El 26 de septiembre de 2025 se abre al público la gran exposición Beato Angelico, presentada hoy por la Fondazione Palazzo Strozzi y el Museo di San Marco de Florencia y dedicada a uno de los artistas más representativos delarte del siglo XV y uno de los principales protagonistas de la tradición pictórica italiana. La exposición, realizada con la colaboración de la Fondazione Palazzo Strozzi, el Ministerio de Cultura - Dirección Regional de los Museos Nacionales de Toscana y el Museo di San Marco, estará abierta al público hasta el 25 de enero de 2026 y es el resultado de un intenso diálogo entre las instituciones y el territorio. Se trata de uno de los acontecimientos culturales más significativos de 2025, que celebra a uno de los padres del Renacimiento a través de un itinerario en el que participan tanto el Palazzo Strozzi como el Museo di San Marco.
El proyecto recorre la producción artística, la evolución estilística y la influencia del arte de Beato Angelico, destacando los vínculos con pintores como Lorenzo Monaco, Masaccio y Filippo Lippi, y con escultores como Lorenzo Ghiberti, Michelozzo y Luca della Robbia. Comisariada por Carl Brandon Strehlke, conservador emérito del Museo de Arte de Filadelfia, junto con Stefano Casciu, director regional de los Museos Nacionales de Toscana, y Angelo Tartuferi, antiguo director del Museo di San Marco, esta exposición representa la primera gran muestra florentina sobre el artista setenta años después de la histórica exposición monográfica de 1955, ofreciendo una oportunidad única de encuentro entre las instituciones culturales y la comunidad local.
Conocido por un lenguaje pictórico que aúna la herencia tardogótica con los principios innovadores del arte renacentista, Beato Angelico (Guido di Piero, más tarde Fra Giovanni da Fiesole; Vicchio di Mugello, circa 1395 - Roma, 1455) produjo extraordinarias obras maestras, caracterizadas por un refinado uso de la perspectiva, la luminosidad de las composiciones y una intensa armonía entre figuras y espacio. La exposición ofrece, por tanto, una importante oportunidad para redescubrir su visión espiritual, capaz de mezclar profundidad religiosa y sensibilidad humana.
Distribuidas entre las dos sedes, se expondrán más de 140 obras, entre pinturas, dibujos, miniaturas y esculturas, procedentes de prestigiosas instituciones como el Louvre de París, la Gemäldegalerie de Berlín, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, la National Gallery de Washington, los Museos Vaticanos, la Alte Pinakothek de Múnich, el Rijksmuseum de Ámsterdam, así como de iglesias, bibliotecas y colecciones públicas y privadas italianas y extranjeras.
Fruto de más de cuatro años de preparación, esta iniciativa ha dado lugar a un proyecto del más alto valor científico y cultural, posible también gracias a una vasta campaña de restauración y a la oportunidad de reunir, después de más de dos siglos, retablos desmembrados y dispersos.
“El Palazzo Strozzi celebra una vez más el Renacimiento florentino con la primera gran exposición dedicada al Beato Angélico en Florencia en más de setenta años: una empresa extraordinaria, posible gracias a la colaboración con el Museo di San Marco y a la contribución de destacadas instituciones museísticas nacionales e internacionales”, declaró Arturo Galansino, Director General de la Fondazione Palazzo Strozzi. “Fruto de más de cuatro años de investigación y planificación, bajo la experta dirección de Carl Brandon Strehlke con Stefano Casciu y Angelo Tartuferi, este proyecto reafirma la centralidad de Beato Angelico en la historia del arte y ofrece nuevas perspectivas sobre su historia y fortuna, en diálogo con los protagonistas de la cultura figurativa de su tiempo. Con esta exposición, la Fondazione Palazzo Strozzi confirma su papel de promotora de la investigación y el conocimiento. Nuestra institución encuentra así la metáfora perfecta del diálogo entre tradición e innovación que siempre la ha animado en Angelico, un artista que supo mirar al pasado y a su propio presente, proyectando un nuevo lenguaje hacia el futuro”.
“La exposición representa un punto de llegada esencial para los estudios e investigaciones sobre Fra Angelico, gracias también a las importantes restauraciones e investigaciones científicas sobre muchas de las obras expuestas”, ha declarado Stefano Casciu, Director Regional de los Museos Nacionales del Ministerio de Cultura. “Al mismo tiempo, es un trampolín para futuros desarrollos y perspectivas apasionantes sobre uno de los mayores protagonistas del arte occidental. Haber contribuido, como Dirección Regional del Ministerio de Cultura, con nuestras fuerzas científicas y organizativas a un acontecimiento expositivo que seguirá siendo un hito en los estudios sobre el Renacimiento florentino es motivo de orgullo. Pero también es una oportunidad para confirmar la responsabilidad y el compromiso de la Dirección y del Museo de San Marcos en su papel institucional dirigido al estudio del patrimonio público que custodiamos, para promover su conocimiento más amplio y su valorización”.
La exposición está promovida y organizada por la Fondazione Palazzo Strozzi, el Ministerio de Cultura - Dirección Regional de Museos Nacionales de Toscana y el Museo di San Marco. Patrocinadores públicos Fondazione Palazzo Strozzi: Ayuntamiento de Florencia, Región Toscana, Ciudad Metropolitana de Florencia, Cámara de Comercio de Florencia. Patrocinadores privados Fondazione Palazzo Strozzi: Fondazione CR Firenze, Fondazione Hillary Merkus Recordati, Comitato dei Partner di Palazzo Strozzi. Socio principal: Intesa Sanpaolo.
La exposición se desarrolla entre las dos sedes del Palazzo Strozzi y el Museo di San Marco, presentando más de ciento cuarenta obras entre pinturas, dibujos, miniaturas y esculturas procedentes de algunas de las más importantes colecciones y museos italianos y extranjeros. En el Palacio Strozzi, la exposición se divide en ocho secciones que siguen un orden cronológico y temático, siguiendo la producción del artista. En el Museo di San Marco, la exposición encuentra espacio en la gran sala de la planta baja, que lleva su nombre y alberga sus primeras obras, y en la Biblioteca, donde dos secciones ponen de relieve la actividad de iluminador de Beato Angelico y los códices humanísticos que se conservaban en el convento. Las obras dialogan naturalmente con los frescos originales que embellecen las estancias monásticas.
El recorrido por el Palacio Strozzi se abre con un capítulo dedicado a la iglesia de Santa Trinita, punto de referencia artístico en la Florencia de principios del siglo XV. Aquí, familias como los Bartolini Salimbeni y los Strozzi promovieron una amplia renovación arquitectónica y decorativa que afectó al complejo, que se convirtió en un lugar de experimentación artística. Así lo atestiguan los frescos de Lorenzo Monaco, la Anunciación y los retablos confiados a Gentile da Fabriano y al propio Beato Angelico. Santa Trinita representa un raro ejemplo de encargo articulado, en el que se entrecruzan culto, memoria dinástica y lenguajes artísticos. La siguiente sección explora el nacimiento de un nuevo lenguaje figurativo, fruto de encargos vinculados a conventos, hospitales y cofradías, en el que tradición e innovación se funden en una nueva sensibilidad, más atenta al espacio y a la perspectiva. Angelico se erige en protagonista de esta temporada, capaz de combinar el brillo cromático y el dorado con la armonía de las innovaciones de Masaccio, dando forma a una pintura límpida y cuidadosamente construida.
Un capítulo central está dedicado al convento de San Marcos, transformado gracias al apoyo de Cosme de Médicis en uno de los principales centros espirituales y culturales de la ciudad. Aquí Angelico pintó el retablo para el altar mayor, hoy excepcionalmente reensamblado con diecisiete de las dieciocho partes hoy conocidas, considerado el primer verdadero retablo renacentista por la monumentalidad del nuevo formato cuadrado y la claridad narrativa de la predela. Junto a él se presenta también el Retablo de Annalena, otro importante testimonio del encargo de los Médicis.
El itinerario continúa con un examen en profundidad del tema de las crucifixiones modeladas, imágenes de fuerte impacto devocional que combinaban pintura y escultura, amplificando la presencia de lo sagrado en los altares e implicando emocionalmente a los fieles. Desde las obras de Lorenzo Monaco hasta las interpretaciones de Angelico y sus colaboradores, esta tipología iconográfica encuentra en la exposición ejemplos de extraordinaria intensidad.
Otra sección investiga la relación entre Angelico y las imágenes sagradas destinadas a corporaciones, hospitales, conventos y ambientes domésticos, como las Madonnas de la Humildad y la imagen aislada de Cristo, temas que supo reinterpretar con una fuerza espiritual y una representación naturalista capaces de conmover profundamente a los fieles. Angelico introdujo la visión de Cristo sufriente como Rey del Apocalipsis, inspirándose en iconos de culto romanos y en modelos flamencos.
La narración de la exposición pasa después a los grandes encargos, donde la pintura de Angelico se mide con temas solemnes como la Anunciación, abordada en paneles, en los frescos de San Marcos y en las partes superiores de los polípticos, y aquí comparada con otros maestros de la época, de Filippo Lippi a Giovanni di Paolo. A lo largo de este recorrido, surgen las relaciones con familias y mecenas prestigiosos, que veían en los retablos un poderoso instrumento de devoción y representación.
Continúa con el periodo romano, documentando las largas estancias de Angelico en la corte papal entre 1445 y 1455. Las obras dan testimonio de su trabajo para Eugenio IV y Nicolás V, incluidos los frescos de la capilla Niccolina, manifiesto del humanismo cristiano. Durante estos años, el artista trabajó también para el cardenal Juan de Torquemada, teólogo dominico, realizando dos paneles con la Crucifixión, expuestos en la exposición, así como un retablo del que se presentan en la sala dos predelas con historias de Cristo.
El recorrido por el Palacio Strozzi concluye con la sección dedicada a los Médicis. Para Cosme y su hijo Piero ’il Gottoso’, Angelico realizó obras de gran valor simbólico y devocional, como el Armadio degli Argenti en la Santissima Annunziata y el retablo para el convento franciscano de Bosco ai Frati, en Mugello. Estas obras documentan el papel de los mecenas de los Medici en los últimos años de actividad de Angelico.
La exposición también incluye el proyecto especial Zoom su Angelico (Zoom sobre Angelico), que transforma una sala en un entorno multimedia gracias a una gran pantalla en la que corren las imágenes compartidas por los visitantes en las redes sociales con el hashtag #ZoomSuAngelico. Este muro social pretende hacer de la exposición un relato coral y participativo, creando un diálogo participativo entre el público y las obras maestras del artista.
El recorrido por el Museo di San Marco se abre con una sala dedicada a los inicios de Beato Angelico y al contexto artístico en el que se formó. Aquí se expone el Retablo de Fiesole, pintado en forma de tríptico entre 1420 y 1423, en el momento del ingreso del pintor como fraile dominico en el convento de San Domenico. Esta obra, pintada cuando Angelico tenía poco más de veinticinco años, revela ya el altísimo nivel alcanzado por el joven artista. Un panel ilustra una posible reconstrucción del conjunto original, transformado en retablo cuadrado renacentista por Lorenzo di Credi en 1501, mientras que las pinturas de la predela y los pilares se conservan actualmente en diversos museos.
En la pared principal se encuentra una secuencia de obras atribuidas a los inicios de Angelico, ordenadas cronológicamente: desde la Tebaida (1415-1420) hasta la predela con laImposición del Nombre al Bautista (1428-1430). Este itinerario muestra su evolución desde el papel de máximo exponente del gótico tardío florentino hasta el de protagonista, junto a Masaccio, de la naciente pintura renacentista, como demuestra la comparación entre el Retablo de San Pedro Mártir y el Tríptico de San Juvenal. Enfrente, otras obras revelan las relaciones de Angelico con otros artistas como Starnina, el Maestro de la Madonna Straus, Lorenzo Ghiberti, Lorenzo Monaco y Masolino da Panicale. Al final de la sala se encuentra el monumental Tabernáculo de los Linaioli, realizado entre 1432 y 1436 por Lorenzo Ghiberti y Beato Angelico.
El claustro de Sant’Antonino alberga el fresco de Santo Domingo en Adoración del Crucifijo, en el que el santo abraza la cruz con dramática intensidad, expresando a través de su rostro y su mirada un diálogo íntimo con Cristo, corazón de la espiritualidad dominicana. En el siglo XVII, la obra fue enmarcada con mármol e integrada por Cecco Bravo, que pintó figuras de María, San Juan y ángeles, reduciendo la superficie original del fresco de Angelico.
La Sala del Capitolo alberga la monumental Crucifixión con santos, el mayor fresco pintado por Angelico en San Marcos. La escena representa a Cristo crucificado entre dos ladrones y una vasta procesión de personajes: santos vinculados a los Médicis, a la ciudad y a la orden dominica, los Padres de la Iglesia y los fundadores de las principales órdenes monásticas. Bajo la cruz, una serie de medallones representa a miembros eminentes de la familia dominicana, como los frutos de una vid sostenida por el propio Santo Domingo. La obra, ahora casi totalmente desprovista de la azurita que antaño coloreaba el cielo, da una impresión de extraordinaria profundidad.
En el piso superior se encuentra el dormitorio, construido por Michelozzo entre 1437 y 1443, con cuarenta y cuatro celdas pintadas al fresco por Angelico y sus colaboradores. Cada espacio, destinado a la oración y la meditación de los frailes, está enriquecido con escenas sacras. En el pasillo este, reservado a los frailes ancianos, aparecen episodios de la vida de Cristo; en el pasillo sur, destinado a los frailes jóvenes, predominan las variantes del Crucifijo con Santo Domingo rezando, tema muy querido por la orden. En el pasillo norte, destinado a los laicos, las imágenes tienen un tono más narrativo, vinculado a relatos evangélicos. Entre las celdas más significativas se encuentra la que probablemente habitó San Antonino Pierozzi durante su priorato, mientras que la más grande estaba reservada a Cosme de Médicis, que la convirtió en su propio lugar de retiro espiritual y acogió también al papa Eugenio IV con motivo de la consagración de la iglesia de San Marcos en 1443.
La biblioteca, construida por Michelozzo entre 1441 y 1444 gracias de nuevo a la munificencia de Cosimo de’ Medici, está considerada la primera biblioteca pública moderna. Con motivo de la exposición, los espacios acogerán dos secciones especiales: una dedicada a Angelico el iluminador y otra a la propia biblioteca, con la exhibición de numerosos códices de nuevo en su ubicación original. El corazón de la colección era la colección de Niccolò Niccoli, un gran humanista florentino que legó sus manuscritos a Cosme y a un grupo de amigos para que pudieran ser consultados por los eruditos. Había textos sagrados y profanos en latín y griego, obras en hebreo y árabe, autores clásicos y tratados patrísticos. Algunos volúmenes desempeñaron un papel central en los debates religiosos y culturales de la época, como los textos griegos utilizados en el Concilio de Ferrara-Florencia o la Legenda aurea, fuente de inspiración de muchas obras de Angelico.
Paralelamente a la pintura, Angelico cultivó el arte de la miniatura con resultados extraordinarios. Inspirándose en la tradición camaldulense de Santa Maria degli Angeli, llevada a las cimas de la magnificencia por Lorenzo Monaco y otros talleres de la ciudad, el fraile pintor elaboró un lenguaje personal, sobrio y luminoso. Entre sus obras maestras figuran el Gradual 558 de San Domenico in Fiesole, el Misal 533, los Salterios de San Marcos y el Antifonario 43. Incansable innovador, supervisó directamente los programas de ilustración al tiempo que se apoyaba en colaboradores, formando una generación de iluminadores como Benozzo Gozzoli, Domenico di Michelino y Zanobi Strozzi. Esta actividad contribuyó a dar forma a la miniatura florentina durante mucho tiempo, estableciendo a Angelico como referencia insuperable también en este campo artístico.
La exposición del Beato Angelico ha hecho posible una amplia campaña de restauración que afecta a casi treinta obras entre paneles, frescos, miniaturas, códices y esculturas. Algunas intervenciones continuarán incluso después de la conclusión de la exposición, pero ya hoy el público puede admirar muchas obras maestras restauradas hasta recuperar toda su legibilidad. La iniciativa ha sido, de hecho, una oportunidad para abordar los problemas de conservación que han surgido recientemente e iniciar intervenciones complejas que llevaban mucho tiempo pendientes.
Gracias a las investigaciones de diagnóstico y a los trabajos de mantenimiento, se ha enriquecido notablemente el conocimiento de las técnicas artísticas y del estado de conservación de las obras. La campaña, realizada en colaboración conel Opificio delle Pietre Dure y restauradores de renombre, ha conjugado la valorización del patrimonio con un compromiso concreto de salvaguardia y transmisión al futuro. Merecen un reconocimiento especial los Amigos de Florencia y Simonetta Brandolini d’Adda, cuyo apoyo ha hecho posible algunas de las restauraciones más complejas y delicadas. También hay que dar las gracias a Gucci por la intervención en el Tríptico Franciscano y a Marchesi Antinori por la restauración de la Crucifixión moldeada de Pesellino.
Tras la inauguración de la exposición, se publicará un volumen que recogerá todas las restauraciones e investigaciones realizadas, acompañado de amplias ilustraciones y textos accesibles también a un público no especializado.
Otro aspecto de gran importancia se refiere a las reconstrucciones gráficas de siete grandes retablos de Beato Angelico, desmembrados y dispersos a lo largo de los siglos. Este complejo trabajo fue realizado por Luca Brunke y Fabrizio Nevola (Universidad de Exeter), con la supervisión de Carl Brandon Strehlke y la contribución de numerosos restauradores e historiadores del arte. Dos de estas reconstrucciones, el Pala di San Pietro Martire y el Pala di Fiesole, se exponen en el Museo di San Marco junto a las obras originales. Las otras -el Retablo Strozzi, laCoronación de la Virgen (Paraíso), el Retablo de la Compañía de San Francisco en Santa Croce(Tríptico franciscano), el Retablo de San Marcos y el Retablo de Perugia- se presentan en el Palacio Strozzi, también junto a las obras originales. La reconstrucción tridimensional de las capillas Strozzi en la sacristía de Santa Trinita, sede original del Retablo Strozzi, completa el itinerario. Uno de los puntos culminantes de la exposición es la reconstrucción del Retablo de San Marcos, encargado por Cosme de Médicis para el altar mayor de la iglesia del mismo nombre. Por primera vez en más de trescientos años, se reúnen 17 de las 18 partes conocidas de la obra, procedentes de los principales museos del mundo, como el Louvre, la National Gallery de Washington, la Alte Pinakothek de Múnich y la National Gallery of Ireland de Dublín. Intesa Sanpaolo es socio principal de la exposición y respalda el proyecto, en particular apoyando la reconstrucción del Retablo de San Marcos.
Horario:
Palacio Strozzi: todos los días de 10.00 a 20.00 horas; los jueves hasta las 23.00 horas.
Museo de San Marcos: todos los días de 8.30 a 13.50 horas. Cerrado los lunes. Última entrada a las 12.45 h.
![]() |
Florencia, la gran exposición sobre Fra Angelico entre el Palacio Strozzi y el Museo de San Marcos presentada |
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.