los Amici dei Musei, protestaron vehementemente contra la intervención, calificándola de “invasiva al más alto nivel” y de “masacre”, pero se encontraron con la indiferencia general de las instituciones.
Una de las mayores preocupaciones es el fuerte impacto en el contexto histórico-ambiental. El jardín, por su parte, ya ha sido objeto de fuertes obras, con la retirada de altos árboles de una edad estimada en al menos ochenta años. El gimnasio, descrito como un “ziqqurat de hormigón y cristal” por Giampaolo Angelini y de casi nueve metros de altura, es percibido por muchos como una amenaza para la integridad histórica y arquitectónica del edificio y su contexto, como una estructura que comprometerá seriamente la estética y la funcionalidad de todo el complejo. Los profesores del Cairoli, en una carta pública firmada por cien profesores, señalaron que el proyecto interrumpiría el principal eje visual del Palacio Olevano, un elemento cardinal que conecta la fachada del edificio con el edículo votivo situado al fondo del jardín. Esta interrupción se considera una acción que comprometería “la armonía arquitectónica del lugar”, convirtiendo el edículo en una mera “reliquia, enmarcada en una ventana como un cuadro”, y alterando radical e irreversiblemente el espacio. Y de nuevo Gianpaolo Angelini señaló que no es posible pensar que un edificio de estas características, en el que se han gastado cuantiosos fondos, pueda desmontarse en el futuro y restaurar el jardín: “Una modificación irreversible y dolorosa, a la que sacrificamos la protección de nuestro patrimonio, plantea un problema de protección del lugar, que queda así radicalmente alterado y casi para siempre. En efecto, es impensable que en el futuro se pueda desmantelar este edificio en el que se ha gastado tanto dinero y restaurar el jardín. En otras palabras, no es una operación reversible. Compromete un espacio, su vínculo con las habitaciones con frescos del piso de la planta baja del edificio, cuya puerta da al jardín en eje con el nicho”. Según Angelini, asistimos a la “mayor y más llamativa alteración del centro histórico de Pavía desde el destripamiento de los años 50 y 60”, reflejo de “una explotación ciega y salvaje del tejido urbano”.
Otro punto crucial es la estabilidad estructural y las implicaciones arqueológicas. De hecho, el emplazamiento se asienta sobre estructuras muy antiguas, y se presupone la presencia de preexistencias romanas y medievales. Se han puesto de relieve los problemas estructurales y estáticos de los muros de contención del propio jardín, y la Superintendencia ya ha señalado cuestiones críticas y solicitado estudios estratigráficos preliminares para evaluar el estado del yacimiento arqueológico. Sin embargo, según los profesores, estos análisis deberían haber precedido a cualquier decisión de diseño y no haberse realizado poco antes de la intervención. Los cimientos del edificio, que datan del siglo XVIII, se describen como “frágiles y potencialmente vulnerables” a las tensiones producidas por las obras, y los profesores temen que las vibraciones y las excavaciones puedan comprometer su estabilidad a corto o largo plazo. A esto se añade la preocupación de que el gimnasio no respete las distancias legales entre edificios, y su volumen reste luz natural a las oficinas de secretaría, obligando al personal a trabajar en condiciones deterioradas.
Luego está el episodio más emblemático y el que más ha encendido el debate público, a saber, los daños sufridos por los capiteles dieciochescos de las puertas de entrada al edificio. En agosto de 2024, para permitir el paso de un gran camión grúa destinado a las obras, dos capiteles del lado de la puerta central, en Corso Mazzini, resultaron gravemente dañados. Los capiteles fueron restaurados posteriormente, pero el incidente provocó una fuerte condena pública.
El asunto puso de manifiesto una compleja interacción entre las distintas instituciones implicadas. La Provincia de Pavía, encargada de promover y contratar las obras, ha defendido en todo momento la necesidad de las obras para satisfacer la “gran demanda de espacios para actividades deportivas” y para la “regeneración del patrimonio escolar”, habiendo obtenido financiación a través de una convocatoria europea del PNRR. El presidente de la provincia, Giovanni Palli, defendió la elección de una estructura sobre el suelo en lugar de subterránea, temiendo que “excavar en ese punto significaría probablemente tener bloqueada la obra debido a la aparición de hallazgos históricos y arqueológicos”. Inicialmente, el proyecto preveía de hecho una construcción subterránea con un jardín encima, pero las excavaciones revelaron la presencia de artefactos romanos y medievales, lo que llevó a tomar la decisión de construir la estructura en la zona de la cancha de baloncesto del instituto.
El Ayuntamiento de Pavía, como propietario del Palacio Olevano, se encontró en una situación compleja. La escritura que permitía contratar las obras fue aprobada el 13 de julio de 2023 por la anterior administración municipal de centro-derecha. El actual alcalde, Michele Lissia, en el cargo desde junio de 2024, dejó claro públicamente que no estaba de acuerdo con ese acto, hasta el punto de que abandonó el salón de plenos junto con casi todos sus colegas de la entonces minoría en el momento de la votación, manifestando su oposición al proyecto. Sin embargo, una vez iniciadas las obras y adjudicado el contrato, el alcalde declaró que “bloquear o revocar la obra hubiera implicado riesgos jurídicos y económicos irrazonables e importantes” para la administración municipal y toda la comunidad, incluyendo la posibilidad de onerosos litigios con el contratista y la propia Provincia. A pesar de las “pocas armas que le quedaban”, su objetivo seguía siendo proteger el patrimonio histórico del Palacio Olevano. Para ello, el alcalde Lissia, junto con los concejales Alice Moggi, Alessandra Fuccillo y Lorenzo Goppa, se reunió con el Presidente Palli para acordar acciones concretas. Entre las peticiones formuladas por el municipio figuraba la creación de un grupo de trabajo técnico conjunto que supervisara constantemente el progreso de las obras y propusiera mejoras (en particular en materia de verdor y sostenibilidad medioambiental, con “plantaciones compensatorias” a realizar en los edificios escolares y otros edificios), el pleno cumplimiento de las prescripciones de la Superintendencia (empezando por la restauración del edículo votivo que da al patio), el refuerzo de la vigilancia de la muralla histórica que bordea Via Cavallotti mediante la instalación de sensores, la dotación de recursos provinciales para el mantenimiento del futuro jardín de la azotea del gimnasio y la accesibilidad del gimnasio a los ciudadanos y las asociaciones locales en horario extraescolar. El Ayuntamiento también solicitó la asignación de más recursos por parte de la Provincia para la conservación y puesta en valor del Palacio Olevano, del que la Provincia de Pavía es concesionaria. Por último, el Ayuntamiento y la Provincia acordaron desarrollar un proyecto de restauración de los frescos del palacio, con el objetivo de lanzar una campaña de recaudación de fondos para tal fin.
Aunque la Superintendencia ha emitido un dictamen condicionalmente positivo sobre el proyecto, éste ha sido objeto de cuestionamientos y críticas. En el ayuntamiento, a pesar de las fuertes críticas, también se votó la aprobación para no perder los fondos del PNRR, destacando el interés de los 1700 alumnos. Muchos concejales de la oposición no votaron, demostrando que el asunto era controvertido y doloroso desde el principio. Finalmente, los profesores del Liceo Cairoli, en una toma de posición pública sin precedentes de un centenar de profesores, pidieron la suspensión definitiva de las obras, proponiendo como solución alternativa la instalación de una carpa. Esta solución, calificada de “provisional y ligera”, no afectaría significativamente a los cimientos del edificio y permitiría al instituto disponer de un gimnasio funcional sin poner en peligro la estabilidad del edificio. También pidieron transparencia en los datos relativos a los estudios geológicos y arqueológicos, que hasta ahora no se han hecho públicos, y solicitaron un enfoque basado en análisis de riesgos profundos y transparentes y un mayor respeto por el edificio como “importante símbolo del patrimonio cultural de Pavía”.
Las obras del nuevo gimnasio continúan. Los trabajos preliminares, como la retirada de la losa de hormigón de 50 centímetros y del asfalto en la zona de la cancha de baloncesto, ya estaban en marcha en septiembre de 2024. Se completó entonces la restauración de los capiteles dañados, con un coste total de 25.000 euros; la Provincia había decidido, por instrucciones de la Superintendencia, extender la restauración a todos los capiteles para evitar discrepancias de color, frente a una estimación inicial de 1.500 euros. Actualmente se está colocando el pavimento, y a continuación se procederá a la instalación de la estructura ligera y los acabados. También está en marcha la restauración del templete votivo del patio del liceo. La Provincia ha destinado otros 2,6 millones de euros a las obras del Palacio Olevano.
Sin embargo, la discusión sobre un asunto que ha suscitado dudas sobre la protección del patrimonio histórico-arquitectónico de Pavía no se ha apagado. Muchos habitantes de Pavía se preguntan si no es posible esperar y buscar soluciones alternativas, menos comprometedoras y más compartidas, que puedan servir de ejemplo a las nuevas generaciones.
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Tras el cubo de Florencia, el ziqqurat de Pavía: un gimnasio en el jardín de un palacio del siglo XVIII |
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