Artesanía en Romaña: tradición y artesanía entre las colinas y el mar


De los tejidos estampados de óxido a los mosaicos bizantinos, de la cerámica de Faenza a los sabores locales, un viaje por la artesanía de Romaña, una zona donde cada gesto cuenta una historia.

Romaña, tierra profundamente arraigada en la cultura rural, es un lugar donde la tradición cobra vida a través de la habilidad de las manos de sus artesanos. Lo que se despliega entre las colinas, el interior y el mar Adriático es un itinerario de autenticidad que permite descubrir la región de un modo único, rastreando las historias de sus artesanos, sus técnicas y sus obras. Veamos algunas de ellas.

Una de las tradiciones más emblemáticas de la Romaña rural que aún conserva su vitalidad es la de la estampación en óxido, que permite imprimir en los tejidos delicados motivos típicamente vegetales . Esta técnica, que hunde sus raíces en el siglo XVII, está hoy rigurosamente salvaguardada por una decena de imprentas artesanales repartidas por las provincias de Rímini, Forlì-Cesena y Rávena (una de ellas, la imprenta Pascucci, funciona desde 1826, por lo que el año que viene celebrará su bicentenario). El proceso de estampación requiere una rigurosa habilidad manual: las telas se prensan con un instrumento llamado mangle (una especie de gran prensa de madera: la imprenta Marchi de Santarcangelo di Romagna posee una que data de 1633), y se baten a mano, utilizando moldes grabados en madera de peral, manteniendo sin excepción el método tradicional. El color distintivo, un inconfundible tono óxido, no es el resultado de pigmentos químicos, sino de una mezcla hábilmente creada del propio óxido u otros minerales definidos como “pobres”, combinados con harina y vinagre de vino. Las proporciones exactas de esta mezcla se guardan celosamente: cada artesano tiene su propia fórmula secreta. Los diseños que adornan estos lienzos evocan la simbología campesina: hojas de hiedra, espigas de trigo, racimos de uvas, rebozuelos y el caveje, las clavijas que unen el yugo de los bueyes al carro. El itinerario de las estampas se extiende idealmente a lo largo de una ruta que toca localidades significativas como Santarcangelo di Romagna, Carpegna, Gambettola, Meldola y Santa Sofia, antes de llegar a la costa, en lugares como Cervia, Cesenatico, Bellaria-Igea Marina y Rimini. En estas localidades aún es posible encontrar talleres dedicados a esta antigua forma de artesanía.

Huellas de óxido
Estampas de óxido
Huellas de óxido
Estampas de óxido
Huellas de óxido
Estampados en óxido

Siguiendo hacia el interior,el barro ha escrito una historia milenaria en la ciudad de Faenza, conocida en todo el mundo por su cerámica, hasta el punto de que aún hoy en Francia la mayólica se conoce con el término faïence. La cerámica, en Faenza, no es sólo un arte: es la identidad misma de la ciudad. Esta tradición nació en la Edad Media, favorecida por la abundancia de tierra arcillosa circundante y la posición estratégica de la ciudad, situada en la Vía Emilia a medio camino entre Bolonia y el mar, actuando como puerta de entrada a la Toscana. La habilidad de los artesanos de Faenza se ha ido perfeccionando a lo largo de los siglos, y de las primeras cerámicas sencillas y funcionales -denominadas hoy “arcaicas”- se ha pasado a artefactos de alto valor artístico. Esta evolución se enriqueció con influencias estilísticas orientales, bizantinas y árabes. La culminación técnica se alcanzó en la segunda mitad del siglo XVI, época en la que la ciudad se aseguró indiscutiblemente el título de capital de la cerámica. Fue durante este periodo cuando florecieron los famosos Blancos de Faenza, elegantes obras caracterizadas por formas variadas, a veces excéntricas, y decoraciones minimalistas sobre un fondo blanco lechoso. Hoy, quinientos años después, la llama de este arte se mantiene viva en más de sesenta talleres y numerosos ateliers artísticos repartidos por toda la ciudad. La parada imprescindible para quien desee comprender este patrimonio es el MIC - Museo Internazionale delle Cerámica (Museo Internacional de Cerámica), reconocido mundialmente y galardonado con el título de “Monumento Testigo de una Cultura de Paz” por la UNESCO. Además, Faenza ofrece la posibilidad de adquirir objetos únicos y participar en cursos y talleres organizados por los artesanos, lo que permite al visitante sumergirse de lleno en esta tradición.

Cerámica
Cerámica
Cerámica
Cerámica
Cerámica
Cerámica

Pasando de Faenza a su capital de provincia, Rávena, se llega a una ciudad reconocida mundialmente como la ciudad de los mosaicos. Esta supremacía histórica está consagrada en los ocho monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, magníficos ejemplos del arte del mosaico creados entre los siglos V y VI d.C. La impresión que dejan las teselas doradas de la cúpula de la Basílica de San Vitale lleva casi quince siglos asombrando a los viajeros.

Sin embargo, el mosaico de Rávena no se limita a museos y monumentos. Es un elemento omnipresente en el tejido urbano, visible en las señales de las calles, en las paredes gracias a las instalaciones del artista callejero Invader, en las jardineras y en los parques. La vitalidad del arte del mosaico está garantizada tanto por la constante evolución técnica, atestiguada por la moderna colección del Museo MAR, como por la Bienal del Mosaico Contemporáneo, una exposición internacional que atrae a escuelas y artistas de todo el mundo.

La ciudad alberga decenas de talleres y talleres donde los turistas pueden admirar a los artesanos trabajando, adquirir creaciones únicas y, para una experiencia más personal, probar suerte en los cursos prácticos de mosaico para fabricar sus propios recuerdos. Tras explorar la ciudad bizantina, el arte del mosaico también puede buscarse en otros yacimientos de gran importancia arqueológica, siguiendo las huellas de la antigua Roma en lugares como la zona arqueológica de Russi, el Triunfo de Dionisio en Sarsina, la Domus del Cirujano en Rímini y los restos de la antigua Spina cerca de Comacchio.

Mosaico
Mosaico
Mosaico
Mosaico
Mosaico
Mosaico

En la zona de confluencia del río Po con el mar Adriático se ha desarrollado una tradición artesanal única: el tejido de hierbas de los pantanos. Esta técnica ha sido capaz de transformar un producto local, el junco que crece espontáneamente en la zona del delta del Po, en objetos de uso cotidiano y, más tarde, en auténtica artesanía artística, todo ello a coste cero.

Esta habilidad se originó principalmente en Villanova di Bagnacavallo, no lejos de Rávena. Los habitantes de esta zona trabajaban, vivían y jugaban con juncos y cañas, aprovechando la siega estacional de los pastos para garantizar la renovación continua del ecosistema, único en términos de biodiversidad. Las hábiles manos de los romañeses producían una amplia gama de artefactos: esteras de diferentes tamaños, esteras, escobas, bolsas, bolsos, sombreros, zapatos e incluso cabañas enteras. Tal fue la fama alcanzada por estos artesanos que fueron invitados a exponer en laExposición Internacional de París de 1900. Para redescubrir y comprender este patrimonio local, el punto de partida ideal es elEcomuseo delle Erbe Palustri (Ecomuseo de las hierbas palustres) de Bagnacavallo, que junto con el festival anual relata la “edad de oro” de este arte. La zona en la que florece esta tradición forma parte ahora de la Reserva de la Biosfera del Delta del Po de la UNESCO, que abarca cincuenta y cinco mil hectáreas, incluidas valiosas zonas naturales como el Valle delle Canne, la Foce del Bevano y las lagunas salobres de Comacchio y Goro.

Entrelazamiento de hierbas palustres
Una maraña de hierbas palustres
Entrelazamiento de hierbas palustres
Una maraña de hierbas palustres
Entrelazamiento de hierbas palustres
Entrelazamiento de hierbas palustres

Recorriendo las orillas del Po, llegamos a Ferrara, universalmente reconocida como la Ciudad del Renacimiento, título que le ha otorgado la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. La ciudad alcanzó su apogeo arquitectónico y su prestigio bajo el reinado de la familia d’Este, rivalizando durante dos siglos con centros de poder como Venecia, Florencia y las grandes cortes europeas. El urbanismo ferrarés fue el primero en desarrollarse siguiendo un plan racional, conocido como la Addizione Erculea, que equilibraba los principios humanistas de forma y volumen con las necesidades de la ciudad y las tradiciones locales. Aún hoy, paseando por las anchas y rectas calles del centro histórico, es posible percibir esta armonía. En el corazón de Ferrara, desde hace más de quinientos años, permanecen activos decenas de talleres artesanales históricos. Paseando por las calles que se hacen eco de la presencia de personajes históricos como Isabel de Este, se descubren talleres dedicados al trabajo del cuero y lauderías. Una tradición particular que se ha recuperado, utilizando las mismas técnicas que se empleaban en la corte de Este en el siglo XV, es la cerámica grafito, caracterizada por la práctica del grabado como técnica decorativa.

La habilidad manual en Romaña no sólo se reserva a los objetos de arte, sino que se extiende profundamente a la cultura gastronómica, transformando la comida en una especie de acontecimiento cultural. No es casualidad que la gastronomía italiana moderna fuera codificada por un romañolo, Pellegrino Artusi, natural de Forlimpopoli, a quien hoy se dedica Casa Artusi, un museo-restaurante sobre cocina casera.

Hablar de “hecho a mano” en Romaña significa mucho más que fideos estirados con un rodillo. La artesanía también define la forma de preparar y consumir los alimentos. Por ejemplo, quienes deseen experimentar el auténtico y antiguo sabor de la piadina deben probar una cocinada estrictamente en una bandeja de barro fabricada en Montetiffi. Una vez lista, se mantiene caliente cubriéndola con una servilleta estampada con óxido, prensada mediante el uso de un mangle. Incluso el vino, tal vez un Rebola, se considera más agradable cuando se sirve de una jarra hecha en el estilo de cerámica de Rímini.

Productos de los talleres artesanos de Ferrara
Productos de los talleres artesanos de Ferrara
Productos de los talleres artesanos de Ferrara
Productos de los talleres artesanos de Ferrara
Productos de los talleres artesanos de Ferrara
Productos de los talleres de Ferrara
Gastronomía romañola
Gastronomía de Romaña

La conexión entre destreza manual y producto gastronómico se manifiesta también en la conservación de la memoria histórica, como en el caso del Museo della Marineria de Cesenatico y la Manifattura dei Marinati de Comacchio, lugares donde es posible descubrir las antiguas técnicas utilizadas para la pesca y la posterior transformación del pescado.

En definitiva, un viaje por la artesanía en Romaña es una inmersión total. Ya sea para escuchar la melodía del mazo que golpea el molde sobre el tejido, para admirar el refinamiento de un mosaico que brilla desde hace más de un milenio o para degustar productos servidos en artefactos únicos, descubrir a los artesanos, sus historias y sus métodos es conocer la Romaña más verdadera y auténtica. Esta tierra, impregnada de la excelencia de las DOP e IGP y guardiana de técnicas centenarias, ofrece una experiencia en la que la autenticidad es la norma, desde el pueblo de la colina hasta la orilla del mar.

Artesanía en Romaña: tradición y artesanía entre las colinas y el mar
Artesanía en Romaña: tradición y artesanía entre las colinas y el mar


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