Flandes se presenta como un vasto museo difuso, una red cultural en la que los lugares de arte no son simples contenedores, sino focos conectados por un extraordinario “hilo rojo”. Partiendo de esta idea, el Gobierno flamenco, a través del organismo de promoción Toerisme Vlaanderen, quiso promover un itinerario para poner de manifiesto este vínculo intrínseco: así nació la idea del “Tour de los Maestros”, un itinerario que no sólo propone una sucesión de destinos culturales, sino que ofrece una experiencia tras las huellas de los artistas flamencos. El concepto de fil rouge se manifiesta de forma evocadora y poética, como en la referencia al río Leie, llamado el río de oro, o la descripción del Mar del Norte que, para James Ensor, adquirió la connotación de un mar de nácar. Este hilo conductor es esencial, ya que sirve de guía estructurada para una excursión que promete ser fascinante y profundamente enraizada en la historia del arte.
Entre las figuras destacadas que animan este itinerario se encuentra Pieter Paul Rubens: el recorrido dedicado a él se centra en la ciudad de Amberes. Rubens es reconocido no sólo como un extraordinario talento artístico, sino también como una figura compleja y polifacética. Su vida se caracterizó por una multiplicidad de funciones que fueron mucho más allá de la pintura: fue a la vez un prolífico artista, un agudo hombre de negocios, un riguroso científico, un hábil diplomático y un devoto padre de familia. Aunque era un genio universalmente reconocido, los documentos pintan un retrato de él que también incluye la dimensión de un “hombre corriente”. Admirar las obras de Rubens en el contexto de su ciudad natal nos permite captar la esencia misma para la que se hicieron esos lienzos.
Junto al genio de Amberes, surge la figura de Antoon van Dyck, un maestro célebre por su innata propensión a la pintura y por su elegancia y refinamiento característicos. El talento de Van Dyck era tal que pudo obtener su propio taller dentro del taller de Rubens ya a la edad de dieciséis años, hecho que atestigua la excepcional consideración que Rubens sentía por él. Y otro protagonista barroco, cuyo nombre quizá resuene menos que los de Rubens o Van Dyck, es Theodoor van Loon. Sin embargo, este pintor barroco legó a la historia del arte una serie de obras maestras consideradas extraordinarias.
El itinerario de los Maestros recorre varios lugares, cada uno con su connotación histórica y artística específica. En Brujas, el recorrido ofrece la oportunidad de apreciar las obras de los Maestros Flamencos admirándolas precisamente donde fueron creadas y concebidas. Del mismo modo, la ciudad de Gante (Ghent) ofrece un Tour de los Maestros concebido como un viaje inolvidable por los diferentes periodos históricos de Flandes. Malinas (Mechelen ) enriquece la oferta, acompañando a los visitantes entre destacadas obras maestras artísticas y, además, ofreciendo también especialidades culinarias que caracterizan a la región flamenca. Lovaina destaca por su interés por el patrimonio sagrado y religioso. Este recorrido específico, inspirado en los grandes maestros del pasado, conduce al descubrimiento de auténticas joyas del patrimonio religioso, diseminadas por el centro de la ciudad y sus alrededores.
El Recorrido de los Maestros también ofrece rutas vinculadas a entornos naturales específicos que han influido en la inspiración artística. La sección titulada “Maestros a lo largo del Leie” explora, por ejemplo, las razones por las que Sint-Martens-Latem se convirtió en un centro clave para el desarrollo de movimientos como el Simbolismo, el Impresionismo y el Expresionismo. Otro itinerario se centra en el litoral, el recorrido “Maestros junto al mar”, ya que el atractivo de las olas ejerció fascinación en artistas de la talla de Ensor, Spilliaert, Delvaux y Permeke. Esta ruta marítima invita a pasear por museos, residencias de artistas e iglesias, todo ello mientras se disfruta del salubre aire costero. Por último, la ciudad de Kortrijk ofrece una fascinante combinación de historia y contemporaneidad. Aquí podrá encontrar tanto obras maestras flamencas albergadas en iglesias que datan de la Edad Media, situadas en pleno centro histórico, como ejemplos de arquitectura contemporánea, arte moderno y diseño innovador.
El arte flamenco adopta muchas formas, hasta el punto de que los Maestros Flamencos se han dividido en varias categorías temáticas que abarcan toda la región. A pesar de la evidente diversidad entre estas categorías, todas ellas están unidas por un hilo fuerte y coherente. Las tres series de obras maestras, distribuidas en diferentes lugares de Flandes, dan testimonio de la sublime calidad del arte flamenco, abarcando un vasto periodo de tiempo que va desde la Alta Edad Media hasta el siglo XX. La primera de estas series está dedicada a los santuarios religiosos. Esta colección se inscribe en una tradición milenaria, la de la veneración de las reliquias, que cuenta con dos mil años de historia.
Otra serie clave es la de las Casas de los Artistas. Lo que hace tan excepcional la iniciativa de los Maestros Flamencos en sus lugares de origen es la posibilidad única que se ofrece al visitante de admirar directamente las obras de arte en los mismos espacios donde los artistas las concibieron y realizaron. Este enfoque in situ, es decir, la posibilidad de observar las obras en el lugar para el que fueron concebidas, es un elemento distintivo de todo el proyecto. La visita no es un mero repaso de obras de arte, sino una inmersión en el contexto histórico, espiritual y geográfico que dio forma a los Maestros.
La organización de este proyecto incluye el suministro de herramientas útiles para el visitante, como un mapa detallado de los lugares, así como información específica sobre las propias obras de arte. Todo ello contribuye a una experiencia cultural rica y coherente, en la que el patrimonio flamenco se manifiesta en toda su grandeza, desde los elegantes retratos de Van Dyck hasta los paisajes inspirados en el mar de Ensor y Permeke, manteniendo siempre un fuerte vínculo entre el artista, su obra y el lugar que le dio vida. La exposición sirve de testimonio vivo de la riqueza de la pintura flamenca, que, a pesar de su diversificación estilística y temporal, desde una época tan remota como la Alta Edad Media llega hasta las expresiones artísticas del siglo XX, manteniendo un tejido conectivo único y sólido.
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Gira de los Maestros Flamencos: un viaje al alma artística de Flandes |
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