Francia, el Tribunal de Cuentas reprende al Louvre: invierta más en seguridad


El Tribunal de Cuentas francés ha redactado dos informes en los que reprende al Louvre por sus gastos: la sugerencia es gastar menos en adquirir obras que no se expondrán al público (sólo se expone una cuarta parte de las adquiridas en los últimos ocho años) y más en mejorar la seguridad.

El Tribunal de Cuentas francés (Cour des comptes) ha publicado dos informes inéditos dedicados al Museo del Louvre, que ofrecen una visión general de la estrategia y la gestión financiera de la institución más visitada del mundo. Los análisis se refieren tanto al Établissement public du musée du Louvre (EPML), organismo que gestiona el museo, como al Fonds de dotation du musée du Louvre (FDML), instrumento creado para garantizar una financiación estable a largo plazo. Los documentos, de carácter a la vez técnico y estratégico, reclaman prioridades más claras y una gestión más sostenible de los recursos. Su publicación se produce en un contexto particular: el robo ocurrido el 19 de octubre en la Galerie d’Apollon, donde se exponían las Joyas de la Corona, suscitó una profunda emoción en Francia y en todo el mundo, llamando la atención sobre la importancia de invertir en la seguridad y el mantenimiento de las infraestructuras del museo. Para el Tribunal de Cuentas, el Louvre debe garantizar la protección de su patrimonio material y artístico, y que su ambición de “museo universal accesible a todos” se asiente sobre bases financieras sólidas y duraderas.

Durante el periodo examinado, entre 2018 y 2024, el Louvre se enfrentó a retos sin precedentes. En 2018, recibió a más de diez millones de visitantes, dos tercios de ellos extranjeros, una afluencia récord que consolidó su posición como principal atracción cultural del mundo. Sin embargo, a este éxito siguió la crisis sanitaria de 2020-2021, que provocó una drástica reducción de los ingresos, y el deterioro progresivo de la infraestructura técnica, herencia de las obras del Gran Louvre en los años ochenta y noventa.

Según el Tribunal de Cuentas, el museo debe, en primer lugar, redefinir su política de público. Ello implica mejorar el conocimiento cualitativo y cuantitativo de los visitantes, que sigue siendo fragmentario, y reconsiderar la forma de gestión de las suscripciones, actualmente confiada a la Société des Amis du Louvre en un marco jurídico frágil. La institución está llamada a reforzar su relación con el público local y a reactivar la frecuentación escolar, que sigue por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.

Louvre. Fotografía: Michel Fousert
Louvre. Fotografía: Michel Fousert

Mientras tanto, el Louvre ha llevado a cabo una ambiciosa política de enriquecimiento de sus colecciones, con la adquisición de 2.754 obras en ocho años, un ritmo sostenido que confirma la vitalidad del museo pero que plantea interrogantes sobre el equilibrio de sus prioridades: menos de una cuarta parte de las obras adquiridas se exponen actualmente al público. Para estas operaciones, el museo invirtió 145 millones de euros entre 2018 y 2024, de los cuales 105 millones procedían de sus recursos propios. El Tribunal de Cuentas recomienda revisar la norma estatutaria que obliga a destinar el 20% de los ingresos por venta de entradas a la adquisición de nuevas obras, proponiendo destinarestos fondos a la renovación y seguridad del edificio. Según los magistrados contables, en los últimos años el museo ha favorecido las operaciones más visibles -adquisiciones y reformas-, descuidando el mantenimiento y la mejora de las instalaciones.

Los datos recogidos muestran que, entre 2018 y 2024, el Louvre solo ha destinado 27 millones de euros a obras de mantenimiento y adaptación técnica y 60 millones a la restauración del edificio, lo que supone un total de 87 millones de euros, menos de la mitad de lo gastado en adquisiciones y nuevas exposiciones. Un nivel considerado insuficiente para un edificio de 243.000 metros cuadrados y con 73.000 metros de galerías de exposición.

El plan de renovación denominado “Louvre Demain”, lanzado en 2023, pretende compensar estos retrasos con una modernización tecnológica, mejoras energéticas y de seguridad. El Tribunal de Cuentas considera que el museo dispone de los recursos necesarios para llevarlo a cabo sin fondos públicos adicionales. Con más del 60% de sus recursos propios -en gran parte procedentes de las entradas, que generarán unos 125 millones de euros en 2024-, el Louvre mantiene una sólida autonomía financiera, de las más altas entre los museos estatales franceses.

Para garantizar la sostenibilidad de los gastos futuros, el Tribunal recomienda reforzar el papel del Fondo de Dotación del museo (FDML) para que se convierta en el principal instrumento de financiación de las inversiones a largo plazo. En particular, los ingresos de la licencia de marca “Louvre Abu Dhabi”, ya recaudada y futura, deberían ingresarse íntegramente en el fondo para apoyar el programa plurianual de restauración y modernización. El Fonds de dotation du musée du Louvre, creado en 2009 tras el acuerdo intergubernamental que dio origen al Louvre Abu Dhabi, fue el primero y sigue siendo el fondo de dotación más importante de Francia, inspirado en los modelos anglosajones de fondos de dotación. A finales de 2025, el museo había ingresado 467,5 millones de euros por la licencia “Louvre Abu Dhabi”, de los cuales 260 millones se pagaron al FDML y 207,5 millones se quedaron en el propio museo.

El fondo es ahora la principal herramienta de financiación a largo plazo del Louvre, gracias a transferencias regulares que han superado los 80 millones de euros desde 2018. El examen realizado por el Tribunal de Cuentas, que abarca el periodo 2014-2024, muestra una gestión globalmente eficaz del fondo, pero también algunos límites estructurales: su autonomía estatutaria es reducida, su estrategia de captación de fondos demasiado dependiente del museo y su gobernanza insuficientemente equilibrada. Los auditores subrayan que si bien el FDML ha demostrado su utilidad como palanca financiera, es necesario clarificar su posicionamiento institucional y reforzar su independencia para diversificar sus fuentes de financiación y apoyar al Louvre en sus proyectos a largo plazo.

En el curso de su investigación, el Tribunal de Cuentas también puso de manifiesto la fragilidad de la trayectoria financiera a medio plazo del museo, que se ha embarcado en numerosos proyectos de inversión, algunos de los cuales -como la operación “Gran columnata del Louvre”- aún no han sido financiados en su totalidad. Ante esta situación, la principal recomendación es establecer una jerarquía clara de proyectos, concentrando los recursos en las prioridades esenciales: seguridad, mantenimiento de la infraestructura técnica y restauración del edificio.

El análisis del Tribunal de Cuentas concluye con un mensaje constructivo: el Louvre no debe reducir su ambición, sino asegurarse de que se basa en una gestión sostenible y transparente. Sólo así podrá seguir encarnando, en Francia y en el mundo, un museo universal y accesible, capaz de conciliar la protección del patrimonio, la creación contemporánea y la apertura al público.

Francia, el Tribunal de Cuentas reprende al Louvre: invierta más en seguridad
Francia, el Tribunal de Cuentas reprende al Louvre: invierta más en seguridad


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