Diez objetos para conocer la vida y la cultura de los etruscos


De bronces votivos a urnas funerarias, de sarcófagos a esculturas monumentales, los museos de Toscana y otras regiones italianas conservan obras maestras etruscas que hablan de la vida, la espiritualidad y el arte de un pueblo que sigue fascinando.

¿Qué objetos permiten comprender la complejidad, la espiritualidad y el refinamiento del pueblo etrusco? En resumen: ¿es posible elaborar una lista de diez objetos para comprender a los etruscos? Lo hemos intentado. Hay urnas cinerarias y bronces votivos que narran la vida cotidiana, los ritos funerarios y el viaje al más allá, u obras maestras de escultura de extraordinaria factura que muestran la fusión de la tradición etrusca y las influencias griega y romana, e incluso obras de joyería, candelabros votivos e instrumentos para la vida cotidiana. Pero eso no es todo: también hay objetos con funciones simbólicas y rituales, o incluso artefactos que cuentan la historia de la vida familiar de este pueblo, revelando creencias, jerarquías sociales y prácticas rituales, y poniendo de relieve la elegancia, la atención al detalle y la innovación técnica de los artesanos etruscos. Visitar los museos que conservan objetos etruscos significa entrar en contacto directo con una civilización que supo combinar estética, simbolismo y vida cotidiana en obras que aún hoy pueden hablarnos. He aquí las obras que pueden decirnos más que otras sobre este pueblo.

1. El más allá: urna funeraria etrusca con una escena de un viaje a los infiernos (Volterra, Museo Guarnacci)

El Museo Guarnacci de Volterra, uno de los museos públicos más antiguos de Europa, alberga una de las mayores colecciones de urnas funerarias helenísticas de Etruria, muestra de la refinada aristocracia de Velathri, o Volterra etrusca. Muchos objetos representan escenas de despedida funeraria y de viaje al más allá, temas típicamente etruscos que muestran la despedida entre vivos y muertos y el viaje al más allá, realizado a pie, a caballo o en carro. Algunas urnas ilustran el carpentum, el carro de dos ruedas de las mujeres nobles, mientras que otras representan al difunto acompañado de parientes, sirvientes o figuras demoníacas como “Charun”, un monstruo de rostro deforme y armado con un pesado martillo. Los bajorrelieves y los rostros de los difuntos restituyen la elegancia y el encanto del mundo etrusco, relatando los afectos, la vida cotidiana y las creencias sobre el más allá. La colección del Museo Guarnacci, organizada desde 1877 según los temas esculpidos en las tapas y arquetas, permite conocer las costumbres funerarias y el papel simbólico de los rituales en la cultura etrusca.

Urna funeraria etrusca con escena de un viaje al Inframundo (Volterra; Museo Guarnacci). Foto: Wikimedia Commons - Holger Uwe Schmitt
Urna funeraria etrusca con una escena de un viaje al Inframundo (Volterra; Museo Guarnacci). Foto: Holger Uwe Schmitt

2. Escritura: la Tabula Cortonensis (Cortona, Museo dell’Accademia Etrusca e della Città di Cortona - MAEC)

La Tabula Cortonensis, descubierta en Camucia, una aldea de Cortona (Arezzo), y conservada hoy en el MAEC - Museo dell’Accademia Etrusca di Cortona, contiene unas doscientas palabras distribuidas en treinta y dos líneas en el anverso y ocho en el reverso. Interesante por su contenido y por el estilo de escritura etrusco, muestra cómo los etruscos no separaban las palabras con espacios, sino que las unían todas, dividiendo el texto mediante puntos colocados a media altura de las letras. La interpretación predominante considera que se trata de una escritura notarial de compraventa de propiedades, que data del siglo II a.C., emitida por el “zilath mechí rasnai”, un magistrado principal similar al pretor romano. La tablilla, que ha sobrevivido en siete de sus ocho fragmentos, registra a tres miembros de la familia Cusu, Velche, Laris y Lariza, como compradores, y a un rico comerciante de aceite de origen humilde, Petru Scevas, como vendedor. La venta se llevó a cabo mediante el ritual (también común entre los romanos) de lain iure cessio, un simulacro de juicio en el que el vendedor renunciaba implícitamente a la propiedad.

Tabula Cortonensis (siglos III-II a.C.; bronce, 28,5 x 45,8 cm; Cortona, Museo dell'Accademia Etrusca)
Tabula Cortonensis (siglos III-II a.C.; bronce, 28,5 x 45,8 cm; Cortona, Museo dell’Accademia Etrusca)

3. La maestría de los artesanos etruscos: la Quimera de Arezzo (Florencia, Museo Arqueológico Nacional).

La Quimera de Arezzo representa una de las obras maestras más conocidas del arte etrusco (aunque, en este caso, muy influenciada por el arte griego: he aquí una mirada en profundidad a esta obra fundamental), atribuible a las primeras décadas del siglo IV a.C. y que ahora acoge a los visitantes del Museo Arqueológico Nacional de Florencia. Su descubrimiento en 1553, recogido en las Actas y deliberaciones del partido de los priores y del consejo general del municipio de Arezzo con la definición “insigne Etruscorum opus” (“obra insigne de los etruscos”), reveló de inmediato un artefacto de carácter votivo: en la pata delantera derecha aparece la inscripción “TINSCVIL”, una dedicatoria al dios Tin, el equivalente etrusco de Júpiter. La identificación de la criatura llevó tiempo, ya que la cola en forma de serpiente fue recuperada e integrada posteriormente, en el siglo XVIII, por el escultor Francesco Carradori. La comparación con las fuentes clásicas y algunas monedas permitió finalmente reconocer al monstruo mencionado por Homero, formado por un león, una cabra y una serpiente. La vigorosa anatomía, definida por músculos tensos y venas emergentes, se combina con una cabeza de león de carácter más arcaico y confiere a la Quimera el perfil de una obra refinada, fruto de artesanos de extraordinaria habilidad.

Etrusco, Quimera de Arezzo (principios del siglo IV a.C.; bronce, base de madera moderna, 103 x 136 x 50 cm; Florencia, Museo Archeologico Nazionale)
Etrusca, Quimera de Arezzo (principios del siglo IV a.C.; bronce, base de madera moderna, 103 x 136 x 50 cm; Florencia, Museo Archeologico Nazionale)

4. 4. Objetos de uso ritual: la araña etrusca (Cortona - Museo dell’Accademia Etrusca e della Città di Cortona - MAEC)

Descubierta por casualidad en 1840 en la campiña cortonesa, la Lámpara etrusca de Cortona pasó rápidamente a formar parte de la colección académica de Cortona, donde sigue siendo una de las piezas más importantes hasta nuestros días. Procedente de un santuario de considerable importancia, fue fabricada hacia mediados del siglo IV a.C. en talleres de la Etruria interior, probablemente en Orvieto. La base presenta decoraciones figurativas y motivos fitomorfos, con un gorgoneion en el centro caracterizado por rizos bipartitos en la frente y boca abierta con lengua colgante, rodeado de pequeñas serpientes entrelazadas talladas a mano. A lo largo de los bordes se alternan relieves de rostros achelenses y dieciséis pitorros, destinados a quemar aceite para lámparas mediante mechas. Una placa, añadida posteriormente pero hallada con el artefacto, indica la consagración o rededicación de la araña, ofreciendo pruebas del uso de la reutilización en las civilizaciones antiguas. La araña de Cortona se utilizaba probablemente con fines rituales y es un objeto clave para comprender el refinamiento de los objetos que se empleaban con fines cultuales.

Arte etrusco, Lámpara de araña (mediados del siglo IV a.C.; bronce, diámetro 60 cm; Cortona, Museo dell'Accademia Etrusca di Cortona) Foto: Danae Project - Finestre Sull'Arte
Arte etrusco, Lámpara de araña (mediados del siglo IV a.C.; bronce, 60 cm de diámetro; Cortona, Museo dell’Accademia Etrusca di Cortona) Foto: Danae Project - Finestre Sull’Arte

5. Estética religiosa-espiritual: Lasombra de la tarde (Volterra, Museo EtruscoGuarnacci)

El Museo Etrusco Guarnacci de Volterra alberga una extraordinaria colección de bronces votivos y objetos de la vida cotidiana, y ofrece una visión única de la civilización etrusca. Entre las obras más conocidas se encuentra la Ombra della Sera, una esbelta y enigmática figura masculina que se ha convertido casi en un símbolo de la ciudad. Las colecciones del museo, y la propia Ombra della Sera, hablan de la espiritualidad de un pueblo que concebía el más allá como una continuación de la vida terrenal, acompañando a los difuntos con rituales y objetos destinados a sostenerlos. La famosa estatuilla de bronce, de unos 50 cm de altura, se distingue por su forma extremadamente alargada y esbelta; según la tradición, recibió su nombre de Gabriele D’Annunzio, que reconoció en ella las largas sombras que se alargan al atardecer.

La sombra de la tarde (Volterra; Museo Guarnacci) Foto: Wikimedia Commons - Jnn95
Ombra della Sera (Volterra; Museo Guarnacci) Foto: Wikimedia Commons - Jnn95

6. Joyas: la fíbula de oro (Cortona - Museo dell’Accademia Etrusca e della Città di Cortona - MAEC)

La fíbula de oro conservada en el MAEC - Museo dell’Accademia Etrusca e della Città di Cortona, fechable en el segundo cuarto del siglo VI a.C., representa un extraordinario ejemplo de orfebrería etrusca, arte en el que este pueblo alcanzó un marcado refinamiento y una gran madurez. El arco está modelado como una pantera agazapada, representada con gran plasticidad, mientras que el estribo rectangular y alargado integra muelle y púa en un simple alambre de oro, que termina con el protomo (la parte delantera del cuerpo del animal, es decir, la cabeza y el cuello) de la pantera. El borde inferior está rematado con un alambre moleteado articulado en dos ruedas, y la parte superior del estribo muestra, en granulación, el llamado Árbol de la Vida. Encontrada en el ajuar de la Tumba 1 del Túmulo II de Sodo, la fíbula atestigua la habilidad de los artesanos etruscos y su capacidad para combinar funcionalidad y refinada decoración.

Fíbula de oro (segundo cuarto del siglo VI a.C.; oro, Cortona, Museo dell'Accademia Etrusca di Cortona) Foto: Museo dell'Accademia Etrusca di Cortona
Fíbula de oro (segundo cuarto del siglo VI a.C.; oro, Cortona, Museo dell’Accademia Etrusca di Cortona) Foto: Museo dell’Accademia Etrusca di Cortona

7. Escultura funeraria: la Esfinge etrusca (Chiusi, Museo Nazionale Etrusco)

El Museo Nacional Etrusco de Chiusi (Siena) se fundó en 1871, poco después de la unificación de Italia, para albergar los numerosos objetos devueltos de la zona de Chiusi, saqueada durante mucho tiempo. Entre los objetos más importantes de la colección se encuentra la gran Esfinge, del siglo VI a.C., hecha de piedra fétida, llamada así por su característico olor a azufre. Descubierta en el siglo XIX, la estatua, que también atestigua la fusión de las culturas etrusca y griega, fue donada al museo por el conde Ottieri della Ciaja. Representa a un ser mitad león y mitad humano, destinado a acompañar al difunto en el más allá. Hoy se considera uno de los símbolos del museo y es un ejemplo extraordinario de la función funeraria y simbólica de algunas esculturas etruscas.

Escultura funeraria de una esfinge sentada (Primera mitad del siglo VI a.C.; piedra fétida; Chiusi, Museo Nazionale Etrusco) Foto: Ministerio de Cultura - Museo Nazionale Etrusco
Escultura funeraria que representa una Esfinge sedente (Primera mitad del siglo VI a.C.; piedra fétida; Chiusi, Museo Nacional Etrusco) Foto: Ministerio de Cultura - Museo Nacional Etrusco de Chiusi

8. La vida cotidiana: los graffione (Cortona, Museo dell’Accademia Etrusca e della Città di Cortona - MAEC)

En el siglo VII, los príncipes etruscos descubrieron que en Oriente había formas más refinadas de preparar y consumir la carne. Entre los utensilios que adoptaron estaba el graffione, antepasado de la barbacoa y la raclette, con el que arponeaban la carne y la sumergían en agua hirviendo hasta que estaba cocida. El uso del graffione no sólo tiene una función práctica, es decir, cocinar buena carne, sino que a menudo se convierte también en un signo de prestigio y poder, una forma de afirmar la propia importancia ante los demás. Así pues, el graffione da testimonio no sólo de las técnicas gastronómicas etruscas, sino también de la dinámica social de los banquetes. La obra se conserva en el MAEC de Cortona, donde documenta la destreza y el gusto refinado de un pueblo que supo transformar la cocina en un gesto de distinción.

Graffione (Cortona; MAEC - Museo dell'Accademia Etrusca e della Città di Cortona). Foto: Proyecto Danae - Ventanas al Arte
Graffione (Cortona; MAEC - Museo dell’Accademia Etrusca e della Città di Cortona). Foto: Danae Project - Ventanas al Arte

9. La relación entre el hombre y la mujer: el sarcófago nupcial (Roma, Villa Giulia)

El Museo Nacional Etrusco de Villa Giulia, en Roma, alberga el famoso Sarcófago de los Novios, emblema del museo y clave para interpretar la relación entre el hombre y la mujer en la cultura etrusca. Su historia está ligada a Felice Barnabei, fundador de la institución, que compró por 4.000 liras los fragmentos de terracota que luego se volvieron a ensamblar en una obra maestra hace unos 2.500 años. La obra, realizada a partir de más de cuatrocientas piezas, constituye una urna para los restos de los difuntos. La pareja esculpida aparece tumbada en un lecho(kline) con el torso erguido, en una actitud típica de un banquete. El hombre rodea con su brazo derecho los hombros de la mujer y los dos rostros, caracterizados por una sonrisa arcaica, se rozan. La posición de las manos alude, en cambio, a objetos hoy desaparecidos, tal vez una copa o un pequeño jarrón. El tema del banquete, tomado del mundo griego como signo de prestigio, también aparece en el contexto funerario etrusco. En comparación con la tradición griega, resulta innovadora la presencia de la mujer junto a su pareja en un papel de igualdad, una figura que, con elegancia y seguridad, parece dominar la escena: de hecho, en el mundo etrusco, la mujer gozaba de una libertad y una independencia desconocidas en otras civilizaciones vecinas, como la griega o la romana(aquí puede verse un estudio en profundidad sobre la mujer etrusca).

Sarcófago de los novios (530-520 a.C.; terracota policromada, 140 x 202 cm; Roma, Museo Nacional Etrusco de Villa Giulia - Inv. 6646) Contexto de procedencia: Cerveteri, Necrópolis de la Banditaccia, zona este.
Sarcófago de los novios (530-520 a.C.; terracota policromada, 140 x 202 cm; Roma, Museo Nacional Etrusco de Villa Giulia - Inv. 6646) Contexto de procedencia: Cerveteri, Necrópolis de la Banditaccia, zona este.

10. La fusión de la cultura etrusca y romana: El Orador (Florencia, Museo Arqueológico Nacional)

ElOrador es una estatua de tamaño natural que representa a un hombre vestido con toga, llamada así por la típica pose oratoria, y representa la única escultura de grandes dimensiones que ha llegado hasta nosotros de la última fase del arte etrusco, fechable entre finales del siglo II y principios del I a.C., época en la que la cultura etrusca ya sentía la influencia de la romana. El bronce se encuentra en el Museo Arqueológico de Florencia y fue hallado hacia 1573 en Sanguineto, cerca del lago Trasimeno. La figura muestra a un personaje viril de pie, envuelto en un palio y una toga, vestimentas típicas de la cultura romana, calzando zapatos altos, con el gesto compuesto y digno de un brazo derecho levantado, típico de la retórica pública. Una inscripción dedicatoria en la solapa de la toga permite identificarlo con el notable etrusco Aulus Metellus , que sin embargo había obtenido la ciudadanía romana (la élite etrusca, de hecho, no desapareció del todo después de que Roma extendiera su influencia sobre Etruria). Según el arqueólogo Pericles Ducati, la obra se remonta a una Etruria ya romanizada después del año 100 a.C.; el académico Olof Vessberg también reconoce en ella influencias del realismo helenístico que caracterizó el retrato a mediados del siglo II a.C. y que es común tanto al arte etrusco como al romano de la época. La longitud de la toga y el estilo de la cabeza, con el pelo corto y bien cortado, recuerdan a la figura masculina del sarcófago de Afuna en Palermo, fechado entre 150 y 100 a.C.

El Arringatore (siglos II-I a.C.; bronce, 179 cm; Florencia; Museo Archeologico Nazionale). Foto: Wikimedia Commons - Sailko
ElArringatore (siglos II-I a.C.; bronce, 179 cm; Florencia; Museo Archeologico Nazionale). Foto: Wikimedia Commons - Sailko

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