Tras más de un siglo expuesto en las salas del departamento de escultura del Louvre, donde se encuentran los Prisioneros de Miguel Ángel, el Portal del Palacio Stanga, obra maestra del siglo XV atribuida a Pietro da Rho (Rho, c. 1465 - después de 1513) y procedente del palacio homónimo de Cremona, ha recuperado su fuerza expresiva gracias a una importante restauración que ha renovado profundamente su percepción visual. Presentada al público parisino desde 1877, la puerta monumental de Cremona es ahora protagonista de lo que el museo define como una “metamorfosis”, que permite apreciar de nuevo la extraordinaria calidad de su decoración y la finura de su talla escultórica.
El portal perteneció originalmente al palacio Stanga, construido en la última década del siglo XV para Cristoforo Stanga, figura destacada del círculo del duque de Milán, del que Cremona dependía políticamente en aquella época. El palacio sufrió una primera y radical transformación en el siglo XVIII, cuando pasó a manos de la familia Rossi, que lo remodeló según el gusto barroco entonces dominante, dándole el aspecto que aún hoy lo caracteriza. Otros cambios afectaron al edificio en 1870 y fue entonces cuando se desmontó el antiguo portal del siglo XV. Cinco años más tarde, en 1875, la puerta fue comprada por el Louvre al coleccionista marsellés Édouard Vaïsse, pasando así a formar parte de las colecciones del museo parisino.
Atribuido, como se ha dicho, a Pietro da Rho, escultor lombardo documentado en Cremona entre 1480 y 1508, el portal del palacio Stanga está considerado una de las obras maestras de la escultura renacentista en el norte de Italia. Con más de siete metros de altura, parece casi un arco de triunfo, concebido para celebrar el prestigio del mecenas mediante un rico programa iconográfico inspirado en la Antigüedad clásica. Las figuras de Hércules y Perseo forman el núcleo simbólico, haciéndose eco de modelos muy extendidos a través de placas y medallas producidas por los artesanos del bronce del norte de Italia.
En el registro inferior, sobre los pedestales triangulares que sostienen las semicolumnas, se representan cuatro de los trabajos de Hércules: la lucha con Anteo, la matanza de la Hidra de Lerna, el león de Nemea y las aves del lago Estinfalo. En el centro del portal, dos medallones enriquecen aún más la narración mitológica: a la izquierda, la hidra con sus siete cabezas; a la derecha, las tres cabezas de las Gorgonas y la del caballo alado Pegaso, nacido de la sangre que brotó cuando Perseo decapitó a Medusa. A ambos lados del arco se alzan dos imponentes figuras monumentales que encarnan a los protagonistas del ciclo mitológico: Hércules, representado blandiendo su garrote, y Perseo, representado con armadura.
Encima del arco, en el arquitrabe, hay tres relieves que representan escenas de batallas y centauromaquias, alternadas con bustos de perfil y medallones que representan a emperadores romanos. Todo el conjunto está animado por un denso tejido decorativo, capiteles elaborados, frisos con animales fantásticos y otras escenas mitológicas, todo lo cual contribuye a crear un efecto de gran riqueza visual y simbólica.
El material utilizado para el portal es mármol de Candoglia, el mismo con el que se construyó la catedral de Milán. Sin embargo, durante el siglo XIX, la superficie de la puerta se cubrió con una capa de pintura marrón oscura, acompañada de sucesivas aplicaciones de cera. Aunque estos tratamientos tenían probablemente una función protectora, alteraron progresivamente la legibilidad de la obra, aplanando los volúmenes y oscureciendo los detalles.
Antes de trabajar en la obra, fue necesario realizar una serie articulada de estudios preliminares para definir con precisión el estado de conservación del mármol. Las investigaciones fueron coordinadas por Hubert Boursier, con la contribución del C2RMF, Centre de recherche et de restauration des musées de France, que realizó los análisis científicos. Estas investigaciones permitieron identificar la naturaleza química de la capa marrón, compuesta de oxalatos, lo que sirvió de base para elegir las técnicas de restauración más adecuadas.
Hubert Boursier y Jennifer Vatelot, junto con Hélène Susini y Azzurra Palazzo, del servicio de restauración de esculturas del C2RMF, realizaron numerosas pruebas para determinar el método más eficaz y menos invasivo. El equipo encargado de la intervención, bajo la dirección de las restauradoras Adèle Cambon y Annabelle Sansalone, procedió entonces a eliminar la capa oscura mediante láser, complementando la operación con un ligero tratamiento químico para eliminar las ceras, todo ello respetando plenamente el material original.
La capa de pintura decimonónica dejó un ligero tono dorado en el mármol. Un uso más intenso del láser podría haberlo atenuado aún más, pero habría entrañado el riesgo de afectar a la superficie original del material. La elección conservadora adoptada ha permitido restaurar la calidad de los relieves, la modulación de los volúmenes y la claridad de los perfiles, paños y medallones, al tiempo que ha permitido redescubrir las incrustaciones de piedra negra que realzan y realzan el curso ornamental.
Gracias a esta intervención, la Puerta Stanga puede releerse ahora en su complejidad material e histórica. La restauración ha devuelto la dignidad a una obra maestra que, aunque había estado a la vista del público durante décadas, había ido perdiendo parte de su fuerza expresiva. El proyecto se completó también con un nuevo sistema de iluminación, diseñado por el estudio de diseño de iluminación de la Dirección de Presentación de Arte y Colecciones del Louvre. La nueva luz permite captar mejor la delicadeza de las esculturas y el diálogo entre sólidos y vacíos, realzando la profundidad de los relieves y la riqueza iconográfica de la obra.
La restauración de la Porta Stanga también ha sido posible gracias al generoso apoyo del Grupo Kinoshita, que ha contribuido decisivamente a la obra. Con esta operación, el Louvre devuelve al público no sólo una obra restaurada, sino un fragmento esencial de la historia artística del Renacimiento lombardo, de nuevo legible en su autenticidad y su valor simbólico.6
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| Renace una obra maestra del Renacimiento lombardo: el Portal del Palacio Stanga |
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