El Cristo en la Cruz atribuido a Pieter Paul Rubens fue subastado el 30 de noviembre por Osenat en el Hôtel des Ventes du Château de Versalles por más de 2,9 millones de euros, registrando una de las pujas más altas de la temporada de venta de Tableaux anciens. El cuadro, creado hacia 1614-1615, fue descubierto en Francia entre las posesiones de un reciente propietario de una villa parisina. La noticia había sido adelantada por la agencia France Press, AFP(hablamos de ella aquí), por Jean-Pierre Osenat, director de la casa de subastas, quien destacó que se trata de una obra de Rubens en la cima de su producción artística. “Es el comienzo de la pintura barroca”, dijo Osenat, destacando la relevancia histórica de la obra. La Crucifixión es un tema recurrente y una forma de profesión de fe para el pintor, protestante convertido al catolicismo.
La autentificación del cuadro fue confirmada por el historiador del arte Nils Büttner, presidente del Centrum Rubenianum de Amberes y destacado experto en Rubens, mediante un minucioso análisis de las características estilísticas y técnicas. La obra, de tamaño mediano (105,5 por 72,5 centímetros), fue sometida a estudios radiográficos y de pigmentos, que confirmaron su correspondencia con la producción flamenca. Según Büttner, el cuadro perteneció al pintor francés del siglo XIX William-Adolphe Bouguereau antes de llegar a manos de los propietarios de la villa parisina donde fue hallado. Aunque pasó desapercibido durante mucho tiempo, el cuadro se conoció a través de grabados que documentaron su existencia a los estudiosos. Büttner anunció a la revista Artnet que la obra se incluirá en los próximos Addenda y Corrigenda del catálogo razonado de Rubens, subrayando lo sorprendente que resulta que un cuadro tan importante haya permanecido tanto tiempo fuera del radar de los expertos. Estilísticamente, Cristo aparece aislado, iluminado contra un cielo oscuro y amenazador. La parte superior de su cuerpo se arquea hacia delante, con un doloroso realismo que acentúa el peso de la cruz. Sobre el fondo rocoso del Gólgota, invadido por la vegetación, se vislumbra Jerusalén iluminada bajo el efecto de una tormenta. La composición pone de relieve la maestría de Rubens en la técnica barroca y su capacidad para plasmar el dramatismo y la profundidad emocional a través de la luz y la tensión de los cuerpos.
![]() |
| El cuadro de Rubens hallado en Francia vendido en subasta por más de 2,9 millones de euros |
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.