La llama olímpica de los Juegos de Invierno de Milán Cortina 2026 se encendió el 26 de noviembre en Olimpia, en el lugar que guarda los orígenes del movimiento olímpico. La ceremonia tuvo lugar en el interior del Museo Arqueológico de la ciudad griega, después de que en los días anteriores el fuego se generara según el antiguo protocolo frente al Templo de Hera, a través de los rayos del sol captados con un espejo parabólico. Frente al templo y en torno a la Gran Sacerdotisa María Mina, las figuras de las sacerdotisas y los kouroi (jóvenes) realizaron un ritual que combinaba elementos simbólicos de paz, pureza y continuidad. A continuación, la Sacerdotisa, acompañada por el grupo de Sacerdotisas, condujo la llama al interior del Museo y la entregó al primer portador de la antorcha, Petros Gkaidatzis, medallista de bronce en París 2024 en remo, peso ligero doble. El rito (que mantiene inalterados gestos y símbolos transmitidos a lo largo de los siglos) representa así el inicio oficial de la andadura olímpica. En la arboleda sagrada de la antigua Olimpia, donde nacieron los Juegos hace casi tres mil años, la ceremonia evocó una vez más el vínculo entre la luz divina y el significado del fuego olímpico.
Tras el encendido, la llama fue depositada en una urna y acompañada al antiguo estadio por Estia, la sacerdotisa encargada de custodiar el fuego. Allí tuvo lugar la entrega al primer portador de la antorcha junto con una rama de olivo, símbolo de la paz. El fuego, nacido de la combinación de la luz de Apolo y la tierra asociada a Zeus, se considera tradicionalmente una síntesis del legado espiritual de los Juegos: un elemento que traspasa las fronteras geográficas y culturales y recuerda la lucha compartida por la excelencia y la coexistencia pacífica. La antorcha, portadora del patrimonio simbólico, iniciará ahora un largo viaje que atravesará Italia con vistas a la cita olímpica del año próximo, prevista del 6 al 22 de febrero de 2026. Según informa la web de la Rai, tras su paso por Atenas, donde está prevista la ceremonia oficial de entrega el 4 de diciembre de 2025, el recorrido se prolongará durante 63 días a lo largo de aproximadamente 12.000 kilómetros. La ruta tocará 60 ciudades y 300 municipios, con la participación de más de 10.000 portadores de la antorcha seleccionados. Las regiones italianas serán atravesadas en una carrera de relevos diseñada para unir lugares de historia, cultura y tradiciones locales.
El viaje de la llama terminará en Milán, donde el fuego olímpico dará comienzo simbólicamente a los Juegos de Invierno Milán-Cortina 2026. El encendido en Olimpia, que se repite en cada edición de los Juegos según un antiguo ceremonial, reafirma el valor universal del gesto: un fuego que se enciende en la cuna de la civilización olímpica y se transfiere a la nación que acogerá el acontecimiento, en un paso del testigo que expresa continuidad y responsabilidad.
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| Encendido de la llama olímpica ante el Templo de Hera: viajará a Milán Cortina 2026 |
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