En el Palazzo Maffei de Verona se inauguró una nueva instalación site-specific, situada en la escénica escalera de caracol, en un evocador diálogo entre arte y arquitectura. La obra parte de la imaginería poética y visionaria de Anna Galtarossa, acompañada de “ecos sonoros” compuestos por el ganador de un Oscar Nicolas Becker.
La nueva obra, titulada Cometa, es una escultura suspendida, un cometa que cae, con una cola de trece metros de largo que gira lentamente, combinando materiales orgánicos, industriales y cromáticos. El cometa parece caer en picado hacia la estatua de Flora, situada en el centro de la escalinata, pero se detiene un instante antes del impacto. Girando en sentido contrario a las agujas del reloj, el cometa parece querer rebobinar el tiempo, evocando preguntas universales: ¿lograremos salvar la naturaleza o seguiremos siendo espectadores de su destrucción? En su movimiento suspendido, la obra se convierte en símbolo del frágil equilibrio entre la caída y el renacimiento, entre el pasado y un futuro aún por imaginar.
En la instalación, la artista entreteje objetos comunes y materiales hechos a mano, tanto naturales como sintéticos -botellas de plástico, corbatas, ganchos de escalada, pinzas de la ropa, bobinas de alambre agrícola y rizadores- que se transforman en material nuevo, fusionando lo doméstico y lo cósmico, lo kitsch y la poesía. El resultado es una escultura irónica y visionaria, coherente con la poética de la artista, que vive y trabaja entre Nueva York y Verona y es conocida por sus obras que combinan mito, memoria y vida cotidiana y a menudo implican al público en ingeniosas arquitecturas.
Completa la instalación un original paisaje sonoro diseñado por Nicolas Becker. Sonidos y voces parecen surgir y disolverse en el espacio, como evaporaciones acústicas, fragmentos de un universo en transformación. Becker, reconocido por su enfoque experimental del diseño sonoro en películas como Batman Begins, Gravity, Harry Potter, The Golden Army y Sound of Metal (por la que recibió el Oscar al mejor sonido en 2021), aporta a esta colaboración la misma intensidad emocional y sensibilidad perceptiva que caracterizan su investigación artística.
Con Cometa, el Palazzo Maffei prosigue su camino de diálogo entre lo antiguo y lo contemporáneo.
“Cometa” es la nueva instalación encargada por el Palazzo Maffei de Verona para la escalera del museo. Una escultura suspendida, un cometa con una cola de trece metros que gira lentamente. El título funciona como una metonimia: promete la rapidez de un cuerpo celeste que cruza el horizonte, pero en realidad se manifiesta como un movimiento vertical, en sentido contrario a las agujas del reloj, en la trompeta monumental de la escalera. Descrito así, Cometa podría evocar un monumento visionario, una estructura giratoria como el Monumento a la Tercera Internacional (1917) de Vladimir Tatlin. Pero en la obra de Galtarossa, las referencias, aunque densas y conscientes, nunca se traducen en una cita monumental. En Verona, el cometa alberga materiales industriales y brutos, fragmentos multicolores, elementos danzantes que restituyen una energía de cuento y doméstica, frágil y popular. Su trayectoria, además, no es ascendente sino descendente: una caída lenta, dirigida hacia la estatua de Flora al final de la escalera, casi rozándola, suspendida al borde de un impacto que nunca se produce", explica Andrea Lissoni, director artístico de la Haus der Kunst de Múnich. “En este vals gravitacional, surgen y desaparecen ecos sonoros, voces, músicas lejanas: espectros acústicos compuestos por Nicolas Becker. Su partitura se mueve como una respiración inestable, oscilando entre la inquietud y el consuelo, entre el presentimiento y el recuerdo. El viaje resplandeciente y colorista que propone Cometa es el de un monumento al presente: no celebra heroísmos ni revoluciones consumadas, sino que se abre a hipótesis, fantasías, juegos ancestrales cuyas reglas desconocemos. Es un dispositivo imaginativo que baila entre el pasado y el futuro, una invitación a seguir creyendo en la imaginación. En su lenta rotación, nos invita a participar, a mirar juntos, a dejarnos llevar, a hipnotizar y creer en visiones. La revolución, no es un acto acabado sino un movimiento que continúa, colectivo, luminoso”.
Fotografía de Andrea Pugiotto.
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Verona, Palazzo Maffei acoge una nueva instalación site-specific: Cometa de Anna Galtarossa |
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