El Teatro della Pergola representa uno de los lugares más importantes de la historia teatral italiana y europea. Situado en el centro de Florencia, está considerado el primer gran ejemplo de teatro italiano, un modelo arquitectónico que ha influido en la construcción de innumerables teatros en Italia y en el extranjero.
En los últimos años, ha sido protagonista de una importante operación de mantenimiento llevada a cabo gracias a laPrima al Arte, el mecanismo de incentivos fiscales para apoyar el patrimonio cultural, con la contribución de una fundación bancaria. La intervención afectó tanto al mobiliario como a los aparatos decorativos de la Sala Grande y el Saloncino, así como a los sistemas eléctricos, de fontanería y de seguridad, con especial atención a los ascensores y los sistemas de elevación del escenario. La operación, por un valor total de 400.000 euros, se financió íntegramente sin cargo al presupuesto público, representando así un ejemplo de cómo la colaboración entre entidades e instituciones privadas puede apoyar la conservación del patrimonio cultural. Las donaciones ascendieron a 350.000 euros, procedentes de entidades no comerciales, mientras que todos los trabajos fueron realizados por el Ayuntamiento de Florencia, propietario del complejo, a través del Departamento de Servicios Técnicos - Servicio de Bellas Artes y Fabbrica di Palazzo Vecchio.
La Pérgola se construyó entre 1652 y 1656 a instancias de laAccademia degli Immobili, una asociación de nobles florentinos dedicada al arte dramático musical. El proyecto introdujo una concepción innovadora de la sala teatral, con gradas superpuestas de palcos y planta de herradura: este tipo de disposición se convertiría en el sello distintivo de la tipología teatral italiana. En un principio, el teatro estaba destinado exclusivamente a las representaciones de la corte de los Médicis, con acceso reservado, y no fue hasta 1718 cuando se abrió al público de pago por primera vez con el Scanderbeg de Antonio Vivaldi, inaugurando una temporada que lo vería asumir gradualmente un papel protagonista en la vida cultural de la ciudad y del país. Durante el siglo XVIII y, sobre todo, en la primera mitad del XIX, la Pérgola se convirtió en el templo del melodrama. Aquí se escenificaron los estrenos de compositores que marcarían la historia de la música italiana, desde Vincenzo Bellini a Gaetano Donizetti, hasta Giuseppe Verdi, que en marzo de 1847 eligió Florencia para presentar su Macbeth, ópera destinada a una larga fortuna. A medida que se acercaba el siglo XX, la centralidad del melodrama fue dejando paso a la prosa. En este contexto, la Pérgola acogió en 1906 un acontecimiento destinado a permanecer en la memoria: Eleonora Duse representó Rosmersholm, de Henrik Ibsen, dirigida por Edward Gordon Craig, figura clave en el nacimiento de la dirección moderna.
El valor histórico-artístico de la Pérgola fue reconocido oficialmente en 1925, cuando el teatro fue declarado Monumento Nacional por ser el primer gran ejemplo de teatro a la italiana y una manifestación fundamental de la historia del teatro mundial. Tras una fase de crisis en los años 50, la década siguiente marcó el renacimiento del teatro como punto de referencia de la prosa. Florencia se convirtió en una de las capitales italianas de la escena: Eduardo De Filippo encontró allí un lugar privilegiado para sus producciones, mientras que Vittorio Gassman eligió la ciudad para fundar su taller teatral. Desde entonces, la actividad no ha cesado. Hoy, el Teatro della Pergola es un centro cultural que valoriza sus espacios y su tradición. La estructura consta principalmente de la Sala Grande, dividida en platea, tres pisos de palcos, galería y camerinos, y el Ridotto, conocido como el Saloncino, también equipado con camerinos y servicios.
En 2012 se inició un importante ciclo de obras de restauración que finalizó en 2015 y que afectó principalmente a la decoración de las salas y al pavimento del patio de butacas. El escenario conserva una mecánica casi totalmente manual, incluido el foso de la orquesta, que puede abrirse cuando es necesario. El programa de mantenimiento más reciente, sin embargo, se centró en la restauración de los espacios y el mobiliario, con especial atención a los palcos de la Sala Grande. Los trabajos han consistido en restaurar las decoraciones de madera, repintar las paredes, sustituir las tapicerías y volver a enmoquetar la platea, los palcos y los pasillos. En cuanto a las instalaciones, los trabajos han consistido en la restauración de los ascensores para el público, el mantenimiento de los sistemas eléctricos, hidráulicos y de seguridad, con especial atención a los sistemas de elevación, los montacargas eléctricos y los equipos contra incendios.
La trayectoria del Teatro de la Pérgola demuestra así cómo un edificio histórico puede mantener un papel activo en la vida cultural contemporánea, gracias a una gestión que combina la protección del patrimonio y la programación artística. Su arquitectura y la estratificación de las experiencias que ha acogido también dan cuenta de la evolución del gusto y de las prácticas escénicas. En un contexto en el que muchas estructuras históricas se enfrentan a problemas de degradación y sostenibilidad económica, la Pérgola sigue representando un modelo de continuidad, aunque requiera constantes trabajos de conservación.
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| Restauración del Teatro della Pergola de Florencia, primer ejemplo de teatro a la italiana |
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