El Museo de Arte Moderno de Nueva York presenta Helen Frankenthaler: A Grand Sweep, un proyecto expositivo que reúne algunas de las obras más significativas de la artista estadounidense en el atrio Donald B. y Catherine C. Marron. La exposición, que estará abierta del 25 de octubre de 2025 al 8 de febrero de 2026, se inspira en la extraordinaria colección de pinturas de Frankenthaler que posee el museo. Con obras que abarcan más de treinta años, esta es la primera exposición monográfica que le dedica el MoMA desde la retrospectiva de 1989.
Comisariada por Samantha Friedman, del Departamento de Dibujos y Grabados, junto con Elizabeth Wickham, conservadora adjunta del Departamento de Pintura y Escultura, la exposición pretende recuperar la amplitud y coherencia de la trayectoria creativa de Frankenthaler. “La escala del Marron Atrium nos permite poner en primer plano la ambición que definió la obra de Frankenthaler”, dijo Friedman. “Este grupo de obras clave de la colección del MoMA traza el arco de su práctica pictórica, destacando momentos clave de su continua innovación”.
La selección abarca desde la década de 1950 hasta la de 1980 y ofrece una lectura concisa pero incisiva de larevolucionaria contribución de Frankenthaler a la pintura estadounidense posterior a la Segunda Guerra Mundial. En el centro de la exposición se encuentra Hacia la oscuridad (1988), una de las adquisiciones más recientes del museo, donada por la Fundación Helen Frankenthaler. La obra, intensa y llena de tensión expresiva, encarna la madurez estilística de la artista y su audaz visión compositiva.
Pinturas de décadas anteriores preparan el terreno para esta obra maestra tardía. Entre las obras de la exposición se encuentra La escalera de Jacob (1957), que la artista describió como una síntesis simbólica de figura y escalera, inspirada en El sueño de Jacob (1639) de Jusepe de Ribera, conservada en el Museo del Prado. También está presente Presidente del Consejo de Administración (1971), una obra que atestigua su plena confianza creativa y su capacidad para concebir composiciones de gran alcance. Para ella, este cuadro “representó un gran trabajo.... Tenía la idea básica en la cabeza: sabía cómo se moverían las líneas. Me sentía segura”.
Esta instalación pretende ofrecer a los visitantes una inmersión en la profundidad, la transformación y el impacto duradero del lenguaje visual de Frankenthaler. Con este proyecto, el MoMA rinde homenaje a la amplitud de su visión y a la fuerza expresiva que hicieron de su obra un punto de referencia indispensable en el arte del siglo XX, invitando al público a redescubrirla en uno de los espacios más escénicos del museo.
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El MoMA de Nueva York dedica una exposición monográfica a Helen Frankenthaler con obras que abarcan más de 30 años |
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