En el Caravaggio cortado en pedazos surge audio del juicio de Andreotti


El Caravaggio de Palermo habría sido destruido: esto según las palabras del colaborador del tribunal Francesco Marino Mannoia, que ahora pueden escucharse por primera vez.

“El Caravaggio había sido destruido porque ... en la forma en que había sido enrollado, cuando el comprador fue más tarde a ... verlo, se echó a llorar y ... no estaba. ya no estaba en condiciones de ser utilizado”. Uno de los finales más tristes posibles para la Natividad con los santos Lorenzo y Francisco, pintada por Michelangelo Merisi en Roma en el siglo XVII y robada en octubre de 1969 del Oratorio de San Lorenzo de Palermo, lo encontramos en las palabras del colaborador de la justicia Francesco Marino Mannoia.

Ahora es posible escuchar por primera vez, en el canal YouTube de Caravaggio TV, todo ese pasaje aislado de la declaración prestada por el ex mafioso en la sala del búnker de la cárcel de Rebibbia. Era el 4 de noviembre de 1996, se celebraba el juicio Andreotti y el fiscal Roberto Scarpinato preguntó a Mannoia si Pippo Calò conocía al senador vitalicio. Este último, en palabras del acusado, “estaba loco por un cuadro” que el jefe mafioso Stefano Bontate supuestamente había intentado adquirir para él.

En respuesta a una pregunta del fiscal con un tema muy distinto, Mannoia se encontró rememorando un pasado muy alejado de la imagen de un exponente de cierto calibre dentro de Cosa Nostra. De hecho, confesó que en su juventud había sido ladrón, aunque había participado en robos por encargo de obras de arte, a veces incluso excelentes, como el perpetrado en el oratorio de San Lorenzo.

En cualquier caso, se comprendió mejor en el transcurso del proceso, fue en realidad un cuadro de Gino Rossi el que había atraído el interés de Giulio Andreotti (quien, con su habitual ironía, al ser preguntado por los periodistas respondió: “No creo que nunca me haya vuelto loco por nada, y menos por un cuadro”). Tampoco es éste el lugar para ilustrar, aunque sea brevemente, la historia del robo de la Natividad, para la que se remite al ensayo “Caravaggio, la Natividad en Palermo. Nascita e scomparsa di un capolavoro” (tercera edición 2023).

Caravaggio, Natividad con los santos Lorenzo y Francisco, 1600, antes Palermo, Oratorio de San Lorenzo
Caravaggio, Natividad con los santos Lorenzo y Francisco, 1600, antes Palermo, Oratorio de San Lorenzo

Hoy causa cierta impresión volver a escuchar de la voz viva de Marino Mannoia, casi cuarenta años después, aquellas primeras declaraciones públicas sobre la desaparición del cuadro. No son las primeras. En noviembre de 1989, el traidor había contado las mismas cosas a Giovanni Falcone, en presencia del ex comisario de policía Maurizio Ortolan, que sigue siendo el único testigo vivo: aquella primera entrevista no fue grabada. Pero en 1996, delante de los periodistas, todo esto tuvo una inmediata y enorme resonancia mediática y en ese momento los Carabinieri del Comando de Protección del Patrimonio Artístico, al conocer la noticia, iniciaron una investigación exhaustiva como nunca antes se había hecho.

En 2017 se reavivaron las esperanzas de recuperar por completo el retablo. Interrogado en el marco de la investigación de la Comisión Parlamentaria Antimafia, sin dejar de admitir su implicación en el robo de la obra, Mannoia negó haberla hecho desaparecer para siempre: “Destruimos el cuadro cortándolo en pedazos con cuchillos y prendiéndole fuego después de rociarlo con gasolina en las inmediaciones del río Oreto”, había declarado a los Carabinieri el 7 de noviembre de 1996.

Artículo en el diario
Artículo del diario “L’Ora” de octubre de 1969 sobre la hipótesis de los cortes

El tema del corte de la obra se repite a menudo y da que pensar. Releyendo las crónicas de octubre de 1969, parecía casi seguro que el lienzo había sido retirado cortándolo en todo su contorno con una cuchilla de afeitar. Al mismo tiempo, se temía que hubiera sido dividido en varias porciones para colocarlas separadamente en el mercado, y un experto de la sección de Palermo de la Policía Criminal, Giovanni Console, formuló la hipótesis de que éstas habrían enmarcado “el rostro deliciosamente iluminado de la Virgen, el ángel y las cabezas de los dos santos en adoración”. Sin embargo, los personajes representados están todos tan juntos que sería difícil aislar una parte significativa de uno sin interceptar algún detalle de otro.

Sin embargo, según recientes declaraciones del colaborador de justicia Gaetano Grado, en algún momento se materializó esta eventualidad. El capo Gaetano Badalamenti, tras recuperar el Nacimiento de manos de la banda de ladrones que lo había robado sin pedir permiso a la Mafia, se puso a buscar comprador y lo encontró en un anticuario anciano del Cantón del Tesino. El cuadro llegó entero a través de los Alpes y después, según le dijo el suizo a Badalamenti, “se cortó en cuatro partes y se vendió”.

Fragmento de una entrevista con el P. Benedetto Rocco de 2001-2002 publicada por
Fragmento de una entrevista con Don Benedetto Rocco en 2001-2002 publicada por The Guardian.

Por otra parte, con un modus operandi similar al de los secuestros, algún tiempo después del robo un fragmento de lienzo fue enviado por desconocidos, autodenominados propietarios de la obra maestra robada, dentro de una carta recibida en el oratorio por el rector Don Benedetto Rocco. “Un pequeño trozo de lienzo”, así lo describió Rocco en una vídeo-entrevista concedida en 2001-2002 al director Massimo D’Anolfi, mientras señalaba con la punta del dedo índice para dejar más claras las dimensiones. Pero, ¿pertenecía realmente al Nacimiento? ¿Y qué le ocurrió?

El concepto del corte de la obra, paradigmático de la herida infligida a la comunidad con este atroz crimen, sigue sacudiendo la conciencia, hasta el punto de convertirse en inspirador. Es el caso del artista español Javier Carpintero, que en 2023 instaló su Caravaggio desmembrado en el Oratorio de San Lorenzo. Una copia fiel de la Natividad pintada al óleo, luego descompuesta en cuadrados, enmarcada y dispuesta como flotando alrededor del marco que albergó el original de Caravaggio hasta su noche más oscura. Piezas simbólicas de un intrincado rompecabezas que es toda la historia, una obra que nos encantaría volver a ver expuesta.

Javier Carpintero, Caravaggio desmembrado, 2023
Javier Carpintero, Caravaggio desmembrado, 2023

Según el crítico de arte Maurizio Calvesi, que retomó una tesis de su colega Roberto Longhi, el Nacimiento habría sido cortado antes del robo. Esto explicaría por qué la figura del extremo derecho, el pastor, aparece “aturdida”. La altura de 12 palmos romanos (268 cm) estipulada en el contrato de encargo se respetó escrupulosamente, pero no así la anchura. Esta última, en efecto, se indicaba genéricamente como "7 u 8 palmos dentro o alrededor", por lo que se esperaba que midiera al menos 179 cm (siempre con un cierto margen de tolerancia), mientras que la anchura real del lienzo se midió en 197 cm. ¿Pudo Caravaggio, o quien le preparó el lienzo, actuar con cautela ante esta vaguedad del encargo, dejando algunos centímetros de tela de más? Si hubo alguna vez una reducción del soporte, ¿cuándo se produjo? ¿Durante una antigua remodelación, como ha sugerido Maurizio Marini? De los documentos descubiertos por Giovanni Mendola se desprende que en el año 1600 se estaba definiendo la disposición del altar del Oratorio de San Lorenzo, que Merisi no podía conocer desde Roma y que, además, fue rehecho hacia el año 1700 por el arquitecto Giacomo Amato y el escultor Giacomo Serpotta.

De izquierda a derecha: Natividad de Caravaggio, foto Scala 1964 con marco y foto ICR 1951-1952; copia de Paolo Geraci (Catania, Museo Civico 'Castello Ursino'); copia documentada en la Fototeca de la Fundación Roberto Longhi (antigua colección Federzoni).
De izquierda a derecha: La Natividad de Caravaggio, foto Scala 1964 con marco y foto ICR 1951-1952; copia de Paolo Geraci (Catania, Museo Civico “Castello Ursino”); copia documentada en la Fototeca de la Fundación Roberto Longhi (antigua colección Federzoni).

La última palabra, como siempre, la tienen los técnicos, y Claudio Seccaroni y Elisabetta Giani, que examinaron las radiografías tomadas al cuadro en 1951, comprobaron que no había reducción de tamaño en el lado derecho del lienzo. Sin embargo, es interesante comparar el cuadro sin el marco y, por tanto, en su tamaño natural, tal y como se ve en una toma realizada por el Instituto Central de Restauración en 1951-1952, con las dos copias antiguas: una de Paolo Geraci fechada en 1627-1628 (Catania, Museo Cívico “Castello Ursino”) y la otra de autor y fecha desconocidos, que perteneció a Luigi Federzoni y ahora está perdida, que conocemos por una toma realizada por la fototeca de Roberto Longhi. Mientras que la primera es una reproducción a escala 1:1 del original, en la segunda el autor anónimo pintó “a mano alzada” y se tomó algunas licencias, como ampliar el fondo. Pues bien, la impresión que se tiene al comparar las fotografías es que algunos detalles ausentes en el Nacimiento de Palermo están presentes en las copias con un contorno muy similar: véanse, en particular, el trasero de San José y el cuello del pastor.

Todavía se dirá y escribirá mucho sobre el Nacimiento, y no todo podrá confirmarse o negarse hasta el tan esperado descubrimiento del cuadro. Posiblemente intacto.


Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.