Padua es el centro de un proyecto de arte público que entrelaza la historia de la ciudad con la escultura contemporánea, con un homenaje a Giotto a cargo del escultor Gianfranco Meggiato. Del 2 de octubre al 31 de marzo de 2026, la ciudad véneta acogerá la amplia exposición Il Bacio di Giuda, il ritorno alla plasticità. Gianfranco Meg giato: un homenaje a Giotto, comisariada por Jon Wood y Nicola Galvan y promovida por el Ayuntamiento de Padua con la Fundación de Arte y Cultura Gianfranco Meggiato.
Durante más de siete siglos, la ciudad ha custodiado la Capilla Scrovegni, obra maestra absoluta del siglo XIV y punto de inflexión en la historia del arte europeo. Fue allí donde Giotto devolvió el cuerpo y el volumen a la pintura, devolviendo a las figuras la consistencia y el peso de la realidad. Meggiato quiere traducir la lección de Giotto en clave tridimensional y transformarla en una reflexión sobre la relación entre forma, espacio y espiritualidad. El recorrido expositivo se articula a través de catorce esculturas monumentales situadas en distintos puntos de la ciudad. La obra central, que da título a la exposición, es El beso de Judas, situada en el camino que conduce a la Capilla Scrovegni.
El artista se inspiró en la escena pintada al fresco por Giotto para construir su composición: ocho figuras oscuras rodean una figura central brillante, que representa a Cristo, estirada hacia arriba en una espiral ascendente. En el lado izquierdo de la escultura aparece Pedro en el acto de cortar la oreja al siervo del Sumo Sacerdote, mientras que en el centro Judas abraza a Cristo y lo besa. En el lado derecho, tres figuras definen el momento del arresto.
“Gianfranco Meggiato”, comenta el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Padua, Andrea Colasio, “siempre ha apostado por devolver la dimensión pública al arte, sacándolo de las galerías y los museos y llevándolo a los lugares más habitados de la ciudad, las calles y las plazas, con obras e instalaciones. También eligió Padua para la estimulante confrontación con Giotto, y para ello creó una obra, instalada en el camino que lleva a la Capilla Scrovegni, inspirada en el famoso Beso de Judas. Es un diálogo inteligente entre el arte contemporáneo y la Urbs Picta. Se lo agradezco, porque esta importante exposición implica a toda la ciudad y no sólo a los lugares más céntricos”.
“La traición de Judas”, explica Gianfranco Meggiato, “no se refiere sólo al episodio evangélico, sino que es el símbolo de lo que nosotros mismos comprometemos en nuestra esencia más profunda. Mi escultura es una invitación a recordar quiénes somos realmente: seres espirituales en cuerpos físicos. Sólo aceptando esta conciencia podremos comprender que la realidad material no es más que un pensamiento hecho visible. Porque, conscientes o no, todos somos Uno”.
El tema del beso ocupa un lugar especial en la historia de la escultura moderna“, señala Jon Wood, ”con obras internacionalmente famosas de Auguste Rodin y Constantin Brancusi que representan la intimidad y la cercanía humanas de diferentes maneras". Gianfranco Meggiato aborda este tema a través del famoso fresco de Giotto, El beso de Judas. La nueva obra de Meggiato interpreta este acto de intimidad y traición en tres dimensiones, replanteando la pintura y la plasticidad en una nueva forma escultórica esencial y esbelta. La plasticidad se reactiva a medida que la escultura simplifica y esencializa las formas corpóreas de la composición original de Giotto, centrándose en esos puntos dinámicos de contacto, esas chispas en las que se libera energía entre las formas".
“Las esculturas de Meggiato”, subraya Nicola Galvan, “con sus formas cambiantes y ascendentes, evocan la impermanencia de lo que nos rodea y revelan su devenir a lo largo del tiempo. En lo que parece no tener sustancia, el artista busca las huellas de un pensamiento del Universo que todo lo une y conecta, estableciendo un vínculo profundo con el espectador que le lleva a mirar la realidad y el propio arte a través de una mirada transformada”.
Junto a esta instalación, que representa el punto de apoyo de todo el proyecto, otras trece obras de Meggiato se integran en el tejido urbano. Del Castello Carrarese al Listòn, de la Piazza Eremitani a los Jardines de la Arena Romana, y hasta la Piazza Azzurri d’Italia, las esculturas se integran en lugares simbólicos y zonas periféricas. Entre las obras expuestas, Lo Specchio dell’Assoluto, situada frente al Museo Eremitani, explora el tema de la relación entre el hombre y el infinito. Attimo Fuggente (Momento fugaz), situada en la zona peatonal entre Piazza Eremitani y Corso Garibaldi, nos invita a reflexionar sobre la fugacidad de la existencia.
La Sfera Conchiglia, a lo largo del camino que conduce a la Capilla Scrovegni, alude a la dimensión interior y a la pureza de la esencia humana. En los Jardines de la Arena Romana, la Sfera Sirio dirige la mirada hacia la bóveda celeste y la belleza del cosmos. En la Galleria Cavour, Verso la Libertà abre las formas escultóricas más allá de los esquemas, sugiriendo una expansión vital. En la zona de la antigua Piazzale Boschetti, Mistral destaca por sus volutas rojas, símbolo de la fuerza del viento y del renacimiento interior. Dos obras, L’Uomo Quantico y Anima Latina, se sitúan en zonas menos céntricas de la ciudad, testimoniando la voluntad de extender la reflexión artística más allá de los límites monumentales. La elección responde a la intención de llevar la escultura también a contextos urbanos periféricos.
Las obras están realizadas en bronce, mediante la técnica de fundición a la cera perdida, y aluminio, mediante fundición en estribo. Alcanzan una altura de hasta seis metros y sesenta pies y se levantan sobre bases de acero inoxidable. Cada instalación va acompañada de un código QR que permite al público conocer mejor el significado de las esculturas y seguir todo el itinerario de la ciudad a través del smartphone. Paralelamente a la exposición, la Fundación de Arte y Cultura Gianfranco Meggiato ha creado un libro ilustrado para niños, que se presenta en bibliotecas y museos de Padua. La iniciativa va acompañada de un programa de actividades educativas con el objetivo de acercar a las nuevas generaciones al arte y a la conciencia estética. Al término de la exposición, en 2026, la Editoriale Giorgio Mondadori publicará el catálogo de la muestra, con amplia documentación fotográfica y textos críticos dedicados a las obras y su relación con la tradición plástica italiana.
Gianfranco Meggiato, escultor de origen veneciano, está activo en la escena internacional desde 1998. Ha participado en exposiciones en Italia y en el extranjero, en contextos institucionales y en eventos dedicados a la escultura contemporánea. En 2017 recibió el Premio Icomos-UNESCO “por haber conjugado magistralmente lo antiguo y lo contemporáneo”. Sus obras se han presentado en numerosas ciudades europeas y no europeas.
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| En Padua, la difusa exposición de Gianfranco Meggiato en diálogo con Giotto |
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