Antigüedades Botticelli trae a Roma cinco siglos de escultura en el Palacio Barberini


De la refinada cabeza femenina del siglo XVI de Giuseppe Bottone al busto barroco de Ercole Ferrata, del retrato de un niño de Medardo Rosso a la famosa Moravia esculpida por Mario Ceroli: Botticelli Antichità presenta en "Arte e Collezionismo Roma" una selección de obras que abarcan épocas y materiales.

Desde 1960, la galería Botticelli Antichità de Florencia es un reconocido punto de referencia en el panorama del coleccionismo y del mercado del arte italiano. Fundada como empresa familiar, a lo largo de los años ha visto crecer un proyecto que ha prestado una atención constante a la calidad. Desde finales de la década de 1980, Bruno Botticelli y su hermana Eleonora han recogido la herencia de esta tradición, orientando su actividad hacia un sector específico y complejo como es el de la escultura italiana y europea, con un arco cronológico que abarca desde la Edad Media hasta el siglo XX. Su presencia en la feria Arte e Collezionismo Roma 2025, programada en el Palazzo Barberini del 18 al 23 de septiembre, confirma el papel de la galería entre los protagonistas de un evento que reúne a algunos de los más prestigiosos anticuarios italianos e internacionales. Para esta ocasión, Botticelli Antichità ha optado por presentar una selección que abarca siglos de la historia de la escultura, restituyendo la extraordinaria variedad de lenguajes de este arte.

El stand de la galería se caracterizará por la presencia de obras que, aunque pertenecientes a épocas y contextos diferentes, encuentran un hilo conductor en su capacidad para evocar con fuerza la especificidad de cada momento histórico. Comenzamos en el siglo XVI, con una cabeza femenina hierática de Giuseppe Bottone (Mesina, noticias de 1557 a 1574), uno de los principales escultores meridionales de la época, que propone aquí una pieza, fragmento de una escultura mayor, probablemente una estatua de una Virgen, impregnada de reminiscencias góticas a pesar de su avanzada datación. Entre las piezas más destacadas figura un tabernáculo de la cultura napolitana del siglo XVI, testimonio de ese arte sacro capaz de combinar excentricidades compositivas y devoción popular. La complejidad de la decoración y la fuerza simbólica de la estructura se inscriben en la rica tradición napolitana de la época, que entre los siglos XVI y XVII fue una encrucijada cultural de primera importancia para el Mediterráneo.

Junto a esta obra de fuerte impacto devocional, el recorrido propuesto por la galería enfrenta al visitante con el imponente Busto de San Carlos Borromeo, obra del gran escultor barroco Ercole Ferrata (Pellio Intelvi, 1610 - Roma, 1686). Alumno y colaborador de Alessandro Algardi, Ferrata fue uno de los intérpretes más autorizados de la escultura romana del siglo XVII, y su obra combina rigor formal e intensidad espiritual. En el busto de San Carlos, la austeridad hierática de la figura se traduce en una imagen de extraordinaria fuerza religiosa, perfectamente coherente con el espíritu de la Contrarreforma.

El recorrido continúa con un importante salto en el tiempo que conduce al corazón de los experimentos de la escultura moderna. En este contexto se inscribe el retrato de un niño de la familia Trolli, de Medardo Rosso (Turín, 1858 - Milán, 1928). Considerado el pionero de la escultura moderna, Rosso revolucionó el lenguaje plástico de finales del siglo XIX, elaborando una nueva forma de entender la relación entre luz, materia y figura. El pequeño retrato que propone la galería es un ejemplo de su capacidad para captar la esencia fugaz de la expresión, dando como resultado una obra que, a pesar de su aparente sencillez, se sitúa entre los más altos ejemplos del arte escultórico de principios del siglo XX.

Giuseppe Bottone, Cabeza de mujer (mármol, 30 x 24 x 20 cm)
Giuseppe Bottone, Cabeza de mujer (mármol, 30 x 24 x 20 cm)
Ercole Ferrata, Busto de San Carlos Borromeo (mármol, altura 62 cm)
Ercole Ferrata, Busto de San Carlos Borromeo (mármol, altura 62 cm)
Medardo Rosso, Retrato de niño (1884-1888; terracota, altura 24 cm)
Medardo Rosso, Retrato de un niño (1884-1888; terracota, altura 24 cm)

La selección de Botticelli Antichità se cierra con una obra que pertenece ya a la memoria colectiva de la cultura italiana de la segunda mitad del siglo XX: el Retrato de Alberto Moravia de Mario Ceroli (Castel Frentano, 1938). Escultor de fama internacional, Ceroli es conocido por sus figuras talladas en madera, caracterizadas por una estilización inmediatamente reconocible. En este contexto, el retrato de Moravia, uno de los escritores más influyentes del siglo XX, se convierte no sólo en un homenaje a una personalidad literaria de primer orden, sino también en una reflexión sobre la capacidad de la escultura para plasmar el rostro de una época.

El hilo conductor de estas obras no es sólo el arco cronológico que atraviesan, sino también la variedad de los materiales utilizados. El mármol, la terracota y la madera se convierten en instrumentos a través de los cuales la galería propone un viaje táctil y visual por la historia del arte. Cada material aporta su especificidad: la dureza y nobleza del mármol, la ductilidad e inmediatez de la terracota, la cálida vitalidad de la madera. Esta pluralidad permite a los visitantes no sólo admirar las obras, sino también acercarse al material vivo de la escultura.

Para la galería, esta ocasión representa también la oportunidad de reafirmar una filosofía que acompaña desde hace décadas el trabajo de Bruno y Eleonora Botticelli: la convicción de que el arte debe hacerse accesible, narrarse y compartirse, poniendo en valor no sólo las grandes obras maestras, sino también aquellas obras que, aunque menos conocidas, encierran una gran riqueza de valores y significados.

Antigüedades Botticelli trae a Roma cinco siglos de escultura en el Palacio Barberini
Antigüedades Botticelli trae a Roma cinco siglos de escultura en el Palacio Barberini


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