A partir del 12 de diciembre de 2025, el Museo del Vidrio de Murano abrirá al público una nueva sección permanente enteramente dedicada a la fabricación del vidrio en el siglo XIX. La inauguración, que forma parte del programa más amplio de protección, valorización y reorganización de los espacios museísticos llevado a cabo por la Fondazione Musei Civici di Venezia, representa una etapa central en la renovación del itinerario expositivo de la antigua Conterie. El objetivo es devolver al público un capítulo decisivo de la historia del vidrio de Murano, contada a través de varios centenares de objetos, muchos de los cuales nunca habían sido expuestos y hasta ahora permanecían almacenados. La nueva sección, comisariada por la Directora del Museo, Chiara Squarcina, con la colaboración de Mauro Stocco, forma parte de un proyecto global que se completará a lo largo del próximo año y que pretende realzar la extraordinaria amplitud y riqueza de las colecciones históricas.
Esta inauguración adquiere un significado especial porque centra la atención en un siglo complejo y crucial: elsiglo XIX. Un periodo en el que el arte del vidrio de Murano atravesó una profunda crisis antes de experimentar un renacimiento que devolvería a la isla al centro de la escena artística internacional. La nueva sección del Museo del Vidrio ofrece una lectura amplia y detallada de estos acontecimientos, reconstruyendo las transformaciones sociales, económicas y culturales que afectaron a la producción de vidrio y a las elecciones de los maestros y empresarios de la época.
Tras la caída de la República de Venecia en 1797, toda la economía de la laguna se vio desbordada por una crisis que afectó sobre todo a las actividades industriales y comerciales. El sector del vidrio, históricamente uno de los más vitales de la isla de Murano, sufrió un duro golpe. Durante buena parte de la primera mitad del siglo XIX, la producción de vidrio artístico desapareció casi por completo, debido a la creciente preferencia del mercado europeo por estilos procedentes de otras zonas, en particular Bohemia e Inglaterra, que ofrecían modelos y técnicas muy demandados por los mecenas de la época. Murano, que durante siglos había representado un centro de excelencia absoluta, vio cómo sus hornos perdían gradualmente importancia, al tiempo que sus conocimientos técnicos corrían el riesgo de dispersarse.
Los primeros signos de una posible recuperación empezaron a aparecer a mediados de siglo, cuando algunos maestros y empresarios se dieron cuenta de la necesidad de recuperar antiguas habilidades y materiales raros, redescubriendo técnicas históricas que habían contribuido a la gloria del vidrio veneciano en siglos anteriores. Entre ellas, desempeñó un papel fundamental la filigrana renacentista, que volvió a practicarse gracias a los esfuerzos de figuras como Domenico Bussolin, activo ya en 1838, y Pietro Bigaglia, que llevó a cabo importantes experimentaciones sobre el vidrio granítico en los años siguientes. La nueva sección del museo expone una importante selección de sus obras, muchas de las cuales fueron donadas por el propio Bigaglia al Museo del Vidrio en 1861, año en que se fundaron el museo y los archivos. La inclusión de estos testimonios permite a los visitantes comprender cómo la recuperación de las técnicas históricas estuvo en el centro del renacimiento de Murano, y cómo la conservación del patrimonio artístico pasó por un diálogo continuo con la tradición.
Al mismo tiempo, la actividad de Lorenzo Radi contribuyó decisivamente a la reconstrucción de un repertorio técnico refinado: Radi se dedicó a la recuperación de las pastas coloreadas con pan de oro para los mosaicos y dio nueva vida al vidrio de calcedonia, perfeccionando su elaboración en 1856. El recorrido museístico pone de relieve cómo estas innovaciones representaron momentos cruciales en el retorno de la producción de Murano a niveles de excelencia, ofreciendo a los maestros herramientas y materiales capaces de competir con los modelos europeos y afirmando al mismo tiempo una fuerte identidad local.
También desempeñaron un papel decisivo en el renacimiento del arte vidriero algunas realidades empresariales destinadas a dejar una profunda huella en la historia de la isla. En 1854 se fundó Fratelli Toso, destinada a convertirse en una de las cristalerías más renombradas de los siglos XIX y XX, conocida por la calidad de sus creaciones y su capacidad para innovar sin abandonar sus lazos con la tradición. Unos años más tarde, en 1859, el abogado de Vicenza Antonio Salviati abrió una fábrica en Venecia para la producción de mosaicos, y en 1866 fundó un horno dedicado al vidrio soplado. La contribución de Salviati fue decisiva para relanzar la imagen del vidrio de Murano a escala internacional. De hecho, el nuevo horno marcó el inicio de un renacimiento que está puntualmente documentado en el recorrido museístico a través de copas, vasos y otros artefactos que atestiguan la calidad alcanzada por la producción muranesa gracias a esta animada temporada de experimentación y reorganización.
La nueva disposición del Museo del Vidrio también pretende mostrar cómo los espléndidos objetos soplados renacentistas y barrocos, ya presentes en las colecciones históricas del museo, fueron fuente de inspiración para los maestros del siglo XIX. Tras el largo periodo de crisis, la producción de Murano recuperó de hecho los modelos de siglos anteriores, actualizándolos al gusto de la época mediante la adición de finas ornamentaciones policromadas. Como subraya la directora Chiara Squarcina, estos objetos testimonian la voluntad de los maestros de dialogar con el pasado sin limitarse a la mera imitación, sino reinterpretando las formas para responder a la sensibilidad del mercado contemporáneo.
La sección incluye también un estudio en profundidad dedicado a la recuperación de las formas y técnicas de los modelos arqueológicos romanos y prerromanos. También en este caso, el siglo XIX demostró ser un periodo de gran atención al patrimonio cultural antiguo, que se estudiaba no sólo como fuente histórica, sino como repertorio formal que reelaborar de forma creativa. Una de las técnicas más populares fue la del mosaico de vidrio o murrino, vinculada en particular al nombre de Vincenzo Moretti, figura destacada que contribuyó decisivamente a volver a poner de moda este complejo proceso de trabajo. Las obras expuestas muestran la variedad cromática, la precisión de las teselas y la riqueza de los efectos materiales que caracterizaban los objetos realizados por Moretti y otros talleres de la época.
Gracias a la selección de obras maestras de la colección del museo, muchas de las cuales se exponen ahora por primera vez, la nueva sección ofrece una visión completa y articulada de los acontecimientos que condujeron al renacimiento de la vidriería de Murano. El itinerario restituye la complejidad de un siglo que vio pasar a la isla por momentos de crisis e incertidumbre, pero también por una época de increíble vitalidad creativa capaz de relanzar a Murano como capital mundial del vidrio artístico.
![]() |
| Murano, la nueva sección sobre el siglo XIX abre sus puertas en el Museo del Vidrio |
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.