Con motivo del aniversario del 7 de octubre, fecha delatentado de Hamás contra Israel en 2023, el artista aleXsandro Palombo ha creado en Milán un mural dedicado a la memoria de las víctimas. La obra, titulada 7 de octubre, Los rehenes, se ha colocado frente al Consulado General de Qatar, en pleno centro de la ciudad, y representa a la madre israelí Shiri Bibas con sus hijos Kfir y Ariel, secuestrados en el kibutz Nir Oz y asesinados durante el conflicto.
El mural, inaugurado el 7 de octubre de 2025, forma parte de una conmemoración internacional de las masacres ocurridas dos años antes. Palombo eligió a la familia Bibas como tema simbólico, transmitiendo una imagen de intimidad y dolor. El pelo rojo de los dos niños, que se ha convertido en un signo reconocible en las campañas mundiales por la liberación de los rehenes, aparece como el elemento visual dominante. En la composición, Shiri estrecha a sus hijos en un abrazo silencioso, mientras que el fondo neutro y la ubicación elegida para la obra, frente a un edificio diplomático, amplifican el valor político y testimonial de la intervención.
El ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 causó la muerte de unos 1.200 civiles y militares israelíes y el secuestro de más de 250 personas, entre ellas mujeres, niños y ancianos. La familia Bibas, secuestrada en el kibutz Nir Oz, se convirtió en uno de los símbolos más poderosos de aquel día. Kfir, el más joven de los rehenes, sólo tenía nueve meses. Durante semanas, las imágenes de la madre y los dos niños circularon por los medios de comunicación de todo el mundo, generando una fuerte identificación colectiva y convirtiendo su historia en un emblema de la vulnerabilidad civil.
El 20 de febrero de 2025, durante una tregua negociada en Oriente Próximo, Hamás entregó a la Cruz Roja los ataúdes que contenían los restos de Shiri, Kfir y Ariel. Más tarde, el ejército israelí anunció que uno de los cuerpos no pertenecía a Shiri Bibas, sino a una mujer palestina, un episodio que provocó más desconcierto y debates sobre el trato a los rehenes y la gestión de las devoluciones. La obra de Palombo asume así un valor de testimonio civil, más que conmemorativo en sentido estricto. Colocada frente al Consulado de Qatar -país repetidamente implicado en las negociaciones entre Israel y Hamás-, la obra sugiere una reflexión sobre las responsabilidades políticas y la necesidad de mantener viva la memoria de las víctimas.
Ya en 2024, con motivo del primer aniversario del atentado, Palombo había realizado en Milán un mural dedicado a la masacre del Festival Nova, en el que aparecía la joven superviviente Vlada Patapov en pleno vuelo. También esa obra, titulada 7 de octubre, Fuga, fue objeto de vandalismo pocas horas después de su creación, un episodio que impulsó al artista a reafirmar el valor de la memoria pública como forma de resistencia cultural.
La nueva obra sigue la misma línea: un lenguaje directo y accesible que combina la estética pop con un mensaje cívico. Palombo, conocido por sus obras de arte público y denuncia social, aborda temas como la violencia, la identidad y la responsabilidad colectiva a través de imágenes reconocibles, a menudo inspiradas en la cultura popular. En este caso, su gesto artístico adquiere el tono de una advertencia y de un acto de piedad visual, rescatando a las víctimas del olvido y devolviéndoles un rostro en el tejido urbano.
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Milán, aleXsandro Palombo deja un mural por las víctimas del 7 de octubre frente al consulado de Qatar |
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