El Louvre, uno de los museos más visitados del mundo, ha decidido aumentar el precio de las entradas para los visitantes de fuera del Espacio Económico Europeo (EEE), lo que supone un cambio en la política de precios de la histórica institución parisina. La decisión, aprobada el jueves por el consejo de administración del museo, prevé un aumento del 45% para los turistas extranjeros, una medida motivada por la necesidad de recaudar fondos que se utilizarán para mejorar las infraestructuras y reforzar la seguridad, ya sometida a presión por los recientes acontecimientos. A partir del 14 de enero, los visitantes extracomunitarios pagarán 32 euros por entrar en el museo, frente a los 22 euros anteriores. El aumento afectará, entre otros, a ciudadanos estadounidenses, británicos y rusos, que no son miembros del EEE, formado por los Estados miembros de la UE más Islandia, Liechtenstein y Noruega. En la actualidad, alrededor de una cuarta parte de los visitantes del Louvre proceden de Francia, mientras que la mayoría proceden de todo el mundo, con un número considerable de estadounidenses, chinos y otros países europeos. En 2024, el museo registró un total de 8,7 millones de entradas, el 77% de las cuales procedían de extranjeros. El nuevo sistema de tarifas para turistas extracomunitarios recuerda algunas prácticas ya presentes en otras grandes instituciones internacionales. En Estados Unidos, por ejemplo, museos como el Metropolitan Museum of Art y el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York cobran tasas de unos 30 dólares a los visitantes de fuera de la ciudad. Del mismo modo, a partir del 1 de enero, los turistas extranjeros que visiten los principales parques nacionales de Estados Unidos tendrán que pagar una entrada adicional de 100 dólares.
La decisión del Louvre no ha estado exenta de críticas. El CFDT-Culture, sindicato francés que representa a una parte de los trabajadores del museo, calificó la medida de absurda e injusta, señalando que los habitantes de Oriente Próximo pagarán un precio más elevado por acceder a obras fundamentales y simbólicas de su cultura que los ciudadanos franceses. También se está prestando atención a las posibles repercusiones en otras instituciones culturales francesas: el Palacio de Versalles y el Castillo de Chambord podrían adoptar políticas similares en los próximos meses.
La subida de las entradas sigue de cerca un episodio que afectó profundamente a la institución parisina y a la opinión pública internacional. El domingo 19 de octubre, hacia las 9h30, el museo fue escenario de un audaz robo de joyas en la Galería Apolo. Los ladrones, utilizando una cesta elevadora y una amoladora angular, arrebataron en menos de ocho minutos nueve joyas valoradas en 102 millones de dólares. Entre las joyas robadas, se recuperó cerca del museo una corona perteneciente a la emperatriz Eugenia, que fue sometida a trabajos de conservación. En una comparecencia ante el Senado francés, la directora del Louvre , Laurence des Cars, confirmó que las alarmas funcionaron correctamente durante el robo, pero admitió que los sistemas de seguridad del museo son actualmente inadecuados y anticuados. El Louvre ha puesto en marcha una serie de medidas de seguridad de emergencia, pero, según una auditoría nacional francesa, no se prevé que las medidas recomendadas se apliquen en su totalidad hasta 2032. Entre las iniciativas ya previstas, lainstalación de un centenar de cámaras de vigilancia y sistemas anti-intrusión es el primer paso hacia una mejora integral de la protección de las obras. Paralelamente, las joyas más valiosas han sido transferidas al Banco de Francia para su custodia.
La investigación sobre el robo continúa. Tras la detención e inculpación de las cuatro primeras personas, la policía imputó a un quinto sospechoso. Uno de los sospechosos fue detenido en el aeropuerto Charles de Gaulle cuando intentaba salir de Francia con destino a Argelia en un vuelo de ida. Otra de ellas, pareja de hecho con dos hijos, quedó en libertad bajo control judicial. Todos los sospechosos son ciudadanos locales. El suceso reforzó la urgencia de modernizar la seguridad y las infraestructuras del museo, decisión que encontró una medida concreta de apoyo económico en la nueva subida de tarifas. La decisión de cobrar la subida sólo a los turistas extranjeros parece así vinculada tanto a la estrategia de recaudación de fondos como a la gestión de la afluencia internacional, habida cuenta de la prevalencia de visitantes extracomunitarios frente al público francés.
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| El Louvre aumenta las entradas un 45% para los visitantes extracomunitarios |
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