En el arte contemporáneo, muchos trabajadores cualificados (sobre todo mujeres) ganan poco: encuesta


¿Quiénes son los trabajadores del arte contemporáneo en Italia? AWI - Art Workers Italia y ACTA - Freelance Association realizaron una encuesta: están cualificados, son en su mayoría mujeres, pero ganan poco y luchan por mantenerse.

¿Quiénes son los trabajadores y trabajadoras del arte contemporáneo en Italia? Una encuesta realizada por AWI - Art Workers Italia, la primera asociación de trabajadores y trabajadoras del sector del arte contemporáneo, fundada en 2020, y ACTA - Asociación de Trabajadores Autónomos, ha tomado una instantánea del sector con un análisis cuantitativo y cualitativo de las condiciones laborales de los trabajadores del arte desde un punto de vista social, contractual y jurídico. Los resultados de la encuesta, señalan AWI y ACTA, dibujan un escenario caracterizado por la presencia de trabajadores nacidos en su mayoría en los años 80 y 90, mayoritariamente mujeres, con un nivel de profesionalidad muy elevado, apasionadas por su trabajo, empleadas en actividades extremadamente exigentes. Sin embargo, los ingresos procedentes de estas actividades son a menudo insuficientes para garantizar un sustento adecuado, a pesar de las horas reales que trabajan estos trabajadores y de su grado de profesionalización.

La encuesta se realizó mediante 440 entrevistas, centrándose en una muestra caracterizada por trabajadoras nacidas principalmente en los años ochenta y noventa. El 60,5% eran mujeres, el 31,5% hombres, el 8% prefirió no contestar o no se reconoció en divisiones binarias. Los encuestados tienen un nivel de profesionalidad muy elevado (el 85,9% tiene un máster o superior, de los cuales el 27,8% ha estudiado en el extranjero), se declaran apasionados por su trabajo y realizan actividades muy intensivas. Sin embargo, en la mayoría de los casos tienen contratos inestables y, por tanto, poca o ninguna protección, así como unos ingresos que no están a la altura de sus competencias y a menudo son totalmente insuficientes para garantizar su supervivencia. Por ello, la gran mayoría de ellos (81%) se ven obligados a desempeñar varios trabajos, tanto en el arte contemporáneo como en otros ámbitos (39,8%).



La mayoría de los encuestados trabaja principalmente como artista (36,7%), el 14,9% trabaja en el comisariado, el 10,2% en el mundo académico (profesores e investigadores), el 10% en la producción (productores, gestores de proyectos, coordinadores), el 9,4% en la comunicación (gabinete de prensa, gestión social, diseño gráfico e ilustración), el 6% trabaja principalmente como técnico (montadores de exposiciones, ayudantes de estudio, artesanos del arte), el 6% trabaja en el ámbito del arte contemporáneo (arte y cultura) y el 6% trabaja en el ámbito de la educación artística (arte y cultura).artistas, artesanos del arte, fotógrafos y videastas), el 5,7% como educadores de museos o mediadores culturales, el 5,4% en el ámbito comercial (galerías, asesoramiento), o como escritores de arte (3,6%). Por último, el 1,2% trabaja en archivos y conservación. Los encuestados viven principalmente en grandes ciudades, y muestran una alta concentración en regiones como Lombardía (28,75%), Lacio (12,5%), Piamonte (11%), Emilia-Romaña (9,25%), Véneto (8,5%) y Toscana (8,25%). El instrumento fiscal más extendido es el CIF (36,2%), seguido del contrato dependiente 23,5% (15,5% un contrato indefinido y 8,8% uno de duración determinada), la cesión ocasional de servicios/derechos de autor (19,7%), mientras que el 6% declara no utilizar principalmente ninguna modalidad contractual (trabajo no declarado), porcentaje al que se añade un 36,6% de trabajadores que lo utilizan como modalidad secundaria.

Casi la mitad de los encuestados (la cifra se refiere a 2019, pero no cambia sustancialmente en 2020) percibe unos ingresos inferiores a 10.000 euros anuales, y otro 24% obtiene unos ingresos de entre 10.000 y 20.000 euros, y solo un 8,4% supera los 30.000 euros. Según AWI, hay varios factores que contribuyen a explicar los bajos ingresos: en parte se deben a la discontinuidad laboral y a los bajos salarios. Además, surgen otros dos elementos, dos distorsiones que parecen desempeñar un papel muy relevante en este ámbito: la generalización del trabajo libre y desregulado y el no reconocimiento en términos económicos de fases importantes de la actividad. De hecho, mientras que casi el 60% de los encuestados trabaja a partir de 40 euros semanales (y, además, por ley, la jornada semanal máxima es de 48 horas, incluidas las horas extraordinarias), sólo el 11,8% de los encuestados declara percibir un salario diario superior a 100 euros, el 28% trabaja por 50-100 euros al día y el 30% por menos de 50 euros, debido a la falta de obligaciones contractuales (y a la ausencia de un salario mínimo legal). Además, sólo el 30% de los encuestados afirma cobrar por la totalidad de sus misiones y sólo el 34% afirma cobrar por la mayoría de ellas. El 36% restante solo cobra por menos de la mitad de los encargos o por ninguno, un factor al que sin duda contribuye la desregulación generalizada: alrededor del 55% de los trabajos realizados en 2019 no estaban regularizados mediante contratos escritos. Esto también contribuye en gran medida a explicar los bajos ingresos.

Por último, los datos muestran que, entre las fases del trabajo, solo la parte de ejecución suele ser reconocida y pagada por el cliente, aunque el diseño y la formación consumen el mismo tiempo a los encuestados. De hecho, sólo el 20% de los trabajadores del arte afirma cobrar por todas las horas de trabajo necesarias para desempeñar su profesión. Los ingresos medios anuales aumentan a medida que aumenta el reconocimiento económico de las distintas fases de trabajo, esta relación es especialmente evidente para las fases de diseño y coordinación y administración. Entre las principales dificultades encontradas por los trabajadores en el desempeño de su profesión se encuentran la imposibilidad de elaborar contratos formales previos al inicio de la misión y coherentes con las tareas realizadas; obtener una remuneración congruente con el tiempo dedicado, las tareas y las competencias requeridas; compensar la falta de una previsión social adecuada. En conclusión, los profesionales que trabajan en el ámbito del arte contemporáneo demuestran que están poco protegidos y representados, el 88% no están afiliados de hecho a ningún sindicato o asociación profesional.

En el arte contemporáneo, muchos trabajadores cualificados (sobre todo mujeres) ganan poco: encuesta
En el arte contemporáneo, muchos trabajadores cualificados (sobre todo mujeres) ganan poco: encuesta


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